XX

Comenzamos la vida con moños color rosa. Delicadas y con facciones finas vamos aprendiendo a vivir en un mundo difícil.

“Siéntate bien”, suele ser una de las primeras órdenes que nos dan.

Denominadas por tanto tiempo como el sexo débil, nos rendimos a ese título desde muy chicas.

Crecimos entre chistes misóginos sobre nosotras mientras se justificaban diciendo “Pero así las queremos”.

Una revolución mental al ver nuestro cuerpo cambiar y desarrollarse. Una preocupación si nos comparamos con las modelos de moda y no nos parecemos.

Las dolencias y molestias de cada mes nos fueron preparando para en un futuro ser madres.

“Calladitas se ven más bonitas”, fue otra orden que nos dijeron que teníamos que obedecer.

Aprendimos a ceder, a ser sumisas, a obedecer y a callar para no molestar.

Si fuimos madres, logramos vencer ese aterrador sentimiento de miedo y amor al mismo tiempo cuando sentimos a nuestros bebés por primera vez dentro de nuestro vientre.

A veces tuvimos que guardar sueños en un armario para convertirnos en cumplidoras de sueños de los demás.

Aprendimos a llorar en la regadera, a reír solas y a comer lo que sobraba de los platos de los niños antes de salir corriendo a otro mandado.

Nos dimos cuenta de que podemos ser los seres más apasionados, pero practicando el erotismo a escondidas.

Poco a poco hemos avanzado en una sociedad que desde el principio de los tiempos nos echaron la culpa de morder una manzana.

Ya encontramos la fórmula de combinar una carrera con tener una familia.

Nos hemos sorprendido de lo fuerte que podemos ser y de la capacidad de poder aguantar el dolor emocional, físico y psicológico como ningún otro ser en este mundo.

Aprender a correr en tacones, a manejar mientras pasamos el jugo al niño que viene en el asiento de atrás, a coordinar el calendario de trabajo, escuela y el familiar a la perfección, y además cumplir con los compromisos en pareja.

Sabemos vivir solas o con compañía.

Vemos el mundo laboral como profesionistas pero también con la intuición femenina que nos convierte en armas secretas de cualquier empresa.

Nos dijeron que competíamos entre nosotras mismas porque el mundo sabía que si nos uníamos seríamos algo invencible.

Ganamos y nos dejamos ganar.

 Conocemos vivir con los 5 sentidos y sin sentido también.

Los labios rojos o al natural, siempre listos para un beso o para una palabra reparadora de almas.

El ser mas complicado teóricamente, pero lo mas sencillo de complacer para los inteligentes.

Amo ser MUJER y amo a todas las MUJERES de mi vida. Somos mucho más de lo que nos han dicho que somos.

Feliz Día.

Video viejo pero me encanta.. 🙂

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