Challenge Accepted

Mujeres.

Por todas las redes sociales estamos. Fotos blanco y negro inundan las plataformas más vistas. Mujeres de todas las razas, colores y situación económica comenzaron a tapizarnos con sus fotos maravillosas.

Millones de mujeres en todo el mundo subieron fotos con su respectivo #challengeaccepted, que quiere decir “acepto el reto”.

¡Ah, mujeres! Tan hermosamente complicadas que somos. Y yo puedo decirlo porque soy una mujer que a veces cae en su total feminismo de ser totalmente irracional, pero siempre sabemos lo que hacemos.

Funcionamos tan maravillosamente que ninguna computadora tiene nuestra memoria al detalle, desde a qué olía el ambiente en tal recuerdo hasta que ruido había en el fondo. Manejamos nuestro complejo cerebro a la perfección, pero es que estamos diseñadas para ser así.

¿Saben? Las personas que más me aman y quizá mis únicos enemigos son mujeres. Me llevo muy  bien con los hombres, desde mis mejores amigos hasta con los jefes y compañeros de trabajo que he tenido que tratar. Con ellos nunca he tenido problemas para sobrellevar las relaciones, cualesquiera que esta sea.

¡Ay, pero mis mujeres! Mis bullies de niña eran mujeres. Las que te hacían feas caras en las piñatas ó no se juntaban contigo porque venías de fuera. La que me rompió el techo de mi convertible hace mil años en Mexicali fue una mujer (y ahora es mi amiga). ¡Sí! Parece que me contradigo, pero no. Todas las mujeres que me leen saben de que estoy hablando.

Somos seres apasionados y maravillosos, no cabe duda.

Por eso cuando recibí la invitación de Cynthia Loera y de Elsa Rincón para participar en el reto #challengeaccepted, no dudé en hacerlo.

Este reto consiste en subir una foto blanco y negro a las redes sociales con leyendas como “Mujeres apoyando a mujeres”, como un juego de solidaridad, de hermandad.

La respuesta que ha tenido a nivel mundial ha sido impresionante. Millones en el # (hashtag), con fotos maravillosas y donde el hecho de no tener color hace que el alma de cada mirada de mujer brille aún más.

Comencé a etiquetar amigas y conocidas y unas lo hicieron (otras no). Me puse a leer en NY Times acerca del movimiento y cómo tal vez tenga un tono político porque a una miembra del Congreso de USA le faltaron al respeto. Tambien se debe a la violencia doméstica que se ha elevado en este tiempo de encierro. Sea cual sea la razón, fue un reto que todas estamos haciendo (porque esto va para largo).

Ví tambien en las redes sociales como comenzaron los ‘haters’ a publicar cosas que desacreditaban el movimiento. Ponían fotos de cebras, pandas, uniformes de rayas blanco y negro (presos), etc. con la leyenda #challengeaccepted.

Al principio me dió risa y luego me enojé. ¿Porqué siempre tiene que haber alguien que no apruebe un movimiento que no le hace daño a nadie?

Es por eso que decidí hacer el blog de esto y tambien hice un video con las mujeres que más me leen cada miércoles (quizá como para agradecerles un poco su tiempo y cariño).

Me “robé” fotos de todas aquellas que no habían participado aún en el reto y tambien de las que ya andaban circulando públicamente.

Comencé a editar las fotos, a subirlas y cuando les puse música para ir viendo como se veía, me dieron unas inmensas ganas de llorar. (No se que me pasa pero por todo lloro últimamente. Muy inútil de mi parte la verdad).

Y pensaba ¿porqué lloro?

Veía el video y lloraba cada vez mas. Lloraba y lloraba. Y capté lo que en realidad veía en cada foto. Veía a mujeres reales.

Mujeres, cada una de ellas (de ustedes) con una historia detrás de cada mirada.

Mujeres fuertes y determinadas. Honestas y fieles. Fuertes y dominantes. Sumisas y tiernas.

Cada vez que lo veía, veía una parte de mi en todas.

Madres, hermanas, tías, abuelas, primas, amigas, comadres..

Emprendedoras, empresarias, motivadoras, empáticas, asustadas, con miradas que sabemos que han derramado lágrimas.

Mujeres que este año han tenido que ser mas fuertes que nunca para no desequilibrar el bienestar emocional de la familia.

