Regresando de San Diego, despues de haber llevado a mi hija a un concierto de One Direction (si, otra vez!), me fui a casa de mi hermana.
Estando allí decidimos ir a encargar las camisas que nos vamos a poner en Disneylandia, porque iremos pronto para estar en los festejos del 60 aniversario de tal parque.
Si hay algo que amo de Mexicali es que todo te hacen por muy poco dinero. Estas camisas nos salieron baratas y buenas.
En fin, despues de desocuparnos me dice mi hermana “¿Qué? ¿Llegamos por unas chavelas a un bar que no conoces?”.
Todavía no terminaba de preguntarme cuando le dije “Vamosss!”
Llegamos a un barecito por la Calzada Aviación de Mexicali. Agusto el lugar, fresco y mas o menos concurrido (porque era viernes en la tarde ya).
Pedimos las chavelas con Tecate Light. (Para los que no saben lo que es una chavela, no es mas que clamato condimentado con salsas inglesa, soya, maggi, tabasco, limon, sal, todo en un vaso grande escarchado de chile Tajin en polvo. A esto le echas la cerveza y sabe LO MAXIMO). En otras partes de México le llaman a esto Michelada ó Chelada, pero si no me equivoco, se inventó acá en Baja California y se llaman CHAVELAS.
En fin, nos traen nuestras CHAVELAS y de verdad la disfruté al máximo.
El sabor del clamato preparado estaba perfecto. No le hacía falta nada.
De cortesía en este bar te dan bien rico de botana! Ese día había chimichangas (tacos de tortilla de harina fritos), pero mi hermana me contaba que a veces dan pozole ó sopecitos (como que ella es cliente frecuente! jejeje).
Salir con mi hermana, sin hijos (rara vez lo hacemos) a tomarnos una cervecita fue para mi un verdadero regalo! Siendo mi única hermana y estando yo viviendo lejos de Mexicali (a 8 horas en carro), disfrutar momentos a solas con ella son verdaderos regalos y atesoro ese tiempo.
Podemos platicar y componer el mundo con nuestros planes. A veces comenzamos un tema y terminamos con otro. Varias veces lloramos por tonterías y terminamos atacadas de la risa.
Este día era uno de ellos.
Ni cuenta nos dimos quien estaba a nuestro alrededor. Solo platicábamos de muchas cosas que por telefono no podemos porque la verdad no es lo mismo.
Estando engranadas en la plática, se para un señor a saludarnos. Muy conocido de nosotros y de toda la familia, va y nos abraza y platica.
Y se regresa a su mesa.
Me encanta ese señor. Debe tener la edad que mi papá tuviera hoy si aún viviera. Simpático y lindo. (en mi familia no hay señores mayores y como que extraño eso, el tener un señor mayor en la familia. Tengo a mis tíos, hermanos de mi mamá pero son muy jóvenes todavía).
Nos quedamos platicando mi hermana y yo de mil cosas mas.
Las dos tenemos unas imaginaciones increíbles y aunque somos muy iguales en muchas cosas, en otras somos bien opuestas pero es lo que nos hace complementarnos.
En eso sentimos la presencia de alguien detrás de nosotros.
Era este señor de nuevo.
“Oigan hermanitas, yo no estuve aquí si les preguntan mis hijos”.
Y nos cerraba el ojo.
Mi hermana y yo de volada captamos que andaba a ‘escondidas’ echándose un pisto con amigos. Me encantó.
Voltea mi hermana y me dice “Yo no veo al Sr. X ¿y tu?”.
Y yo “¿Cuál señor? Yo ya ni vivo aquí, no conozco a nadie”.
El Sr. pasaba y volteaba al techo y nos decía “Adios, hermanas Dewar que nunca vi!”.
Hermoso!
“Yo tampoco estoy, ando en una junta”, le dice mi hermana.
“No oigo nada de voces porque nunca estuve aquí”, me dice el Sr.
Lo amé, literalmente. Me acordé de mi papá un chorro. Se me figura que así fuera a sus 70 años (murió a los 49 por eso se me hace difícil imaginarmelo a esa edad).
Se fue del lugar, otra vez, haciendo como que veía al techo y tapándose con una mano la cara.
Tan suave que es tener cómplices!
Todos tenemos mínimo UNA persona que te hace el ‘paro’ en muchas cosas. No te preguntan, no te enjuician, no te reclaman, no te hacen sentir cuestionada. Solo se convierten en tus cómplices por el hecho de estar enterado de lo que piensas. 🙂
Y no hablo solo de hacer cosas, sino un cómplice puede ser aquella persona que te escucha cuando lo necesitas sin decirte LA VERDAD de lo que piensan. No opinan ni dicen nada. Se quedan callados siendo ‘cómplices’ de lo que te pasa.
No es lo mismo tener un mejor amigo/amiga que un cómplice.
Los cómplices son personas bien difíciles de encontrar.
Con toda seguridad puedo decir que mi mejor cómplice es mi hermana.
De toda la vida.
Quiero pensar que yo soy la de ella.
No puedo revelar el nombre del señor de la cantina porque le dijimos que nadie se enteraría de que se encontraba allí.
Pero me dió mucho gusto venir a Mexicali y ser sin querer queriendo, su COMPLICE. 🙂
Debemos llenarnos de cómplices en la vida, los necesitamos para pisar en firme en las decisiones diarias.
Los cómplices nos ayudan a sacar adelante dudas y pendientes, problemas y cuestiones.
Y no juzgan ni te expresan lo que sienten ‘por tu bien’; solo te dicen “Orale, te apoyo”.
Saludos desde Mexicali.
NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