Sí, está escrito mal el título de este blog. Sistem se escribe SYSTEM. Pero es que así decía la pared que divide México de los Estados Unidos, por el lado de Mexicali, cuando estábamos en la fila más larga y lenta del mundo… 3horas 55min..
Despues de un maravilloso fin de semana con la familia, el domingo 9 de diciembre se presentó en Mexicali las líneas más largas de la historia para cruzar, y yo estaba allá.
No. No he sacado la Sentri porque tengo una multa pendiente por exceso de velocidad en Texas y el abogado tiene un año sin resolverlo y eso me tiene frenado mi trámite.
No. No me regresé por Tijuana porque ya estaba oscuro para manejar por la Rumorosa y la verdad no veo bien.
No. No salí muy temprano porque estaba la NFL y mi hijo quería ver a los Cowboys derrotar a los Eagles.
Eran las 5 de la tarde cuando me despedí de mi familia y nos fuimos a unos tacos ‘drive thru’, preparados mentalmente que ibamos a hacer más de 3 horas de fila.
Al ver el cruce del este totalmente lleno, decidimos irnos por el cruce del oeste, que acaban de renovar y supuestamente tiene más puertas abiertas para cruzar.
La fila la comenzamos como a 4 millas de las puertas para cruzar. Enfilados por la Ave. Colón, sacamos los tacos que habíamos comprado y nos pusimos a oír música y comer mientras se nos hacía que la fila avanzaba más rápido de lo que pensábamos.
Pasó una hora y pude sentir que sí nos íbamos a aventar unas dos ó tres horas más.
Nos fuimos platicando y encantados de que por estar pegados al cerco fronterizo, agarrábamos ya señal gringa en nuestro celular.
En eso vimos la siguiente foto:

“F*ck the ‘sistem‘”.
Nos reímos y mi hija Luisa Fernanda le tomó foto. Le dije que me la guardara para mi blog porque esta fila ameritaba un blog especial.
Ese grafiti nos dió tema de plática migratoria y me dió orgullo llevar en mi carro a mis hijos con unos pensamientos tan maduros y centrados sobre temas como la migración. Me dió también un poco de melancolía porque mis bebés ya no son bebés.
Son ya jóvenes pensantes y me alegan y debaten con argumentos que a veces me dejan callada porque me ganan.
¿Porqué escribiría el grafitero eso?
Nos imaginamos que es como un desahogo de una sociedad regida por sistemas con fallas que tenemos que seguir a pesar de que algunas veces no estamos de acuerdo.
¿Porqué tanta gente cruzando ese domingo?
Porque el peso esta a $20 contra el dólar. Pasear en Mexicali, ir a comer, visitar familia y en especial ir al CINEPOLIS VIP (como lo hicimos nosotros) sale a un tercio más barato que cualquier cine en Estados Unidos. (pues sí, F*CK THE SISTEM).
En mi caso particular, fuí una cita médica en Mexicali con el Dr.Morales y mi hermana. Me sale más barato pagar las consultas y medicinas que el co-pago de seguro médico americano porque según el gobierno de Estados Unidos, yo no califico para Obamacare. No pues, Fuck the Sistem, porque NO puedo pagar un seguro de mil dólares mensuales como cree el gobierno. (No me estresa, porque no hay nada mejor que un doctor mexicano y además tengo la bendición de tener a mi hermana médico… <3)
Seguíamos en la línea y nos comenzamos a entretener con la cantidad de cosas que venden pegado al cerco. De todo.
Siempre he querido una alcancía de barro de puerquito. Estuve a una nada de comprarla y tambien la escoba que se veía muy firme y maciza.
Me fuí dando limosna a todos los que me pedían. A la familia entera tocando la banda, al señor que lleva un letrero lloviznado que necesita medicamento, a la pareja que la corrieron del trabajo y anda completando el pasaje para Veracruz, y al señor de la bolsa negra gigante que por una propina se lleva la basura que traes.
La fila estaba atorada y según yo ya íbamos a la mitad (y llevábamos dos horas).
Eran las 7:30pm y que se prende el foco de que me queda poca gasolina.
‘F*ck the sistem‘, pensé. ¿Porqué no puse gasolina antes de hacer la fila? Activé el botón que apaga el carro al estar frenado y se supone que se ahorra combustible. Apagué el aire y abrimos ventanas. Mis hijos con cara de stress y ‘duh mamá, hubieras echado antes’.
Eran las 9:20pm y ya podíamos ver el cruce, a unos 5 carros de mi. Lo que no me dí cuenta es que iba en el carril de autos Y MOTOS.. Se me metieron 2 motos antes que yo y la agente de la migra muy lenta con cada uno.
Yo iba decidida a pelear y preguntar porqué estaba tan lento todo. ¿Porqué sólo abren 4 de las 8 puertas? Hicieron una inversión millonaria para agilizar el cruce y tardaron años haciéndola y ahora que está lista no hay agentes disponibles y sólo abren la mitad. Pues si, F*ck the Sistem.
