Tengo una bolsa azul.
No se como describirles el tono de azul porque no es ni azul cielo, ni azul marino. Esta entre turquesa y azul mar de las 11am.
Me costó, si mucho, $20 dólares en Marshall’s.
No se ni que marca es, no es de piel ni está nice.
Me gustó el tamaño. Es mas chica que mediana, y era justo lo que necesitaba porque cuando traigo una bolsa gigante, mas cosas le echo.
Me gustó que tiene como cuatro ‘divisiones’ para guardar cosas.
Le he dado una carrillota espantosa. Todo el día me acompaña.
Ultimamente, se me pierden cosas.
Plumas, delineadores de boca, monedas sueltas, chicles, lipsticks.
No entendía que pasaba.
“Chinteguas”, pensaba siempre. “Otra vez se me perdió mi delineador”.
Y ya. No le daba tantísima importancia.
El día lunes, despues de cerrar un “OPEN HOUSE” de mi trabajo, venía manejando muy cansada por una de las calles del oeste de El Paso.
En un alto, di un frenón muy ni al caso y eso provocó que mi bolso se cayera al piso.
Me agaché en el alto a tomar la bolsa y ponerla en el asiento de enseguida.
En lo que estaba agachada, oigo el sonido de una patrulla.
Me vuelvo a sentar derechita y vi por el retrovisor que la patrulla estaba atras de mi.
“Mmmta”, dije en voz alta. (Mi día había estado muy pesado como para terminarlo así).
Nunca en toda mi vida me han multado en Estados Unidos. Soy super NERD para manejar, soy una viejita gringa que sigue señalamientos y los límites de velocidad.
En fin, me paré mas adelante y la patrulla atras de mi.
Se bajó un señor de unos 50 años.
Me vi en el espejo y traía cara de cansancio. Parecía momia.
“Buenas tardes Miss”. Su voz era ronca. (todo el dialogo fue en ingles pero se los voy a platicar en español)
“Hola Sr. Policia. ¿Me puede decir que hice mal?”. Yo con mi voz así toda linda.
“Me di cuenta que se agachó en el alto y quiero ver si se siente usted bien”.
“Ah, si! No se preocupe. Se me cayó mi bolsa. Esta mire”, y le mostraba mi bolsa azul.
“Hmmm. Bien. Su licencia , papeles y seguro del carro por favor”. El Sr. Policía comenzaba a sacar su libretita.
“Por supuesto”, le decía, mientras me desabrochaba el cinturón para abrir la puertita de enfrente de mi minivan donde guardo los papeles.
Le entregué los papeles del carro, todo en orden. Placas recien pagadas y seguro de auto vigente.
“¿Su licencia?”, me decía mientras veia mis papeles.
“Claro”, le dije, metiendo yo la mano en la sección de mi bolsa azul donde la guardo.
La licencia no estaba!
Hasta ese momento me puse nerviosilla.
Nada de lo anterior era para sancionarme, pero no traer licencia si.
“Mr. Policia, aqui estaba, se lo juro”, tartamudeaba mientras la seguia buscando.
En ese momento entró una llamada a mi celular y se escuchaba dentro de la bolsa.
No lo encontraba tampoco.
Como que me quería comenzar a estresar un poco.
Traigo el ‘sonido de tono’ como si fuera una ambulancia, porque si no, no lo oigo y me meto en broncas. 😉
Lo oyía y venía de mi bolsa. Pero al buscarlo, NADA!
Volteo y le digo al policía, “Mi licencia ha de estar pegada al telefono. ¿Usted tambien lo oye?”
El Sr. Policía ya estaba para esto muy sonriente.
“¿Sabe que? Si no le molesta Mr. Policia, voy a vaciar mi bolsa hasta encontrar mi celular y licencia. ¿Me permite hacerlo?”
El Sr. Policía se me quedaba viendo y me dice, “Si, pero por ley necesito ver que lo haga por seguridad. Tiene que poner los artículos aqui afuera, encima del cofre. Salga de su auto por favor”.
“Ok pues”, y tomé la bolsa y salí de mi minivan.
“Comience a sacar todo”, decía el policía.
Yo comenzaba a sospechar que estaba mas entretenido que nada. Que ya mejor me hubiera dicho “Se puede ir”. Pero no. El hombre quería ver que traía en la bolsa.
Comencé la sacadera de cosas.
En la Primera Sección encontré lo siguiente:
- Una carterita donde guardo mis tarjetas de agente de Bienes Raices
- Un polvo para la cara de esos cremosos
- Un lipstick rojo
- Las llaves de mi casa
- Un perfume para bolsa
- Un rimel, dos delineadores
- Dos monedas de $0.25
- Un sacacorchos porque no hay nada mas triste que tener una botella de vino y no tener como abrirla (Lo vió el poli y me levantó una ceja como papá regañón).
En la Segunda Sección había lo siguiente:
- 7 dólares
- 1 toalla sanitaria
- 1 paquete de chicles
- 2 plumas azules
En la Tercera Sección había:
- Recibos de tiendas, restaurants, ATM, etc
- Mi tarjeta de débito
En la Cuarta Sección. en medio de la bolsa y el lugar mas grande había:
- Mis dos chequeras
- Mi pasaporte mexicano y mi pasaporte gringo.
- Cupones de tiendas
- Tarjetas de crédito
- Un rimel.
Y listo. Mi bolsa aparentemente estaba vacía pero aún pesaba un chorro.
El policía se le quedaba viendo al mugrero que traía. Qué pena!
“Su bolsa todavía tiene cosas. ¿Me está ocultando algo?”, decía ya sin aguantar sonreir.
Yo me le quedé viendo.
“No se que tiene esta bolsa. Es como mágica”. Se lo decía totalmente en serio.
Volví a meter la mano y me di cuenta de algo.
Una de las divisiones tenía un tremendo hoyo gigantesco en la tela.
Por allí se colaban las cosas y quedaban atrapadas entre la parte de plástico de la bolsa y la tela.
Como pude hice el agujero mas grande y metí mi mano.
Encontré lo siguiente:
- Todos los delineadores perdidos.
- Mi celular
- Otras llaves
- La tarjeta del gym
- Un paquete de chicles
- Muchas monedas y
- MI LICENCIA!
“Aqui esta mi licencia oficial”. Mi cara de satisfacción era real!
El policía me dice, “Hiciste mi día. Había tenido un mal día y con esto ya me voy muy feliz. Lo platicaré como anécdota en la próxima junta”. (un saludo al Officer Riddlet)
Me le quedé viendo y le dije: ¿Y mi multa?” En tono serio y cansado.
“No hubo ninguna infracción, traía todo en orden. Vaya con cuidado a casa y cambie de bolsa”, me dijo ya en tono burlón.
Me puse a guardar mis cosas en mi bolsa rota chafa.
¿Qué me hizo pensar este incidente?
Creo que tengo un agujero en alguna parte de mi vida por donde se me han escapado ó “perdido” algunas cosas, sueños ó planes. Todavía los tengo conmigo porque los siento pero estan de alguna manera atrapados y dados por perdidos.
Es hora de rescatarlos.
NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