Mujeres que sonríen porque es más fácil hacerlo que explicar la angustia.

Mujeres que han sido víctimas y han sido héroes.

Mujeres que han brindado una mano al que lo necesita.

Valientes que han luchado contra enfermedades y realmente seres celestes las que han perdido a un hijo en esta vida.

Mujeres que yo se que si las necesito me van a ayudar.

Me ví en la que ha estado dudando de sus decisiones. En la que está a dieta porque pues no hay de otra.

Me ví en esas miradas jovencitas llenas de sueños e ilusiones por lo que falta de vida.

En las persistentes y defensoras de los derechos de todos.

En esas caritas de niña de todas, esas niñas que pensaron que la vida era de princesas y finales felices pero con el tiempo fueron viendo que había más dragones y hechizos.

Me ví en ti que me lees y que das la vida por que todo fluya a tu alrededor.

Me ví en ti que tienes miedo a lo desconocido, al futuro y muchas veces a la vida.

Me puse a escribir de ti y hacerte este video para agradecerte MUJER, el estar aquí, levantando mi ánimo cuando menos lo piensas.

Disfruten el video… lo hice con mucho amor y como agradecimiento por aguantarme, jeje.

 

 

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

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Sólo una razón

Soy fan de Lady Gaga. No desde siempre, pero últimamente me he detenido a escuchar la letra de sus canciones y he podido leer entre líneas como es en realidad su mente y su manera de componer.

Hay una canción en especial que tiene una frase que me dejó pensando: “Million Reasons”, donde en una parte dice “Me estás dando 100 millones de razones para irme pero sólo necesito 1 razón para quedarme”.

Tiene tanto significado esa frase. Está llena de enseñanza que podemos aplicar para cualquiera que sea nuestra duda en la vida.

No necesariamente habla de una relación sentimental sino que puede tratarse de una toma de decisión importante.

El día a día nos llena de preguntas donde tenemos que tomar una decisión y vamos poniendo cosas en una balanza para ver para que lado se inclina.

Imagínate que tienes que tomar una decisión que puede cambiar tu vida. Piensa en lo que sea, ya sea algo que estés viviendo ó sea algo que ya hayas tenido que hacer.

La decisión es irte ó quedarte. Seguir ó parar.

Vas poniendo las razones en la balanza, una tras otra, y todas parecen indicarte que te tienes que ir. Una y otra razón. Cada una es más poderosa que la siguiente. La balanza está definida totalmente hacia irte. Son 100 millones de razones válidas y reales que te hacen decidir irte. Pero… llega luego a tu mente una razón para quedarte. Una contra 100 millones. Un motivo que pesa tanto que logra mover la balanza hacia el lado opuesto de lo que parecía lógico.

¿Alguna vez han estado en esa situación?

No necesariamente hablo de una relación sentimental. Puede muy bien ser una amistad de mucho tiempo que se ha convertido en algo tóxico sin querer. Quieres huir de la amistad por 100 millones de razones pero luego piensas en que es tu amigo, tu compa de toda la vida, tu familia por elección y te quedas. Conozco pocas amistades que por una sola razón se queden, siempre pesan mas las 100 millones de razones para irse.

Lo mismo aplica para un trabajo. Esas razones para quedarte que tanto hacen la diferencia de la única razón que tienes para irte.

Para todo tenemos que balancear razones.

¿Cuántas veces hemos lastimado a terceras personas por no poner en una balanza las razones al tomar decisiones?

Hablamos sin pensar, estando en lo que creemos correcto, sin importarnos como podemos lastimar a los demás.

Quizá sea necesario ver las razones que tenemos de expresarnos sin pensar y muchas veces sin conocer del tema.

Les confieso que estoy ya usando toda mi reserva de emociones positivas para seguir en este 2020. Sé que todos estamos igual y realmente no me ha ido mal pero esa vibra oscura que hay en cada publicación, en cada noticia, en cada cadena de oración por los enfermos me hace temblar de angustia.

Hay 100 millones de razones para estar tristes y angustiados (o más), así que mi  agotamiento se debe a que debo buscar una razón lo suficientemente fuerte que le gane a todas todos los días.

Una razón. Sólo una que no sea la típica salud, dinero y amor.

He llegado a la conclusión que si no encuentro una razón poderosa para irme de un estado de tristeza y angustia quiere decir que tal vez tenga que procesarlo y ya que se me pase pueda encontrar cualquier motivo para salir de allí.

