Hace muchos años que quiero aprender a jugar ajedrez y nomás no me he dado el tiempo de hacerlo.
He leído libros para aprender a jugarlo.
Me han tratado de enseñar a jugarlo (en especial un amigo que hace mucho que no veo, el Jorgito Alcalá).
Sigo sin entenderle mucho y me da un poco de pena aceptarlo, cuando veo niños chiquitos en olimpiadas de ajedréz.
Esta semana, casualmente me he topado con este juego en diversas partes.
En la TV, en las tiendas, en Pinterest y uno que me llamó mucho la atención.
Este último fue en un Starbucks de la ciudad. Tenía cita con una cliente para ir a ver unas casas. El lugar estaba lleno y yo esperaba tanto a mi cliente como a mi ICED GREEN TEA ALMOND LATTE WITH 2 SPLENDAS VENTI. (Ya se, soy la peor persona para Starbucks cuando pido por el carro porque es muy largo lo que quiero).
Veía a todo el mundo en su propio espacio. Unos con computadoras, otros leyendo, otros chateando en su telefono y yo parada viendo a todos.
Vi en una mesa a un señor ya mayor (no se calcular la edad) y traía un rollo de plástico. Lo estira en la mesa, aplanándolo y vi que era un poster cuadriculado como para jugar DAMAS CHINAS ó AJEDREZ.
Saca luego uno montón de figuritas y vi que era AJEDREZ lo que suponía jugar.
Acomodó ambos lados. El lado negro y el lado blanco.
Yo estaba tan entretenida que no tuve tiempo de resongar que no había llegado mi cliente ni me habían dado mi TE VERDE.
Se sienta el señor muy derechito y me voltea a ver. Con sus gestos y manos, me señala que me siente.
No se porque pero eso hice. Me senté en frente de el, del lado de las figuras blancas de ajedrez.
Al sentarme pude ver en su rostro que NUNCA ME INVITO.
Se me queda viendo y se sonríe.
“¿Sabes jugar?” Me pregunta.
“No, para nada. No se porque me senté señor”, le digo con mucha pena pero sintiendo que no me puedo parar de la silla.
“Es menos complicado de lo que piensas. Si sabes vivir tu vida, sabes jugar ajedrez”, me dice el viejito, que en eso levanta una mano hacia mi.
Y ya puedo sentir lo que pasaba.
El señor le hizo señas al amigo con el que iba, el que en este momento le estaba entregando un café. El estaba típico atrás de mi. La seña fue para el pero yo pensé que era para mi. (Como cuando alguien te saluda y tu saludas de vuelta y estan saludando al de atras) 😦
Jejejeje, yo me fui con la finta cuando me señaló (les digo, este protagonismo me va a meter en mas problemas un dia!).
Me paré, me despedí del señor (para esto ya iba de todos colores yo creo, por pena).
Me toma de la mano y me dice: “Identifica el REY en tu vida y protégelo. Y no hablo de tu esposo ó pareja. Protege lo importante en tu vida y eso es ajedrez”.
Me fui con mis clientes ese día pero traía en la mente las palabras del viejito.
Lo único que se del ajedrez es que las piezas tienen diferentes movimientos, valores y propiedades. Cada una cumple una función, pero al final todas tienen el fin de proteger al REY.
1 REY, 1 REYNA, 2 TORRES, 2 ALFILES, 2 CABALLOS Y 8 PEONES.
Todos se mueven en el tablero como si fuera una ejército peleando y eliminando piezas con el fin de que nadie se le acerque a la pieza mas importante, EL REY.
“Identifica el REY de tu vida“.
Me puse a pensar que la vida está dividida en muchos juegos de ajedrez, dentro de un mismo juego.
Ultimamente he visto que en mi trabajo el REY consiste en mis clientes y contratos que tengo. Tengo que protegerlos para que no se me “caigan”.
Y si, en el inter, he “sacrificado” tiempo con mi familia pero ha sido para poderles dar un poquito mas. El juego de ajedrez en el trabajo es bien difícil porque lo que se interpone es la falta de tiempo, en especial cuando tienes hijos y esposo que tambien necesitan de ti.
Hay otros días en los que mi familia son el REY y juego el tablero eliminando lo que les pueda hacer daño. Estoy alli en sus vueltas, en sus tareas, cuando me necesitan para platicar. Sacrifico mi tiempo por ellos porque son mi REY.
Han sido tantos juegos de ajedrez dentro de mi vida que he tenido derrotas feas, el oponente me ha jugado chueco, no la vi venir, sorpresas que tambalearon mi ejército y me dieron un ‘jaque mate’.
He sido peón, caballo, alfil, torre y hasta reina.
Hace mucho que yo no me siento el REY.
No se si un “ejército” se movería para protegerme.
No se si el sentirme la fuerte, la que ‘todo lo puede’ ha hecho que no me sienta un REY.
Hay días que este juego de ajedrez se siente agotante. Soy una pieza que sube, baja, diagonal, horizontal y vertical.
Estiro las manos y cuido lo que debo proteger.
Es muy cansado pero vale la pena y el REY queda protegido y se logra.
A veces el cansancio hace que te equivoques en tus movimientos y eso es lo que causa un stress.
Lo único que se me ocurre cuando pienso en las palabras del viejito de ‘Identifica a tu REY’ es que a lo mejor me quiso decir que todos somos el REY y nos tenemos que proteger solos.
A lo mejor el REY en mi vida soy yo misma, aunque en el fondo siento que se oye egoísta decirlo.
No he llegado a ninguna conclusión de lo que me quiso decir, pero le agradezco que me haya hecho pensar tanto estos días.
Ahorita tengo todas las piezas regadas por el tablero, atacando a quien ataque. He perdido piezas claves que han hecho que disminuya la velocidad que llevo de lograr muchas cosas.
Pero aqui seguimos, jugando un juego de ajedrez sin tener la menor idea de como se juega.
Tal vez aprenda un día.
Tal vez no.
NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂
Que padre tus aventuras amiga!