Es abril y todo el mundo sabe que es el mes de los niños! (En México)
La niñez. Bendita etapa del ser humano.
Es tan corta!
(Aunque con el tiempo he aprendido de los demás que no todo el mundo tiene una niñez bonita. Yo me siento afortunada de haber tenido una niñez llena de amor dentro de una familia unida y bendecida).
Les platico de esto porque mi hija Luisa Fernanda y mi sobrina Natalia se fueron a Misiones (solas sin familia, puras niñas de prepa) e hicieron un ejercicio de llevar una foto de cuando eran pequeñas.
Sin decirme nada de lo que vivieron, solo me explicaron que te sentabas frente a la foto de uno mismo cuando era pequeño y le ibas narrando tu vida.
Por ejemplo, tomas la foto de tu niñez y le comienzas a platicar a tu “YO PEQUEÑO”.
“Hola Gina, soy TU pero muchos muchos años despues. Quiero platicarte que los primeros 3 años de tu vida serás una niña feliz. A los 3.5 años llega a tu vida un ser que será un pilar en tu persona. Llega tu hermana y aunque al principio no te encanta la idea de que llegue alguien a robarte la atención absoluta que tenías con toda la familia, al instante sabes que será tu gemela que nació años despues”. (ai labiu brada guit bubs).
Así comenzaría mi plática conmigo misma…
No le voy a seguir para no aburrirlos con mi vida, pero los invito a que hagan el ejercicio cuando tengan tiempo.
¿Qué le dirías a tu “NIÑO” INTERIOR?
No supe que le dijo mi hija a su YO PEQUEÑO, ni yo quise investigarlo. Los ejercicios psicológicos hechos en confidencialidad con terceras personas debe de permanecer alli.
Entonces para poder escribirles de esto, hice el mio propio.
Lo primero que hice fue preguntarme “¿Ha sido FELIZ tu vida?”
La respuesta inmediata fue “Definitivamente ha sido MUY FELIZ“.
Tomé una foto que me gusta mucho de cuando era bebé porque me parezco a mi sobrinita Olivia.
Tengo si mucho, 8 meses de edad (aunque parece que tengo mas, es Diciembre 1972 y yo nací en Mayo).
Cerré por un momento los ojos para transportarme a mi niñez.
Abrí mis ojos y me puse a platicar conmigo misma.
Me di cuenta que puedo recordar casi todos los años de mi vida.
Hace poco leí que cuando te acuerdas de algo, lo haces de la última vez que lo recordaste y no de cuando pasó en realidad.
¿Entendieron?
A mi se me hizo muy fuerte esta declaración psicológica.
Es decir, si me acuerdo del funeral de mi papá, mi mente no se transporta a 1995 sino a la última vez que me acordé del funeral en sí.
Esto para mi me viene a confundir y transtornar las ideas.
Déjenme decirles porqué.
Cuando yo terminé de platicar con mi foto, capté que le platiqué a mi NIñA INTERIOR puras cosas duras y difíciles que me pasarían.
Sí mencioné lo bonito que me ha pasado atraves de los años, pero tambien pude notar como me ‘clavé’ con las pruebas fuertes.
Lo que me hizo llorar.
Lo que me dió trabajo asimilar y superar.
Fueron mucho mas las cosas negativas que le trataba a explicar a mi NIÑA INTERIOR.
Como que la fuí ‘preparando’ para lo que ya había vivido.
Tambien terminaba cada situación difícil diciendo “Pero lo superaste”.
Si bien es cierto que lo que recordé fue lo que tenía guardado en mi memoria y no cuando pasó en realidad, a lo mejor por eso mi vida ha sido tan feliz.
Cada vez que uno recuerda algo horrible que pasó, duele menos.
¿Porqué?
Quizá porque la mente escoge quedarse con lo menos feo.
Dicen que ‘el tiempo lo cura todo’.
A lo mejor es por eso.
El tiempo se encarga de que nuestra mente solo recuerde lo malo pero ya sin tanto dolor.
Está en nuestra naturaleza luchar por la felicidad.
Entonces es verdad cuando te dicen que SER FELIZ es una decisión.
Mi respuesta al preguntarme si he sido FELIZ en mi vida fue SI, aunque haya recordado con mi foto momentos muy duros.
Que bueno que el cerebro funciona así!
¿Se imaginan que uno nunca superara las tragedias?
Llorarle siempre a un amor que ya no es.
No poder superar la muerte de un ser querido.
Lamentarse todos los días lo que no nos ha salido bien.
Ay no!
La vida es muy muy corta para pasarla llorando por las esquinas.
NO estoy diciendo que no duelan los momentos duros, lo que si los invito a hacer es que tengan fe que NO HAY MAL QUE DURE 100 AÑOS…
Y nuestro cerebro se encargará de convencernos que tuvimos una maravillosa vida.
Mientras tanto, alimentemos a nuestro NIÑO INTERIOR.
Rodéate de personas que te hacen reir a carcajadas con un recado, que te siguen la corriente con lo que piensas, que te manden una foto del cielo, que te digan que tus sueños se pueden cumplir y que no pasa nada si a tu edad crees todavía en los cuentos de hadas! 🙂
Y los mas importante, SE TU una persona así para la gente que te busca y quiere.
NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES ! 🙂