Estoy segura que todos en este mundo andamos un poco así, como que tristes, apagados y tal vez incrédulos que estén pasando tantas cosas feas. Veo a mis amigos enojados con la vida, otros que pueden distraerse pero son criticados si se hacen los que no pasa nada, rompimientos amorosos, planes truncados, negocios temblando en sus últimas vidas. Ha sido un golpe bajo que nadie pudo ver venir. Veo a los fuertes que van a reactivar el mundo y tambien veo a los débiles que se van a quedar en el camino. (Yo digo que soy de las fuertes pero nada mas que estos días he andado bien agüitada, jeje).

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Sigo buscando distracciones que mantienen mi mente tan activa y tan revoltosa ocupada en todo menos la realidad. Por eso invento tantas cosas en mis redes sociales, por eso en todos lados comento y disfruto ver a todos tratar de pasarla lo mejor que pueden. Vivo en una ciudad paradisiaca con el clima y sus playas, por eso entiendo y aplaudo a los que se han podido escapar de sus casas a vivir una cuarentena con otros aires.

He aprendido que cada uno de nosotros ha encontrado la manera de ver  la razón fuerte que mata esas 100 millones de razones que tenemos para soltarnos llorando. Cada uno de nosotros se ha vuelto mas creativo para no caer en una tristeza fuerte. Veo los que escriben, los que nos ponen música y conciertos, los que nos enseñan a ejercitarnos, los que nos dan ideas de qué comer el día de hoy. Tambien veo los que publican arte, los que se las han ingeniado para sobrevivir empezando de cero un negocio y los que siempre tienen algo chistoso que decir.

¿Saben qué?

Esto va a pasar. Nos vamos a volver a abrazar. Estamos unidos como comunidad (virtud que he aprendido especialmente de la revista GENTE BONITA MAGAZINE).

Sé lo que piensan.

Estar aquí, tu leyendo y yo escribiendo… una razón suficiente.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

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Carpe Diem

Horacio, un poeta romano decía “carpe diem quam minimum credula postero” que traducido al español quiere decir: “aprovecha cada día, no te confíes del mañana”.

He estado leyendo poesía antigua, quizá para ver las diferencias de lo que pensaban antes a lo que decimos hoy. ¿Y saben qué? Pensamos lo mismo. Queremos lo mismo. Sentimos lo mismo.

Carpe diem. Vive el día.

Nada más cierto hoy en estos tiempos cuando no sabes cómo va a amanecer el mundo y que nuevas regulaciones nos van a dictar.

¿Cuántas veces hemos permanecido despiertos en la noche dándole vueltas a algo que todavía no pasa pero en nuestra cabeza ya inventamos mil cosas?

Esa horrible costumbre de planear todo hasta el último momento no es más que sólo una receta perfecta para una decepción.

Tendemos a pensar demasiado en lo que va a pasar y se nos va el hoy en eso.  Por estar viviendo en lo que va a pasar, se nos van los momentos especiales de cada día.

Perdemos la paz por angustiarnos por cosas que no han pasado (pero PUDIERAN pasar).

Me acaba de pasar esto esta semana. Resulta que por cosas del destino, el IRS (el mero mero de impuestos del gobierno estadounidense) dudaba que en realidad yo era yo. Es decir, mi identidad estaba comprometida quizá por vivir ahora en California despues de tantos años en Texas. Mis impuestos del 2018 se seguían procesando y como ya tengo que presentar los del 2019, decidí llegar al fondo de la situación.

Entre mil llamadas, me citaron en el edificio de gobierno de downtown el martes a las meras 10am.

Llegué super puntual y no había nadie en la fila. Los policías me quitaron los zapatos y mi bolsa (mismo registro que en los aeropuertos) y me pasaron por un marco detector de metales. Muy amables todos los policías conmigo. Todos con cubrebocas, me rocearon las manos con alcohol y gel antibacterial y me acompañaron hasta el elevador para indicarme que otro policía me llevaría hasta la oficina.

Muy amables todos en mi trayecto. El que me recibió mis identificaciones, el que me dió mi numerito de espera (que en el fondo me daba risa porque era la UNICA allí) y tambien muy amable la persona encargada del IRS que estaba revisando mi caso.

