Muchas veces he dicho que me sorprenden muchas cosas. A los pocos dias digo que NADA ME SORPRENDE de una manera muy contradictoria. El caso es que hace poco dije “Pfffthhhttt!! Ya nada me sorprendería en esta vida”.

No me acuerdo por que lo dije.

Quizá me enteré de algo que me incomodó.

Tal vez sentí una traición de una amistad cercana.

La verdad no me acuerdo que fue.

El caso es que cuando yo digo “Nada me soprende ya”, es como que me ‘auto-consuelo’. Como para no traumarme con algo digo eso para yo sola sentir que “ya lo sabía, ya no hay sorpresa negativa, no pasa nada”.

Así andaba yo toda la semana. “Muy sácale punta”, como dirían mis amigos.

Todo lo se, nada me asusta.

Jejeje, palabras de consuelo, como les expliqué anteriormente.

En eso, navegando en el internet, vi un link que decía

“¿Porqué se arrugan tus dedos de las manos y de los pies cuando permaneces en el agua por mucho tiempo?”

Me llamó mucho la atención la pregunta porque la verdad siempre he querido saber porque nuestros dedos se ponen “choritos” al nadar.

Pues me puse a leerlo, de principio a fin.

Y ¿adivinen qué? Me sorprendí!

Siempre pensé que el exceso de agua se metía a la piel y la humectaba demasiado, por eso se ponía asi. Igual como cuando le pones demasiada agua a las plantas y se ponen feas en lugar de ser beneficiadas.

La ciencia tiene una manera muy especial de llegar a mi cerebro y SORPRENDERME.

(Si eres un lector que es científico ó médico, por favor abstenganse de decirme BURRA!, JEJEJEJE! )

Pues resulta que el cuerpo humano es tan perfecto, que cuando se da cuenta que llevas mucho tiempo en el agua, se prepara para que tu puedas seguir haciendo las cosas sin batallar.

Las ‘arrugas’ en los dedos funcionan como las grietas en las llantas de los carros para darle una fricción.

Nuestros pies se ponen como pasas para que no resbalemos y podamos caminar con fricción.

Las manos tambien sufren este cambio para poder agarrar objetos sin que se nos resbalen.

WOW! 🙂

La verdad me quedé aplaudiendo de emoción.

Con razón ninguna otra parte de nuestro cuerpo se arruga así.

Me maravillé de la magia del cuerpo humano. Su perfección para actuar contra todo, para protegernos.

Quedé encantada y de volada fui y meti mis manos al agua. Tardé mucho en que se pusieran choritas mis manos pero al final lo logré.

No cabe duda que el cuerpo es una máquina perfecta!

Tambien me quedé satisfecha de que todavía me puedo sorprender!

jajajajajaja!

Ya se, que tonta!

Pero gracias a Dios, todavía me faltan muchas sorpresas!

Y se me olvida que así como el cuerpo se adapta a los cambios, asi debemos uno adaptarnos tambien a todo lo que venga.

¿Cómo le hacemos al cerebro relajarse y se deje llevar por la naturaleza de los cambios?

Tal parece que el cerebro es ajeno al cuerpo muchas veces.

La meditación y relajación hacen que el cerebro se ponga en sintonía con el cuerpo para adaptarse a todo pero que difícil es a veces lograrlo!

¿Saben qué?

Me gustan las sorpresas porque a veces representan retos. A mi los retos me gustan porque soy una persona que se aburre muy fácilmente.

Me choca la rutina.

Y tambien tengo que confiar en que cuando el ambiente cambia, las situaciones que menos esperas cambian, el ser humano es capaz de adaptarse a la perfección.

Nos tenemos que dar esa “arrugada” en el proceso de los cambios para que cuando llegue lo bueno lo podamos tomar sin que se nos “caiga ó resbale”.

Y si, se ve feo la “arrugada”, se siente como que algo no está bien, pero al final todo sale bien.

Son planes perfectos de Dios aunque la manera que tiene de hacerlos nos sacan de onda.

Asi que eso de NADA ME SORPRENDE YA no es cierto.

Creo que aún TODO ME SORPRENDE… a veces!

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES! 🙂