Eres… Amada

Mariana Eres no encontraba su pulsera. Una pulsera de latón de esas que venden en las playas los locales. Era una pulsera sencilla pero con mucho valor sentimental.

Había buscado ya en tantos lugares. En sus joyeros, en sus cajones, en las bolsas de algunas chamarras invernales y nada.

“No puede ser. Tengo que encontrarla”, susurraba mientras de nuevo entraba a su ‘closet’ a buscar una vez más.

En eso se encuentra una caja de madera con un listón rojo ya un poco viejo. Estaba segura que la pulsera no estaba allí pero algo la llamaba a abrir la caja.

Mariana temblaba un poco al abrirla. No se acordaba que contenía esa caja pero algo le decía que debía abrirla.

Mariana sonreía al ver fotografías de sus amigas, sus novios de hace mucho tiempo y una que otra ‘polaroid’ de ella semidesnuda. “¡No estaba tan fea!”, suspiraba.

En eso ve un sobre sellado. Por enfrente decía “Para mi gran amor”.

Mariana muy intrigada porque no recordaba quién le había mandado esa carta y mucho menos el porqué seguía cerrada despues de tantos años.

Con mucho cuidado decidió abrirla.

La comenzaba a leer en voz alta, aunque se encontraba sola, como siempre en su habitación.

“Mi amor,

¿Cómo estás, Marianita? Cuando leas esta carta quizá hayan pasado muchos años. Tal vez ya no seas la misma jovencita llena de sueños e inquietudes pero sé que tus ojos han de brillar de la misma manera.

Marianita, mi Mariana. ¡Cuánto te quiero y te querré siempre! No entiendo porque no me quieres como yo a ti. Me criticas mucho y creo que nunca te voy a dar gusto. No importa, yo te amo así, como eres. Amo tu serenidad cuando tienes un problema que resolver; amo tu manera de llorar cuando te enojas y no sabes qué decir. Se que has de ser una hermosa mujer, quizá hasta hijos has de tener ya. No te preocupes por querer ser la mamá perfecta, para tus hijos lo eres aún sin esforzarte.

De seguro alguien te ama, mi Mariana. Dale todo tu amor pero que eso no sea causa de sacrificarte tú. Primero tu felicidad.

Mi Mariana, de seguro seguiste estudiando y te convertiste en una gran profesionista. Disfruta tus logros y los que te quieran tumbar, sonríeles y sigue adelante. Créeme que yo estoy aquí, apoyándote siempre.

Mi amor, se que la vida no es fácil y se te presentarán pruebas y obstáculos. Te van a fallar las personas en las que más confías y se van a ir de tu vida. Quédate con las que siempre están y te llenan de paz.

Mi amor, si tan solo me hubieras amado como yo a ti desde siempre. Si tan solo supieras que la vida se hizo para disfrutarla, que los sufrimientos son pasajeros y los momentos felices se van muy rápido.

Mariana estaba llorando y recordando quién le había mandado esta carta. Como si fuera ayer recordó absolutamente todo de la persona que le escribía tan bonito. Se limpió las lágrimas y continuó leyendo.

Mariana, aún no es tarde para nuestro amor. Si encuentras esta carta y te das cuenta que siempre me has amado, aquí estoy. Siempre he estado y siempre estaré. Búscame mi amor, te sigo esperando, y cuando nos volvamos a encontrar ya no nos vamos a soltar.

Con todo mi amor,

Mariana Eres (yo misma, años despues)

Mariana estaba llorando pero al mismo tiempo agradeciendo a aquel profesor de filosofía que les hizo escribirse una carta para su futuro YO. Habían pasado tantas cosas que Mariana se había olvidado de esa carta. Mariana lloraba porque la carta era lo de menos. Mariana se había olvidado de ella misma por mucho tiempo.

Y tu, que lees esto,

¿Hace cuánto tiempo que no te escribes una carta de amor a ti mismo? Házlo. Será la declaración más real que te hagan.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

Es cuestión de ADMIRACION…

Admirar no es nada mas que ‘ver y expresar el agrado de las cualidades de alguien ó algo’.