No se porque me sentía tan nerviosa antes de ir. Ese miedo inculcado de que el IRS es lo peor y todos le temen está muy mal.

Llevo días (ó meses) estresada por tener este pendiente con el IRS y en 5 minutos me resolvieron mi problema. Me había imaginado lo peor, una auditoría, sanciones y multas ó penalizaciones fuertes por haber dejado pasar tanto tiempo.

Aprendí que los del IRS son muy amables, desde la mujer con la que agendé la cita hasta el muchacho joven que me atendió. (La verdad es que nos da miedo todo lo que tenga que ver con trámites de gobierno).

Todo este tiempo me estuve preocupando en vano por algo que tenía solución. No VIVI EL DIA.

Estuve despues de mi cita, viendo el calendario del 2020 y como ya estaba lleno de eventos, semana con semana.

Citas de trabajo, eventos familiares, fecha de irnos a Los Angeles a dejar a Luisa Fernanda a UCLA, eventos con la revista GENTE BONITA MAGAZINE, etc. Era un 2020 lleno de convivios maravillosos con la gente que me rodea y quiero.

Todo enero y febrero me senté en las oficinas de la revista junto con Fabiola para llenar cada fecha con compromisos sociales.

No les sé decir cuantas horas nos pasamos viviendo en el futuro (pensando en cómo sería cada evento) para poder darles a los clientes el mejor servicio y cobertura.

Un calendario maravilloso. ¡Qué padre año!

Creo que eso ha sido de lo mas desgastante de toda esta pandemia (obviamente que despues de lo que es en sí la enfermedad y ese miedo que nos da de que nuestros seres queridos contagien ó lleguen a fallecer).

Tuvimos que ponernos en pausa, en parar todo y fue una lección inmensa de practicar el CARPE DIEM.

Despertar, asegurarnos que tenemos salud, comida básica y todo lo necesario para seguir practicando las medidas de higiene para sobrevivir a todo esto.

Vive el día y no critiques a los que andan en la playa ó andan “como si nada”. Preocúpate por tí. Y ya. No podemos ser los policías de la pandemia, juzgando quién sale y quién no.

Estamos muy cansados y eso que en San Diego tuvimos un mes de “recreo” y pudimos salir al gimnasio, a los centros comerciales y a los restaurantes (protegidos con mascarillas y con medidas de seguridad), pero a partir de hoy miércoles 15 de julio, todo vuelve a cerrarse.

Carpe Diem. Viviendo el día una vez más. En familia y si Dios lo sigue permitiendo, todos sanos.

Y pues ya, que truene los dedos Thanos (como dijo mi amigo el Tuti), que descubran un tratamiento efectivo, una vacuna que prevenga futuros contagios, que todos encontremos la manera de ayudarnos y apoyarnos en la crisis económica mundial que pasaremos, y como dijo mi amigo Payta en su programa de radio ayer citando a John Lennon (The Beatles) “No hay problemas, sólo soluciones”.

Nos vemos el próximo MIERCOLES 🙂

 

 

Juventud en Pausa

Hace algunos meses (o años), publiqué en este blog un artículo acerca de cómo la juventud de hoy está tan acostumbrada a tener todo al instante.

Narraba que no era culpa de ellos, sino que era culpa de la tecnología que les daba todo con sólo presionar teclas.

Mencionaba que gracias a eso, los jóvenes y niños no iban a saber jamás lo que significaba tener la virtud de la PACIENCIA.

Hablaba, como si fuera experta en el tema, de como es que ahora los niños y jóvenes todo saben, todo conocen, nada es sorpresa y al mismo tiempo irán tirando al olvido la práctica de ser pacientes y tener calma para lograr sus objetivos.

Hablaba y hablaba. Preocupada como madre de adolescentes pero al mismo tiempo como parte de la generación X que vivió mitad de su juventud sin tecnología y la otra mitad la vivió en esa transición.

Hoy la situación del COVID19 me ha callado la boca.

Me siento con una obligación moral de pedirle una disculpa a la niñez y juventud que critiqué por no tener conocimientos de lo que es la PACIENCIA.

Me ha tocado ver a mis sobrinos, a hijos de amigos, graduarse de manera virtual sin poder pisar la escuela todos juntos como salón. De verdad se me ha hecho nudo en la garganta cuando en las graduaciones por ZOOM ó Facebook Live dice el director “Ultima pasada de lista” y se mencionan a los niños/adolescentes que no están presentes por causas de la pandemia.

