No se porque se nos quedan tan marcadas las tradiciones de familia ó lo que se practicaba cuando uno era niño.
Contar los vagones del tren era una de esas cosas que hacíamos cuando viajábamos y nos topábamos un tren en la carretera.
Me acuerdo perfectamente que ibamos en la carretera de Nogales a Mexicali (por el lado de Arizona). Despues de cantar hasta enronquecer mi hermana y yo, vimos que iba un tren.
“Cuenten los vagones”, nos decía mi papá.
“Si, depende de cuantos sean significan los años que les queda de vida”, nos explicaba mi mamá.
Me acuerdo todavía cuando dijo eso.
Tendría unos 7 años, mi hermana 3 y medio.
Me le quedaba viendo al tren.
Siempre me han gustado mucho.
Se me hace una máquina tan poderosa, tan importante.
Me llama la atención que sea un invento tan viejo y que siga muy parecido al original.
No se ha modificado mucho.
(No cabe duda que lo que bien se hace, bien se queda).
Quería contarlos pero al mismo tiempo me daba miedo saber cuanto tiempo me quedaba de vida.
Jajaja, si ya se! Que tonta! Pero siempre fui bien ingenua (todo les creí a mis papás SIEMPRE).
Mi hermana iba contando segun ella.
Con su voz de ratón la oyía contar “uno, dos, cuatro, cinco”… 🙂
Me daba risa porque ni de chiste iba a contarlos bien.
El tren iba lento, pero mi papá tambien. Ibamos muy a la par.
Los conté todos.
Eran 37.
“¿Cuántos eran?”, me pregunta mi papi.
“Miiiil!!”, dijo mi hermana, concentrada en su libro de pintar y su colchita.
Yo estaba bien preocupada.
“Y tu Gina, ¿cuantos contaste?”, me pregunta mi papá.
Volteo a ver a mi mamá y ya estaba muy concentrada en su revista FAMILY CIRCLE y un crucigrama que venía en ella. Me di cuenta que ya no sabía como terminarlo porque estaba dibujando unos gatos con unos ojos gigantes en la parte de atras de la revista.
(Somos las peores personas para viajar por carretera!)
“Papi, conté solamente 37”, le dije, casi queriendo llorar.
“Entonces tienes mucho tiempo todavía”, me dice mi papá ya como que queriendo cambiar el tema por mi reacción triste.
Total, se me olvidó por completo esa anécdota. La borré de mi mente.
Precisamente esta semana cuando iba a la escuela de mi hijo, me tocó la barra del ferrocarril cerrar mi paso.
Y así, pegadito a mi carro, pasó un FERROMEX a toda velocidad.
El carro se movía de la fuerza con la que pasó el tren.
En lo que pasaban decenas de vagones a toda velocidad frente a mi y el tren emitía su gran pitido que me encanta, me acordé de aquella vez que mi papá nos enseñó a contar vagones.
El tren de esta vez era larguísimo. Mucho mas que aquellos 37 vagones que conté cerca de Gila Bend.
Y me quedé viendo pasar el tren y al mismo tiempo se me vinieron tantos recuerdos de mi papá.
No se, tal vez mi día había estado muy atareado!
Trabajo, niños, cuentas, banco.
Rutina, sorpresas, correos, llamadas.
Y me quedé un poco tristona y viendo como así, como ese tren, se nos va la vida!
En un parpadear pasa ese tren de vida.
Tantas cosas que he hecho y logrado!
Y sin embargo, tantas cosas por hacer!
¿No les pasa seguido?
Pensamos que nos queda toda una vida para lograr tantas cosas y sin embargo muchos ya vamos a medio tren (o más cerca del caboose).
Todo eso pensaba mientras pasaba el tren largo.
Y de la nada capté que esos 37 vagones que yo conté cuando tenía 7 significa que me voy a morir a los 44.
Tengo 43.
O sea.
Me queda un año según el juego de mi papá.
Traigo esa inquietud desde ayer.
Jejeje, ya se! Ni al caso.
Pero ¿Y si, sí?
Un año. ¿Qué haría?
No pude ni ennumerar que haría.
Me despediría de todas las personas que pasaron por mi vida.
Ay, no se.
Toda la tarde me puse a pensar en todas aquellas personas que son víctimas de alguna enfermedad como el cáncer en etapa avanzada.
¿Cómo reaccionas ante un ‘Le quedan pocas semanas de vida’?
Y surgen esas dudas y preguntas filosóficas de nerd, tales como:
¿Qué es peor? ¿Saber que te vas a morir ó morir repentinamente?
Pues será lo que sea.
La moraleja de la historia es que tenemos que gozar todo el tren de vida, porque se va muy rápido.
Y hacer que cada VAGON (etapa) cuente !
p.d. (Espero que no se cumpla lo de mi cuenta de vagones, jejejeje.. que miedito!)
Vale la pena comentarles que mientras escribía este blog me habló mi mami para decirme que se murió mi tio abuelo ARIEL LEAL ACOSTA, mi tío que me enseñó de TRENES en Nogales Sonora toda la vida…Descanse en paz!! Una larga vida llena de todo tipo de bendiciones.
Se me hizo muy curiosa casualidad. 🙂
NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂
Es la estacion de trenes de Nogales verdad? De donde la sacaste?
google images. 🙂