Así estaba yo, admirando las nubes negras del cielo que poco a poco comenzaron a juntarse. Como magia y como si estuviera viendo una película en ‘fast forward’ (la flechita que le presionas al control para que se vea mas rapido).

Y estaba allí, como hace mucho que no lo hacía, realmente impresionada con los colores del cielo, el aire que soplaba en mi cara y el olor a lluvia que no tardaba en caer.

Admiraba la naturaleza en su esplendor, la condesación del vapor para hacerse nubes seguida por una precipitación dura y fuerte.

Me sentí feliz por haberme dado el tiempo de observar y disfrutar el tiempo (aunque me daba miedito que me cayera un rayo).

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Y así, no se si fue casualidad ó simplemente que me tocaría esta semana experimentar cosas que me hicieron reflexionar acerca de la admiración.

Yo admiro muchas personas y en si familias enteras.

Hay de verdad familias que la estan pasando no muy bien y sin embargo siguen adelante, sin dejarse vencer por el miedo, tristeza y hasta incertidumbre.

Las admiro porque no se dan por vencidos, porque toman el lado amable de la tragedia y salen adelante.

Admiro a la gente que trabaja sin parar para que nada falte en sus hogares. Muchas veces no estan del todo contentos con lo que hacen, pero aun asi siguen.

Admiro la paciencia de los maestros y las manos de los cirujanos.

Son interminables las cosas que admiro.

Pero, ¿qué pasa si la admiración acaba?

Cuando se deja de admirar, se deja de amar[5]

¿Qué tan cierto es esto?

Si dejas de admirar, se acaba el amor.

Tengo días con eso en la cabeza. Y no estoy hablando de amor de pareja, sino de amor de todo (trabajo, carrera, pasatiempos, bienes materiales, grupos sociales, amistades).

Tiene cierta lógica. Si no admiras algo, PIERDES EL INTERES, y consecuentemente el amor.

Pero, ¿y si pierden el interés por ti? Es decir, tu notas como ya no ‘encajas’ en tu ambiente, en tu trabajo, en tu relación?

¿Qué hacemos entonces?

Mi respuesta despues de tanto pensar fue la siguiente:

“Uno tiene que hacerse interesante. Tal vez cambiando, inventando ó simplemente no ser tan predecible”.

Puedes fácilmente admirar sin amar. Pero para poder amar de verdad, tiene que haber una admiración MUTUA. No solamente de uno de los dos, sino MUTUA ADMIRACION.

Pero lejos de la necesidad de sentirse admirada por alguien, la ADMIRACION mas importante es la que se siente por uno mismo.

  • ADMIRATE todos los días.
  • Disfruta tu vida, tus aciertos y errores. ADMIRA que vives cada momento.
  • No permitas que nadie te diga que no puedes. ADMIRATE cuando trates y luego lo logres
  • Recuerda tus sueños de tu niñez y alcánzalos todavía. ADMIRATE de tu intención de seguir soñando
  • No te auto-destruyas diciendo “no puedo, no soy, nunca esto, jamas lo otro”. ADMIRATE diciendo “si puedo, si soy, si esto, si lo otro”.
  • Rie de tus errores y aprende de ellos. ADMIRATE de que te diste cuenta que la regaste.
  • El peor de tus fracasos puede traerte algo bueno. ADMIRATE de que tienes la oportunidad de recapacitar.
  • Busca otro trabajo si el que tienes no te gusta (pero no renuncies hasta que tengas otro). ADMIRATE de toda la experiencia laboral que ya tienes.
  • El dinero va y viene, no dejes que te amargue la vida. ADMIRATE cuando haces que los últimos centavitos te completaron un taco en la calle.
  • Ningun mal dura para siempre. ADMIRATE de como eres paciente en lo que la tormeta pasa.

ADMIRA a tu propia persona cuando sepa distinguir que personas en tu vida valen la pena y cuales (por mas que te duela) sean las que te lastiman.

Amate a Ti Misma y Sigue Adelante

ADMIRA tu fortaleza, tu convicción y tu determinación de seguir adelante.

ADMIRA tu existir y enamórate de ti.

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Se que muchos de mis lectores no la estan pasando bien. Ojalá este blog les ayude a salir adelante y ADMIRARSE de la fe que tuvieron en que todo pasaría pronto.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES. 🙂