He visto en mis hijos sus caras de preocupación con las noticias. Los he visto encerrarse sin decir nada. Han seguido las indicaciones de no salir, de lavarse las manos si llegamos a salir a comprar algo, a usar cubrebocas y a estar sin socializar.

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Tantos niños que se han podido PACIENTEMENTE acoplar a una clase virtual, a ir a la escuela en pantalla, a hacer tareas con dudas de haberle entendido a medias a la pantalla que la maestra compartió.

Hemos podido sentir la tristeza de miles de universitarios que tendrán que volver a sus casas para tomar clases en línea hasta nuevo aviso. (Regresar al nido despues de volar puede ser muy difícil).

He visto a los jóvenes usar toda la paciencia para hacer cosas positivas dentro de sus casas. Las redes sociales están más activas que nunca gracias a que la generación de millenials y GEN Z las mantienen actualizadas.

Han estado pacientes a la espera del regreso del béisbol (pidiendo que si haya deportes en el otoño).

Se han asustado pero han manejado el pánico de que se les enferman seres queridos cercanos. Tienen la paciencia de calmar a los de mi generación que al parecer somos los más impacientes.

A la juventud/niñez se les arrebató la convivencia (que a esa edad es el motor de vida). No pueden ir al cine, ni a parques de diversiones, ni a restaurants (al menos que estén al aire libre y no en todos los países).

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Todo se les ha limitado. Desde el menú de la comida disponible para llevar hasta cumpleaños donde han tenido que celebrar mediante desfiles de compañeritos y amigos pitando en sus carros frente a la casa mientras ellos con su tapabocas los saludan emocionados.

Paciencia.

Tal vez sea verdad que todos tenemos que ejercerla en algún momento de nuestras vidas (ó en varios) y esta juventud en pausa no fue la excepción.

Esta generación de jóvenes está aprendiendo a vivir con una situación que nunca pensaron posible.

Es una generación que todo tienen al alcance de su mano con su teléfono ó con solo pedirle a “Alexa” que los ayude con el problema que tengan. Es una generación que en vivo pueden ver las noticias sin tener que esperarte al noticiero de las 10 de la noche para saber qué pasa en el mundo.

Una generación que antes de ir a un lugar ya había visitado de manera virtual las instalaciones.

Ahora, esa misma generación nos da el más grande ejemplo de paciencia y ACEPTACION de los cambios que siguen dándose cada día (porque todos los días cambian las cosas).

Tenemos que aprender mucho de la juventud y su manera de ESPERAR cuando antes nunca lo hicieron.

Nosotros como generación más grande (menos jóven), necesitamos practicar más nuestra paciencia y abrazar a la juventud y niñez, que detrás de cada carita de “no pasa nada” está un niño con miedo al futuro, a enfermarse, a no volver a la vida de antes. Detrás de cada joven escondido en sus bailes del TikTok está una persona que se muere de angustia de no saber si podremos salir de todo esto en un tiempo a corto plazo.

Ya tenemos que ponernos las pilas como padres, tutores, abuelos, tíos, gobernantes, mentores y ser un ejemplo para esta juventud y niñez que nos sigue consultando para tomas de decisiones.

El título de este blog es JUVENTUD EN PAUSA… pero las generaciones mayores, ¿COMO ESTAMOS?

Tal vez no nos damos cuenta pero la juventud y la niñez absorbe todo lo que nosotros transmitimos. Mientras juegan FORTNITE ó están viendo  su NETFLIX, ellos nos sienten estresados, tensionados y automáticamente se contagian.

Paciencia. Todo va a estar bien. Todo va a pasar. Nuestros adultos mayores estarán a salvo. Nuestra juventud y niñez tendrán su futuro.

Somos esa generación “sandwich”, en medio de dos generaciones. Somos todos los ingredientes de enmedio y no podemos darnos el lujo de ponernos en pausa como los demás.

Si estamos fuertes, unidos, pacientes y tolerantes con empatía vamos a mover a las otras dos generaciones para salir triunfantes de tantos impedimentos por la pandemia.

Estamos para soportar a los mayores y para ayudarles a llegar a los jóvenes. Si lo podemos lograr.

Lo tenemos que lograr.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

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Seriedad para recordar como ser paciente

 

 

Déjà vu

Sentir que algo ya pasó es lo que conocemos como un déjà vu, palabras francesas que significan eso “ya lo ví”.

