El Mundo y los M&Ms

Vivimos en tiempos complicados, ¿verdad?

El mundo no ha podido controlar un virus que ha causado miles de muertes. El calentamiento global lo podemos ya palpar en tantas cosas. No sabemos que pase con el metaverso ni con las criptomonedas.

Cada vez es más grande la brecha entre los muy ricos y los muy pobres. La desigualdad la vivimos a diario pero a veces es más fácil hacerse como que “no pasa nada”.

Nuestros niños y jóvenes tienen de cierta manera truncada la educación presencial hasta que toda la pandemia se controle.

Tanto cáncer, depresión, accidentes y sin embargo lo que más ha causado polémica en los últimos días ha sido el cambio de imagen que recibieron nuestros amigos ficticios chocolatudos M&Ms para ser inclusivos a una sociedad tan cambiante e indecisa.

Los cambios más notorios en estos personajes fueron los zapatos. A las dos niñas M&Ms (la verde y la café) les quitaron sus zapatos sexys. A la M&M café le quitaron sus “stilletos” (tacones altos) y le pusieron unos tacones pedorros bajitos. A la M&M verde le quitaron sus botas ‘a go-go’ blancas y le pusieron unos tenis sin calcetines.

No voy a opinar acerca de la inclusión que pretende la compañía MARS Inc., la cual tambien quiere que el M&M naranja sea más aceptado por su ansiedad.

Lo que si quiero resaltar es que están mandando el mensaje que las mujeres exitosas y “poderosas” no pueden tambien ser sexy al mismo tiempo. Y digo esto porque el pretexto que dieron del cambio fue porque “se necesita empoderar a los M&Ms femeninos y no hacerlos solamente Sex Symbols”.

Desgraciadamente cuando una mujer es exitosa en su casa y en su vida profesional, y es una mujer que se arregla, se cuida y disfruta de su sensualidad femenina, la “gente” tiende a admirarle que supo usar su físico para salir adelante. No asocian la inteligencia y la astucia de la mujer con usar tacones altos.

Quizá impacten los tacones cuando se tiene que correr con ellos en un mundo de hombres. Separan lo sexy de lo poderoso en el ámbito profesional.

En fin, el fetiche de los tacones es grande. A mi en lo personal me hace sentir poderosa un buen par de tacones (sobre todo cuando no me caigo, jajaja) y no me los voy a quitar para que vean que tambien puedo ser inteligente.

Que no nos quiten los tacones los que no puedan usarlos porque se van de boca. (Yo digo).

Es decir, ponte el zapato que quieras, porque quieres.

Me estoy riendo al escribir de esto porque estoy cayendo en el juego de darle importancia a algo tan nulo como son unos personajes ficticios que representan a uno de los chocolates favoritos de todos los niños.

Pero detrás de cada obra “inocente” en el mundo de negocios viene apoyada por un mensaje subliminal y no tan escondido de lo que quieren que la sociedad haga.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