LA ULTIMA FRASE 2023

Me preguntaron:

¿Cuál debe de ser la última frase que pienses este 2023?

Automáticamente, como esos videos de TikTok donde ves pasar tu año a toda velocidad, pasaron momentos de mi 2023.

Se me fue en un suspiro. No se en que momento pasaron 365 días y no los sentí. Aun trabajando todo el día, viajando por el trabajo todo el año, este 2023 se me fue como reloj de arena defectuoso.

Creo que fue un año bonito, con mucho trabajo y mucha inversión de tiempo y dinero a La Revista Binacional, pero también ha sido un año de crecimiento laboral, espiritual, mental y anímico.

La clave es rodearse de las personas indicadas, ser la menos inteligente de un lugar es lo que te lleva a salir adelante.

Ser alumna en lugar de maestra es muy necesario para crecer.

Fue un año bonito, corto, y bendecido.

El 2024 viene difícil, desde ahorita lo sabemos.

No solo lo económico ni problemas de salud, sino por la incertidumbre del futuro.

Le tengo miedo pero eso no me va a detener. Estoy rodeada de personas con las que trabajo en equipo tanto en lo profesional como en lo personal.

Quizá termino mi año con la siguiente frase:

“Por más difícil que sientas que está tu vida, NO ESTAS SOLO. Me tienes a mi”

GRACIAS POR LEERME. NOS VEMOS EL PROXIMO 2024

Diciembre

Diciembre se me hace un mes muy apresurado. Cuando menos pienso, ya es Navidad y como si en automático hubiera hecho todo.

Son fiestas, preparaciones, vueltas y al mismo tiempo es como un tiempo melancólico.

Ir a la ciudad que te vio crecer y reunirte con las amistades con las que te formaste en tu juventud es parte de este mes donde todos regresan a sus familias por las fechas.

Época fría, el aire huele diferente y cada reunión se acompaña por comida de la temporada. Los descorches están a la orden del día, a cualquier hora.

Es un verdadero arte acomodar el calendario para cumplir con tantos compromisos sociales.

Uno gasta mas de lo que se presupuesta porque nunca falta el ‘regalito’ que quieres dar.

Dar y obsequiar cosas materiales es mejor que recibir, y estas épocas se presta para eso.

Los focos, las decoraciones y las canciones navideñas están por todos lados. Los arbolitos y tanto arte que lleva cada guirnalda nos alegran la vista y el alma.

Me gustaría poder juntarme con toda la gente que quiero. No importa si los vi hace 40 años o 40 horas. A veces me llega una necesidad de tener frente a mí a cada uno de los que he conocido, he querido, he hecho enojar, me han hecho daño y me han formado.

Cada vez estamos menos jóvenes y comienzo a ver como gente que quiero se enferma y no me gusta. Lo primero que pienso es “He perdido tiempo”.

No quiero perder más el tiempo pensando en cosas negativas. Quiero disfrutar cada día porque a lo largo de mi vida he encontrado algo porque vivir en cada uno.

A veces me inspira mi trabajo, lo cual puedo casi asegurar que ahorita me encuentro en una plenitud y satisfacción de lo que estoy haciendo y el futuro que tengo junto a mis socios que no me sueltan.

Mi familia todos los días me hacen querer ser mejor persona, comenzando con mis hijos que ya están por irse un tiempo del nido y seguido también de mi hermana y su familia, mi madre que ya no tiene 40 años, pero se cree de 20, y toda la familia extendida de primos, tíos, sobrinos y la reina de todos, mi perrita Kiara.

Diciembre viene a hacerme contar mis bendiciones, a sacudirme para el año que entra, y a recordarme que todo tiene remedio mientras tenga salud.

A veces leo que vivimos en realidades virtuales, en un ‘matrix’ donde cada uno es un personaje luchando por salir adelante en el juego de la vida.

No se si sea eso la realidad, pero por lo pronto, voy a jugar lo mejor que pueda y sepa. Ya se que me puedo sentar a llorar cuando este cansada mientras me levante rápido a seguirle.

Me gusta mi edad, lo que se, lo que he hecho porque puedo todavía volver a empezar proyectos que tal vez nunca intenté de joven.

Diciembre me pone melancólica pero también realista.

Quiero que todos pasen muy felices fiestas en compañía de la gente que los quiere.

Reciban de mi un fuerte abrazo.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 😊

Maquillando a la Señora Grande

Desde que yo me acuerdo, siempre me ha dado risa como se pintan las señoras “grandes”.

De chica me fijaba mucho en la sombra que usaban, como se pintaban el rímel de sus pestañas y también como se delineaban la boca toda chueca.

Se les notaban a las señoras grandes “algunos pelitos” en las cejas mal sacadas.

El rubor era excesivo y la base del maquillaje no se difuminaba correctamente en la base de la barbilla.

La boca semi pintada e inclusive a veces no estaban parejos ni simétricos ambos lados de la cara.

Me gustaba verlas y siempre me preguntaba ¿qué pensarán las señoras grandes al pintarse así?

Yo pensaba que era porque así les gustaba maquillarse, hasta que me convertí en esa señora grande.mu

Sí, ahora soy yo la señora grande y ahora entiendo que es el misterioso motivo del porque el maquillaje es tan raro y mal hecho.

Primero que nada, es porque ni de chiste puedo seguir usando las mismas cremas de cuando tenía 20. Tampoco los colores muy fuertes en los párpados de mis ojos, tal como el azul turqués o el rosa fucsia.

El método de limpiar tu cara (cuando no te quedas dormida antes) es diferente. Los tónicos te resecan si no son para piel madura; la crema muy grasosa te abre los poros; no usar crema para las ojeras y arruguitas de los ojos es casi un pecado imperdonable.