¿Lo han experimentado alguna vez?

Se siente emocionante el estar como viviendo en un pasado exacto de lo que sucede en el presente. Es sentirse hasta cierto momento con un talento psíquico y vidente que nos llena de curiosidad y tambien de incertidumbre.

Científicos han estudiado esto por años sin llegar a conclusiones finales. Solo llegan a “supuestos”, a “posibles razones”.

-El subconciente se adelanta a percebir lo que ya pasó en la mente y cuando el subconciente lo vive, sentimos que ‘ya pasó’.-

-Es un recuerdo detallado de un sueño que se intervala con lo que estamos viviendo en realidad-

-Experiencias que hemos vivido en otras vidas y en otras plataformas de tiempo en este Universo tan infinito-

Sea cual sea la verdadera razón, es muy divertido sentir por esos segunditos el poder de ver ‘que va a pasar’.

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Ultimamente he experimentado más y más episodios de déjà vu y por eso me puse a pensar para ver si logro decifrar a qué se debe.

Le echo la culpa a este encierro y a esta pandemia. Ya nos dejaron salir hace un mes y ahora están amenazando de nuevo de que vuelven a cerrar algunos sectores de los comercios debido al despunte que han tenido los contagios y los decesos por este COVID19.

Y comienza la sociedad a sentir un DEJA VU dictado por las autoridades y los que de verdad saben que está pasando.

Vemos otra vez como la gente se comienza a asustar de que nos vuelven a encerrar como en marzo.

He visto en las tiendas que hay familias que comienzan a comprar de nuevo juegos de mesa, antibacteriales, papel del baño (por supuesto), y material para hacer manualidades.

He visto una disminución en la velocidad de todos los negocios otra vez.

Y otra vez, como un DEJA VU, vuelve esa sensación de no saber absolutamente nada de lo que sigue.

Me estoy cansando de ‘volver a empezar’.

Siento que llevo años enteros volviendo a empezar tantas cosas.

Nueva vida, nuevas ideas de negocios, nuevas licencias, nuevas estrategias, nuevas amistades, nuevos sentimientos, nuevos horizontes, nuevos placeres, nuevas aventuras, nueva yo.

Todos los que alguna vez han comenzado algo saben lo difícil que es empezar de nuevo, ahora imagínense empezar de nuevo todo una y otra vez. Empezar y empezar.

Libros enteros te sugieren que “nunca es tarde para volver a empezar”.

Yo le agregaría al título “pero ponte trucha para que no se te olvide como seguirle y culminar los planes”.

El COVID19 me tiene hasta la madre, como a todos.

Nos puso un alto a todo el mundo y nos acostumbramos a estar encerrados y vivir con lo mínimo. No nos pasó nada y aprendimos que hemos estado gastando dinero a lo tonto en épocas pasadas.

Hemos visto a miles de cumpleañeros resignadamente soplar una velita con solo los miembros de la casa y tal vez ver pasar una caravana de carros pitando haciendo relajo para que el festejo no pase desapercibido. Se empieza un nuevo año de manera diferente.

Hemos llorado con todos los graduados 2020 (desde los de kinder hasta los que se gradúan de profesional) y su fuerza y sonrisa  por haber culminado etapas de sus vidas teniendo que celebrar mediante pantallas y aislados. Se empieza otro nivel de manera diferente.

Los negocios que ya han empezado a abrir han tenido que volver a empezar ahora con muchas nuevas normas de higiene para que funcione todo.

Pienso que cada negocio ha tenido su DEJA VU de cuando abrió sus puertas al primer cliente cuando recién comenzó. Un miedo a no saber si tendrán éxito, si podrán sacar para solventar sus gastos fijos, si podrán, punto.

Se siente raro el ambiente, todo nuevo y todo el mundo volviendo a empezar como si fueran nuevos sin experiencia.

Estaremos reviviendo muchos sentimientos que ya habíamos superado en la cuarentena. (Otra vez a comenzar a ser dinámicos en la casa, a cocinar, a hacer ejercicio, a tomar a deshoras, a informarse de fuentes seguras).

Lo bueno es que somos seres humanos excepcionales que a todo se acostumbra… menos a no comer.

¿A poco no?

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂  (espero poder publicar más temprano la próxima semana)