Me gusta que me regalen cosas. Cuando recibo cosas gratis ó regaladas, me siento como si hubiera logrado algo muy importante.
Por eso cuando me regalaron unos boletos en la escuela de mis hijos para ir a ver un juego de los San Diego Padres vs San Francisco Giants, dije que SI. (Aunque son los enemigos de los Dodgers)
En el estadio, ya dentro de el, estaba un puesto de unos muchachos jóvenes.
Vieron que mis hijos traían cachucha de los Dodgers y nos dijeron “Hey, Fans de los Dodgers vengan. Tengo 4 boletos que les puedo regalar”.
Y como novatos, como nuevos, (sobre todo yo) fuimos.
Sin poderle decir que no al muchacho porque sinceramente qué manera tan increíble de vender, de ser fuertes, de no aceptar un NO, un PERO, un ES QUE.
Terminé dando una tarjeta de crédito en la cual me cobraron $40dlls pero se me iban a regresar si asistía a una presentación en Escondido, Ca. el día siguiente a las 10a.m.
Acepté, firmé el voucher y me dí una comprometida mayor.
Esa noche no pude dormir. Me daba miedito haber hecho un compromiso de algo que no pudiera salirme. (Asi es, no sé decir NO. Me cuesta mucho trabajo decir NO.)
Total el martes en la mañana, me alisté para ir a la presentación a Escondido California. Para mi trauma, estaba a 49 millas… o sea muy lejos!!! Salí de la casa a las 8:30am para evitar el tráfico y pensaba regresarme a las 12:30pm para llegar a tiempo por mis hijos a la escuela.
Pues allá voy. Despues de un poco mas de una hora, llegué a mi destino.
Lawrence Welk Resort.
No me había fijado en el nombre. Automáticamente me recordó a mis abuelos maternos. Ellos veían a veces el Lawrence Welk Show y yo con ellos. Me quedaba dormida la verdad, pero recuerdo al Sr. Welk. Un americano “cara de cebolla” decía mi abuela, pero era su fan.
Llevaba música de la época, orquestas y artistas a cantar en su programa de televisión.
Pues el lugar al que llegué se llama así, porque es de él y su familia. Un resort la verdad muy bonito.
Supe que sería algo así, como tiempo compartido. Y sí.
Me recibieron con champagne, café del Starbucks, botanas y postrecitos. Mimosas y vinitos (a las 10 am). No tomé, la verdad me dió miedo andar tan lejos y manejando.
Stephanie ó Steph fue la agente que me atendió.
Muy curioso lo que me sucedió y creo que es gracias a que soy agente de bienes raíces.
Cuando la vi tan linda, ofreciéndome de comer, zapatos cómodos, lentes para el sol por si no traía, me dió un poco de cosa que hiciera un esfuerzo en vano para venderme.
Yo desde la mañana recité todo el camino NO VOY A COMPRAR NADA. NO VOY A COMPRAR NADA.
Y le dije, “Steph, si no quieres perder tu tiempo conmigo y llevarme al tour, no lo hagas! Yo tambien soy agente (realtor) y se lo que se siente que al final de todo tu esfuerzo los clientes no quieran comprar”.
Me respondió que para nada, que ella encantada de llevarme al tour nomas porque si. Que como “colegas” estaba bien.
Pues bueno, vamos al tour.
(Me llevé en mi bolsa unas botanitas por si acaso nos daba hambre).
Stephanie seguía super linda conmigo, de platicar de bulto y todo. Me confesó en el camino su niñez, sus problemas y pendientes.
Yo mientras medio estresada porque ibamos en un carrito de golf por todo el lugar y la verdad manejaba muy rápido.
Me llevó a todos lados, haciendo su trabajo de agente de bienes raíces con excelencia. Platicando de mis hijos, de todos mis cambios, de mi próximo exámen para ser agente, etc.
Las casas modelo impresionantes de bonitas y te garantizan que en cualquier parte del mundo que te quedes son de ese nivel ó mejores.
Si pude verme en ellas. Invitando a todos los que quieran ir conmigo a cualquier lugar del mundo. Casitas de primer mundo y que puedes usar una, dos, cuatro, etc semanas al año dependiendo del plan que compres.
Al llegar traía mucho calor! Esta onda cálida en California está muy fuerte! El sol quema mucho!
Me tomé una Coca Cola gigante con mucho hielo, los cuales comencé a tronar de nervios porque sabía que tenía que usar toda mi fuerza de voluntad para no embarcarme en una compra que no quería ó más bien no podía hacer en este momento de mi vida.
Stephanie se estaba tardando y yo me estaba acabando mi soda muy rápido. En eso veo que llega con Jasen, el jefe y socio del lugar. Lo trajo como ‘refuerzo’ para convencerme.
Yo estaba sudando. Es que no saben que mal me pongo. De verdad no me pidan nada porque no se decir que no. Mal plan. Especialmente cuando se trata de compras que no se hacen en centros comerciales.
Pues se sienta el Jasen y me empieza a mostrar los números. Eran increíblemente buenos! “A la maíz, si me alcanza“, pensé.
Supe que Jasen estaba allí porque cuando nos fuimos al tour, otros del resort tomaron mis datos y corrieron mi crédito. Ya tenían el resultado.
“Tienes muy buen crédito, mejor que el de muchos”, me dice Jasen muy emocionado.
Yo no me emocioné. Si, buen crédito pero sin empleo, jajaja.
“Aquí está el contrato. Tambien estas aprobada para esta tarjeta de crédito que puedes usar para los pagos ó para lo que necesites”, me explica mostrándome todo.
Yo me le quedaba viendo a Steph como diciendo, “qué gacha, si te platiqué mi vida”.
Jasen seguía haciendo descuentos, prolongando mis pagos hasta el 2018, etc.
Yo sudando y explicando que no podía.
Y me sacaban otro escenario de pagos.
Se sentía bien gacho que cada “paro” que usaba me lo bateaban. Me volvían a encerrar para firmar.
Mi fuerza de voluntad seguía firme y decía “No es el momento, voy LLEGANDO a California”.
Pues otro rollo de convencimiento.
La verdad me impresioné de la habilidad que tienen estos agentes de bienes raíces. En un par de horas aprendí mucho!!
Esa determinación, el trato al cliente, la champagne, la familiaridad con la que se referían al Coco y Nanda, las razones que me daban y el precio fabuloso!!
Tuve la pluma en mi mano pero fuí firme y dije NO…
La cara de los dos! Se pusieron tristes y cambiaron de voz. Me dieron sus tarjetas para que en cuanto tenga licencia me vaya a trabajar con ellos. SUELDO mas COMISION.. No lo voy a descartar. Igual y me toca a mi un día ser una Steph.
Ya pensé que me podía ir cuando llega Robert, otro jóven con un montón de papeleo. No había fin!
Firmé la declinación del contrato.
Me trajeron mi recibo del voucher que dí en el estadio para reservar mi lugar para regresarme. Me estaban regresando esos $40 dlls.
Me dieron dos pases para un parque en California y una noche de hotel donde yo quiera.
Me dieron un tablet Android.
Y 4 boletos para los Dodgers de Los Angeles!
No lo podía creer. Con tanto tour y convencimiento se me había olvidado el “gancho” que me hizo ir a este lugar maravilloso.
¿El precio a pagar?
3 horas bastante educativas, entretenidas y que tal vez en un futuro si compre y/o venda en este maravilloso lugar.
Por lo pronto, conseguí muchas cosas padres!! Y me sentí muy contenta!
NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂 !