No hay mujeres feas…

Hay mujeres que no les sobra el dinero para productos de belleza. (es la verdad).

Yo, por ejemplo.

Déjenme platicarles porqué.

Me fuí el Domingo, de ir y venir a San Diego (La Jolla, para ser exactos) California.

Fue un #ComadreDay, es decir, un día dedicado a mi hija solamente, donde podemos platicar agusto, plan amigas mas que madre e hija.

Llegamos a visitar USD, la Universidad Católica de San Diego, ya que andamos viendo la posibilidad de que en dos años, la niña estudie allá, en California. 🙂 Obviamente se necesitará beca, préstamo y un milagro, ya que cuesta aproximadamente $40,000 dólares el año (si es que la aceptan!)..

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Despues de recorrer el campus y visitar la impresionante iglesia de la Inmaculada Concepción, nos fuimos a La Jolla, California.

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Hicimos reservaciones en un lugar muy lindo llamado GEORGE’S at THE COVE, en la pura orilla de esta ciudad tan bonita. Nos tocó una mesa en la mera TERRAZA, pegadas al ventanal, donde se veía la inmensidad del océano. Estaba tan soleado el día que el color del mar y el color del cielo eran uno solo.

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El calor estaba bien fuerte (para ser San Diego), pero disfrutamos mucho la comida, la plática y el ver a mi amante de verano, el gran Océano Pacífico.

A la salida, nos fuimos turisteando por todas las tienditas que rodean los restaurants en La Jolla Cove. Tenía mil años sin ir a ese lugar y lo disfruté mucho!

Ibamos caminando por la calle cuando nos sale de repente un muchacho muy guapo de una tienda de productos de belleza para la cara y piel.

Cuando menos pensamos, ya estábamos adentro del lugar.

“¿Son hermanas?”, me preguntó, haciendo referencia si mi hija era mi hermanita.

Pues como era de esperarse, me volé y me la creí.

“Ay no! Es mi hija.”, le dije, casi creo que con cara de la India María tras el rebozo.

El gran vendedor continuaba, “No, no, no! Es imposible.. Great job mom!”.. me decía (que muy buen trabajo mamá).

Otra vez, bien volada y sin saber decir que NO, me tenía sentada en una silla blanca dentro de este lugar que parecía inmaculadamente limpio, tipo la escena de Willy Wonka and the Chocolate Factory, cuando usan la WONKAVISION, todo blanco y pulcro.

Comenzaba a limpiarme la cara y cuello con un pañuelo de tela diferente. Era una suavidad que me hacía cerrar los ojos. No se describirles como se sentía la tela.

En eso, mientras yo con mis ojos cerrados casi en éxtasis, me dice el muchacho, que se llamaba Mayer, “¿Porqué trae tanta mugre en la cara?”

JAJAJAJAJA!!  Qué verguenza!!!

Me puse a explicarle que en la mañana, en Mexicali, me bajé a ponerle gasolina al carro y estaba cayendo una tormenta espantosa de arena.

Yo, recien bañada, me empanicé! Me acostumbré todo el día masticar la tierra pegada en mi lipstick.

Nunca pensé que iría a un ‘facial’ y la verdad me estaba dando risa y pena al mismo tiempo.

“I am sorry”, le decía, pidiendo perdón.

Para esto Mayer ya estaba tirado de la risa conmigo.

Me dijo que no me preocupara.

Qué verguenza, le ensucié todos los pañuelos ‘nice’ que tenía!

Me dijo que si que crema usaba.

No quise decirle que estaba usando una de la Walgreen’s de $7 dólares que me está cayendo super bien, asi que le dije que usaba las Lancome para no verme tan chafa.

“¿Desde cuando usas BOTOX?”, me preguntaba mientras me analizaba la cara con lupa casi.

“Nunca me he puesto. Solo me hago faciales una vez al mes, cuando me acuerdo!”, le explicaba mientras el ponía la cara de que ‘que rara mujer cuarentona’ era.

