Como si fuera ayer, recuerdo aquella sensación de llegar al mar por primera vez en el verano cuando ibamos a la playa de vacaciones.
La playa casi siempre estaba fría (al menos al principio) y el chiste era meterte al agua sin importar lo congelado que estuviera.
Ese sentir de la primer olita que llegaba a tus pies descalzos era tan emocionante. No faltaban los gritos de “¡Qué fríiiiiia!” de todos.
Agarrabas aire y metías los dos pies. Luego te agarraba descuidada una ola y el agua te llegaba a la rodilla y luego ya estabas metido hasta la cintura.
Cuando menos pensabas, estabas disfrutando del mar. El agua ya no estaba fría y el peligro del mar se esfumaba cada vez.

Bueno, realmente el agua nunca se calentó ni el peligro del mar se fue.. simplemente, nos acostumbrábamos.
Eso es exactamente lo que estoy sintiendo estos días mientras experimento el ‘extraño retorno’ a una nueva realidad.
Vamos poco a poco, como metiendo el pie al mar frío. Hemos seguido paso a paso las noticias de qué está abierto y vamos obedeciendo.
Todavía no me animo a ir a casas de amigos pero sí he salido a lugares públicos y abiertos al aire libre.
No sé explicar qué se siente ya volver a ciertos lugares.
Veo a mi alrededor a la gente usar sus mascarillas (y no las lavan porque se les ve lo sucio), otros las traen en la barbilla y otros la cuelgan de las orejas.
Ha sido un extraño retorno en el cual nos toman la temperatura al entrar a algunas tiendas y restaurants. Es muy raro tener que entrar con mascarillas y sólo poder quitártelas al estar sentados comiendo. (Si tienes que ir al baño, tienes que ponerte la mascarilla de nuevo).
Los menús de los restaurants que ya han abierto son ahora desechables, de papel. No están completos y solo manejan uno que otro platillo.
Los meseros se ven agitados teniendo que usar las mascarillas todo el tiempo. Se pueden percibir sus gotitas de sudor y sus ojos irritados al estar respirando atraves de un trapo toda la jornada.
No existen saleros ni condimentos en las mesas. Si quieres más “ketchup” ó salsa A1, te la dan aparte en una tapita de plástico.
Los restaurants están a media capacidad para poder separar las mesas y las filas a veces son muy largas para poder ingresar (aún con reservación).
Todo es extraño, surreal. Ver a turistas por el centro de San Diego con sus mascarillas tomándose fotos. Pareciera que durante los días de cuarentena el mundo cambió drásticamente.
Sí, he subido fotos en mis redes sociales de que hemos estado saliendo. Incomodo a personas que siguen en cuarentena y ¿saben qué? Yo también me siento rara andar tan confiada.
Al igual que mis recuerdos de meterme al mar poco a poco, lo mismo quiero que pase en este extraño retorno. Poco a poco quiero irme acostumbrando a esta nueva realidad mundial.
Quiero acostumbrarme de tal manera que ya vuelva disfrutar todo de nuevo como antes. Lleva tiempo hacerlo, lo sé.
Ya quiero que este extraño retorno se vuelva un sentimiento natural.
Quiero volver a disfrutar de la vida sin el pendiente. Tantas veces que me quejé de tonterías y por andar de negativa no agradecía el día a día.
Y ahi la llevamos en este extraño retorno, poco a poco vamos aguantando los cambios, las nuevas reglas, esas filas en el sol a 6 pies de distancia del de enfrente.
Hay días en que si tengo ganas de salir del encierro y ver a mis amigos. Pero tambien les confieso que hay otros días en los que mejor quiero seguir entre cuatro paredes componiendo mi mundo mientras el de afuera sana.
Creo que mi ciudad (San Diego) está llevando el extraño retorno de la manera más inteligente, con pausas y en etapas.
Me llegan comunicados de que los contagios van en aumento en el condado, pero como dice el Trump “Hay mas contagios porque se hacen pruebas. Si no se hacen pruebas pues no hay incrementos en las cifras”.. jejeje.
Si hay algo que he aprendido de esta pandemia es el disfrutar del día a día. He dejado de hacer planes a largo plazo así no sufro mucho si se me desmoronan. Estoy disfrutando lo mucho ó poco que nos dejen hacer estos días por si nos vuelven a encerrar.
Eso sí les digo, si nos vuelven a encerrar, ahora sí voy a tener mi stock de papel del baño, rompecabezas, Lysol y una dotación de ‘happy pills’ para poder ser lo suficientemente creativa para sobrevivir más días de cuarentena.
Por lo pronto, hoy es un día maravilloso porque me están leyendo y eso para mi ya fue suficiente para que este día contara.
NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂
Yo como tu, ya más confiada y saliendo a más lugares pero la verdad apreciando cada cosa que SI podemos hacer, aunque sea con el molesto cubre bocas 😷