Al pasar la agente nos saludó super linda, le hizo cariños a la Kiara (que venía la pobre toda mareada en su cajita donde viaja), revisó nuestros pasaportes y nos deseó un lindo viaje con cuidado. (Ya no pude pelear, se portó muy amable).
Tengo que reconocer que es increíble lo fácil que dejan cruzar a nuestras mascotas. No cabe duda que ser perro en Estados Unidos es un privilegio. Para cruzar a USA debes ser un perro vacunado nada más. (No como nosotros los humanos, cuando tienes que ir a un trámite migratorio y te piden hasta la receta secreta del pavo de tu abuela). ¿Ven porqué nos cayó del cielo la frase ‘f*ck the sistem‘?
Cruzamos a las 9:35pm y ya para esto nos estábamos haciendo pipí y a mi carro le quedaban pocas millas de gasolina.
Llegamos a la primera gasolinera de Calexico. El plan era caminar a la Kiara, comprar un café porque eran casi las 10pm y me faltaban dos horas de carretera para San Diego, echar gasolina y hacer pipí porque nos tomamos unas horchatas gigantes en la fila.
“No hay baños, nomás para empleados”, sale mi hija diciendo de adentro de la tienda.
“No pues vámonos a otra”, le dije a mis hijos.
Llegamos a otra y tampoco había baño.
En la Shell estaba carísima, no tenía tiendita y te prestaban el baño si echaban gasolina.
No pues ‘f*ck the sistem‘.
¿Qué onda con el servicio al cliente y turistas en Calexico?
Llegamos a una cuarta gasolinera.
“¿Tiene baños?” pregunté al muchacho de la caja.
“No. Nomás hay baños en restaurants. Ya no hay baños en ninguna gasolinera”, me explicaba el señor.
Pues toda fracasada me decidí a echar allí gasolina y comprarnos un café para el resto de la carretera.
Al pagar, me dice el muchacho, “¿Tambien esa caguama de Miller Light?”, apuntando a una cerveza del señor atrás de mi pero la había puesto ya en el mostrador.
“Mmm, que rica la cheve pero hoy no”, le dije mientras pagaba.
“¿Entonces cuando nos la tomamos juntos señorita?”, me preguntaba el ruco atrás de mi con cara de conquistador y voz profunda.
No se qué cara le hice ó cómo lo ví, pero sólo pensaba por dentro “¿es neta? really?!?!” y me salí con mis hijos sin decirle nada.
Mis hijos ya agobiados, se las curaron de mi pegue y en eso sale Luisa del carro y me dice, “La Kiara me vomitó toda”.
Nos pusimos a limpiar el carro con el limpiador de parabrisas que tenía jabón limpio y había bastante papel en uno de los postes de la misma gasolinera.
“Vámonos que ahi viene el viejo pervert que me quiere invitar la cheve”, les dije a mis hijos apurándolos a subirse al carro.
Prendí el carro, lo puse en DRIVE y le dí un paso cuando el Coco mi hijo me dice, “No echaste la gasolina que pagaste”.
Los tres al mismo tiempo “f*ck the sistem”.
(Me tuve que regresar a echar).
Ya era una tras otra y todo nos daba risa.
Fuimos al Carl’s Jr al baño los 3 y de allí a San Diego todo estuvo bien, con un playlist del Coco de sus TOP 100 del 2018 que oscilaban entre Los Angeles Azules hasta David Bowie.
Al bajarme por el 125 sur (carretera de cuota), mis hijos ya venían dormidos. En la caseta de pago me acordé que no tengo tarjeta de débito porque la semana pasada se me perdió y la cancelé. No me ha llegado la nueva. Y no llevaba ninguna de crédito conmigo.
Busqué en mi monedero y pues claro, no traía ya monedas porque todas las regalé a los que pidieron limsona. Y la máquina no da cambio. Nomás traía billetes de $20dlls.
‘F*ck the sistem’.
Mis hijos se despertaron y comenzamos a buscar en el carro monedas tiradas, en sus bolsas y en todos lados. El Coco me dió dos billetes de un dólar y Luisa Fda pudo completar los 50 centavos restantes.
Obviamente aceptó la máquina las moneditas y uno de los billetes. El otro no lo quería. Me lo regresaba y me lo regresaba. Lo planchaba y lo volvía a meter. Muy desesperante.
“Eres el cochi de Chicken Little”, me dijeron mis hijos.
Y sí.
El Coco semi-dormido tuvo que sacar otro billeto de a $1. (es mi casa de cambio, jajaja)
Eran las 12:15am cuando llegamos a la puerta de la casa.
Nos dormimos y a las 5:30am, como cada lúnes, sonó la alarma.
“F*ck the sistem“, suspiré y comencé la semana.
NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