“Wow, entonces tienes buena genética”, me decía.

La verdad me estaba sintiendo bien. Casi le quería decir que me despintaba la cara con aceite de almendras, a veces no usaba jabón en la noche y me maquillo MUCHO desde que tengo 13 años.

He hecho todo lo contrario a lo que te dicen que hagas y sin embargo tal parece que mi piel no está tan fregada para mis 44 años.

“No me odies, pero si se te comienza a ver una arruga pronunciada en cada ojera”, me decía mientras me tallaba los ojos con sus manos.

Y si. Tengo dos cráteres arrugados debajo de las ojeras. Tanto llorar, tanto stress y tantas noches sin dormir. Eso es a lo que le echo la culpa!

“No te preocupes, voy a aplicarte esta inyección superficial de crema en un ojo para que veas la diferencia”.

La inyección, que no era mas que una jeringa sin aguja, me ponía una gota de una cremita en la ojera.

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Con sus yemas de los dedos, me daba golpecitos bien suavecitos.

No me ardía, ni me daba comezón, pero mi ojera comenzó a estirarse. Podía sentir que la piel se estaba expandiendo.

Me vi en el espejo y de mi lado derecho de la cara, la verdad me veía 10 años mas joven.

“Ven linda, ven a ver a tu mami”, le decía Mayer a Luisa Fernanda mi hija.

“Wow, si mami!”, me decía mi hija.

La verdad esta padrísimo el producto.

“¿Cuánto cuesta?”, le dije, mientras me seguía admirando en el espejo.

“Sólo $700 dólares y te dura 6 meses”.

SETECIENTOS dólares.

Me le quedé viendo con cara de “¿es neta?”.

Me dió risa como no pudo darse cuenta que llevaba mis chanclas favoritas de $6 dólares que compré en la tienda de Burlington y llevaba una bolsa de $200 pesos que compré en la DAX, una tienda local en Mexicali.

“Ay no tengo dinero. Pero si tienes muy buen producto. A lo mejor cuando sea rica vuelvo”, le dije, sin pena ni gloria.

“No te preocupes, hoy es tu día de suerte”, me decía mientras me estaba poniendo la cremita en el otro ojo para emparejar las zanjas arrugadas.

“Te voy a dar esta mascarilla que hace el efecto de un peeling con ácidos frutales por $250 dólares y te regalo la jeringa de las ojeras por tu anécdota de la tormenta de tierra”, me decía, todavía riéndose.

$250 DOLARES y me llevo unos productos muy buenos para 6 a 8 meses.

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Hace mucho que no invertía en mi cara y sin pensarla decidí comprar.

Me estuvo sacando otras cosas, otras cremas y un aparato de pulsaciones calientes y frías para la cara que cuesta $4000 DOLARES.

Le di ternura ser pobre yo creo. Me regaló tres faciales bien PRO para mi próxima visita, con vigencia de un año. Asi que en Noviembre me doy una vuelta, en Diciembre otra y en la primavera 2017 otra.

De algo ha de servir.

A lo mejor para entonces ya me alcanza para comprar mas cosas en esa tienda que me dejó maravillada.

Con razón las modelos y las artistas lucen tan bonitas siempre.

El dinero se nota en la apariencia de las personas.

“NO HAY MUJERES FEAS, HAY MUJERES POBRES”.

Ese día lo pude comprobar.

Asi que ahora que me vuelvan a ver, traeré encima de mi crema de $7 de la Walgreens, esta cremita de ojos de $700.

Así son los extremos de mi vida!!

Y me encanta!

Saludos desde Mexicali, ya se me estan acabando los días!! Y un saludo a Rodolfo “Gigio” Carmona que me encontré en la vagancia despues de 20 años!

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES! 🙂

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PARA TODOS MIS LECTORES RICOS, estas son las paginas de los productos:

http://www.celestolite.com

http://www.lionesse.com