Inspiración Lunar

La luna ha sido una fuente de inspiración para los escritores, poetas y artistas a lo largo de la historia debido a su belleza, misterio y conexión con las emociones humanas. Algunos motivos por los que nos inspira a escribir mejor incluyen:

Simbología y misticismo: La luna está cargada de simbolismo. A menudo se asocia con el ciclo de la vida, la transformación y la renovación, lo que puede motivar reflexiones profundas sobre la existencia.

Atmosfera nocturna: La luz tenue de la luna crea una atmósfera calmada e introspectiva que favorece la creatividad. El silencio y la tranquilidad de la noche permiten que el escritor se conecte más fácilmente con sus pensamientos y sentimientos.

Conexión emocional: La luna también se asocia con el amor, la nostalgia y el deseo. Estos temas emocionales profundos son fuentes ricas para la inspiración literaria.

Ciclos y cambios: Los ciclos lunares pueden simbolizar los altibajos de la vida, el cambio y la renovación, temas comunes en la escritura. Los escritores a menudo se sienten atraídos por explorar estos ciclos en sus obras.

Justo ayer la veía desde la ventana de mi recamara. Hace mucho que no abría las cortinas en la noche.

Pude ver tan detallada su superficie, como si no se hiciera vieja.

La veía mientras me ponía crema en mis pies (ya se, mucha info nula) y hacía efecto la melatonina que me había tomado.

Estuve observándola, casi sin parpadear, por unos minutos. Estaba hipnotizante. Por primera vez en mucho tiempo me desconecté unos segundos de mis pensamientos.

No puedo describirles que sentí, pero había paz en mí. Me dieron ganas de escribir, desde el fondo de mi corazón, pero no podía. No sé si les ha pasado que es tanto lo que quieres expresar que al final mejor te quedas callado.

La luna fue mi confidente esa noche. Ella sabe mis miedos y sabe que pienso. Ella ve por los que quiero y extraño, porque al final del día, es la misma luna.

No sé cuándo fue la última vez que te diste el tiempo de observar el cielo. Ayer fue un privilegio porque no estaba nublado, al menos por un rato, entonces pude ver el cielo tan oscuro que parecía de mentira.

Me recordó que no me he detenido a ver las estrellas por andar corriendo, por estar viendo el suelo dejo de ver el cielo.

Estos días han estado saturados de ‘dimes y diretes’ en las redes sociales sobre la política, sobre si Trump o Harris, sobre las reformas judiciales en México, las injusticias del mundo y la Casa de los Famosos México.

Siento que de los problemas reales que uno tiene y que además cansan tanto, llegamos a “descansar” viendo nuestros teléfonos y comenzamos a absorber las broncas ajenas. Y por eso no descansamos.

Por eso disfruté la luna ese día. Porque siempre tiene noticias bonitas que le gusta compartirme.  

En Busca del Filatelista

Filatelia. Una palabra muy rara que aprendí esta semana. Nunca la había escuchado, y si sí, no le había puesto atención.

Fila (de filos que es amor) y telos (tributo), o sea el “amor al tributo” que en esta ocasión el tributo en los tiempos muy antiguos era como se le llamaba al pago de correo postal.

Entonces, la filatelia es el amor a las estampillas, su estudio y su historia.

Pero ¿por qué esa palabra esta semana?

Pues es una historia larga y complicada.

Se inundó mi closet por una fuga de un tubo de agua que pasa por el techo de este. Ya me lo arreglaron y todo, pero en el inter, tuve que sacar todo de mi closet para que lo limpiaran, lijaran, emplastaran y pintaran.

Saqué ropa que no pienso volver a ponerme porque ya no tengo 20. Cajas de zapatos que no me pongo porque el tacón mide muchos centímetros y entre otras mil cosas, salió un álbum que era de mis papás, donde había una colección increíble de estampillas postales de los años 1930-1966.

Estampillas preciosas, muy mexicanas, muy buen estado y la verdad me dio una corazonada de que tal vez valgan algo.

Pero no encuentro donde ni quien pueda ayudarme.

Un filatelista. Eso es lo que ando buscando.

Una persona honrada que de verdad me diga lo que valen o lo que no valen las estampillas que tenía guardada en cajones con mis calzones y medias.

Me puse a pensar que ojalá esta historia tenga un final feliz y que pueda hacerle la serie de Netflix donde todo este tiempo batallando para trabajar y vivir dignamente y que la fortuna más grande estaba guardada en un closet sin yo saberlo.

Me puse a ver videos sobre estampillas postales de México y su valor. Hay muy poca información sobre ellas, pero están tan bonitas. Nuevas, con la goma intacta.

De diferente valor, de diferente color y tamaño.

La mas viejita es de 1930.

No alcanzo a ver bien los detalles ni con mis lentes. Necesito una lupa.

Así es, amigos.

De bailar tubo, andar en tacones gigantes y minifalda, ahora mi ilusión es tomarme un vinito, prender la luz con la que me maquillo y ponerme a estudiar las estampillas para cuando las encuentre en algún sitio de subasta, sepa lo que valen.

No se que hacer con la colección. Estoy casi segura de que valen algo. Ya sea por nostalgia de algún coleccionista o por que solo se hicieron pocas de esa serie.

La verdad estoy en la ignorancia total.

Una sola de 2 centavos de JEFFERSON, americana, esa si vale como $200 dólares.

En fin, amigos que me leen cada semana.

Ayúdenme a encontrar a una persona honrada que sepa de esto para ver si mi hermanita y yo nos retiramos de una vez y solo trabajamos por hobby.

Les dejo algunas fotos de las estampillas hermosas (son solo algunas de las miles que tengo).

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