Pero la verdadera razón por la que las señoras ya grandes nos maquillamos tan mal es porque hemos perdido algo muy valioso: la vista.

Así es, yo ya no veo bien a la hora de maquillarme. Medio se donde quedan mis ojos y mis facciones ya que tengo 40 años arreglándome diario, pero a la hora de delinear o realmente embellecer mis ojos ya cansados y apagados, no veo nada.

Si me pongo los lentes, no puedo maquillarme los ojos. Me los pongo y estudio mi ojo. Me quito los lentes y me delineo a memoria mi párpado. Me vuelvo a poner los lentes y veo si lo hice bien o no.

Si de plano no funciona eso, entonces ya acudo a mi espejo con aumento del 15X y prendo un reflector para poder verme bien.

No me gusta ese espejo. Si me veo un buen rato, me comienzo a ver todos los defectos de mis poros, lo quebradizo de mis dientes, las arrugas en las arrugas de mi labio superior y las manchas que no son lunares sexys sino descuidos de no ponerme bloqueador solar tantos años de mi vida.

Entonces este blog es para disculparme por que siempre se me hacía muy chistoso como se maquillaban las señoras grandes. Una disculpa pública. Yo no sabía que era tan difícil hacerse “grande”.

Me reía de mi abuela porque ella a veces se desmaquillaba solo con aceite de almendras (yo ya hago lo mismo).

Me daba risa también que con su mismo lápiz labial rojo se pintaba los labios y luego con sus dedos tocaba sus labios y los aplicaba en sus mejillas para un poco de rubor. (Yo a veces hago eso cuando ando en la calle y quiero verme fresca).

Me he visto en el espejo 15X en el sol y me doy cuenta de que tengo pelos enterrados que no alcanzo a ver a simple vista y saco mis pinzas y comienzo a quitármelos, igual que mi abuela.

Me unto VICKS en los pies para que amanezcan suavecitos en la mañana y me perfumo al dormir, aunque llegue a mi cama sola, igual que mi abuela.

Si, ya soy una señora grande y no se como le voy a hacer porque arreglarme y maquillarme es para mí una terapia.

Es cuando a veces pienso y reflexiono. Es un ritual que llevo haciendo por muchos años y no quiero dejar de hacerlo bien.

Solo espero que los jóvenes de hoy no se rían de esta señora grande que todavía se pinta los labios rojos a pesar de que digan los expertos que los colores neutros y beige son mejores para las señoras de mi edad.

(La verdad nadie lo nota en redes sociales porque los filtros corrigen todo lo que uno no puede ver a simple vista).

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 😊

Propina Apropiada

Todo está super caro. ¿A poco no?

El mandado, las rentas, los intereses de los préstamos hipotecarios y la gasolina andan por las nubes.

En estas épocas navideñas, se siente mas el gasto que en otras épocas. Lo que tenías presupuestado nomas no alcanza y gastas más.

Le quiere uno bajar al ritmo de gastos, pero es difícil cuando todos se acostumbran a ciertas cosas. En fin, este blog no es para quejarme del dinero, solo de la inflación mundial.

Ir a comer con la familia es uno de los placeres que, si tienes la oportunidad de hacerlo, debes de considerarte muy afortunado.

Es a veces un lujo, pero si la comida y el servicio fueron increíbles, entonces vale la pena.

Pero ¿han visto que en los menús a veces viene una leyenda que dice ‘Se cobra el x % adicional al total de la cuenta debido a la inflación’.

No se porque me CHOCA ver esto. Ya sé, que tacaña me oigo, pero es que la verdad es todo cuestión de psicología.

Si el mismo restaurant subiera el precio de los platillos y no pusiera esa leyenda, ni cuenta nos daríamos. Quizá solo diríamos “Bah, que caro está todo” pero al final seguiríamos adelante con el pedido y el disfrute de la comida.

A la hora de que llega la cuenta, ves que se le agrega ese porcentaje a la cuenta. Al total le cobran el impuesto y luego al final le pones la propina (que, si vas más de 6 a comer, la incluyen al 20 o 25%)

El caso es que por una cena de $100 dólares, la cuenta final es de $130 (incluyendo ya impuesto, el sobrecargo por la crisis mundial y la propina).

30% es mucho para mucha gente (para mí, por ejemplo).

Ahora bien, te debes fijar muy bien en la cuenta y ver que la propina se pone al total antes de impuesto, que no te cobran doble y que la propina no esté ya integrada para no repetir.

Al principio, uno se molesta, o se trauma, pero al final accedes y decides aceptar que esa es la nueva moda al ir a restaurants.

Pero ¿y esas propinas que te piden todos los demás servicios de comida? No debería de quejarme ya que mi hijo trabaja en un lugar donde le dan buenas propinas por las manzanas forradas en chocolate o algunas nieves.

Es causa de trauma ir por un yogurt al Menchies y a la hora de pagar te dice la cajera “Falta el tip”.

En el Menchies tu te sirves, tu escoges el yogurt y lo que le pones arriba. La cajera solo lo pesa y te cobra. No es en sí un servicio. Pero por pena le das de todos modos.

Quizá por eso Dunkin Donuts, franquicias de comida rápida como In n Out, ChikFila, McDonalds, y sobre todo DISNEYLAND no te piden propina cuando compras comidas (al menos que sea un restaurant con mesero, allí si es SERVICIO).

A lo que voy es que para que la industria restaurantera y de comida siga vigente y la gente pueda seguir consumiendo, esto de tanta propina y cobros adicionales debe de moderarse un poco, porque al rato por querer sacarle al cliente todo lo que se pueda, se van a quedar sin ellos.

Y esta es mi opinión muy muy personal. (Aclaro que siempre dejo buena propina, pero también me doy cuenta del impacto económico que a veces se tiene).

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES.