JENGA

Jenga. Ese juego de bloques de madera ó de plástico que se acomodan en una torre perfecta de cuatro lados planos. El chiste del juego, que me imagino que conocen bien, es sacar un bloque por turno y colocarlo arriba, sin derrumbarla. Entre más pasa el tiempo, más difícil es lograr que se mantenga de pié.

Uno a uno, tomando turnos. Es una sensación de ser un equipo porque entre todos los jugadores la torre se debe de mantener de pié. Pero es al mismo tiempo una competencia y pierde el que la tumba, el que derrumba todo el esfuerzo de los demás.

El juego es estresante cuando ya va tiempo recorrido. El saber que falta poco para tu turno te hace desear que el que está antes de ti pierda. Es adrenalina, es nervios, es parte de aprender.

¿Qué me enseña a mí y a tí este juego? Muchas más cosas de las que te imaginas.

El JENGA es un excelente juego para desarrollar la habilidad de tomar decisiones. (Observas la torre. Escoges un bloque de abajo y decides donde colocarlo. El bloque que saques es importantísimo. Dónde lo pongas, también.

El JENGA te hace paciente. Te enseña a esperar tu turno. Te hace ser buen amigo para aprender a apoyar a la persona que está colocando el bloque y se aprende a trabajar bajo presión.

Uno a uno se van acomodando los bloques y el juego es divertido mientras sin querer reforzamos habilidades de manera divertida. A mi me gustaba mucho jugar con mis alumnos de kinder (5 años) porque aún no tienen finas sus habilidades motrices pero saben lo que quieren y entienden sobre la importancia de decidir.

El juego es divertido y es perfecto. Puede jugarse solo para ‘practicar’, pero lo mejor es con varias personas.

El jenga es un balance de decisiones para mantener una torre de bloques de pié.

Es por eso que no dejo de comparar el JENGA con la vida diaria.

Todos los días tomanos decisiones que nos van a sostener ó derrumbar. Desde despertar temprano ó quedarse en cama y comenzar el día tarde. Ambas tienen consecuencias tanto positivas como negativas.

Lo que desayunamos, si fuimos al gimnasio, los zapatos que nos pusimos y hasta qué música escuchamos en la radio pueden determinar nuestro derrumbe ó fortaleza en el día.

Lo mismo pasa en las familias. Cuando los hijos son pequeños, los padres son los que manejan esos bloques para sostenerse. Ellos nomás deciden y es fácil comunicarse entre dos personas.

Pero luego, cuando menos piensa uno, los hijos crecen y quieren tambien mover las piezas de la torre familiar. No se si tengan hijos grandes pero el primer shock es cuando no se quieren poner la ropa que les compraste para Navidad ó algún evento.

Es algo tan simple pero es como el ver que pronto tendrán que tomar decisiones junto con los padres y que van a afectar que se tambalee la torre.

Todas las decisiones, desde la más sencilla, tiene un efecto en esa torre de Jenga familiar. Si decide estudiar fuera, si decide tener un novio que no te gusta, si decide hacerse un tatuaje, si decide ya no querer ir a Misa los domingos. Decisiones que causan conflictos, tal vez. Decisiones que aunque sean positivas pone a los padres de familia a sostener la torre mientras ven donde acomodar el bloque.

Todo es perfecto y todo tiene un porqué. Hay bloques que sabes que si los quitas se cae la torre. Otros que sabes que están chuecos pero los ignoras, ‘al cabo que no pasa nada’… hasta que pasa.

Ahora bien, todos jugamos JENGA, ¿de acuerdo? Díganme amigos, ¿qué pasa si una fuerza externa derrumba esa torre?

Un estornudo, un familiar que nomás por molestar decide romper todo, una patada ‘sin querer’ a la mesa.

Se siente horrible. Sientes que todo tu esfuerzo y trabajo por mantener algo unido y de pié es ignorado. Te quedas nomás viendo las piezas, derrumbadas.

Sí, se pierde. Se acaba el juego.

Pero ¿te digo algo?

Hay una magia tambien cuando se vuelve a empezar. Cuando todos en el equipo, familia, se ponen a acomodar las piezas en el molde que darán pié a la torre. Es un sentimiento de “ni modo, volvemos a empezar, no pasa nada”.

Y comienza todo de nuevo. Quizá siendo más cautelosos. Quizá no dejando a lo ajeno acercarse al juego para que no lo vuelva a dañar. Comienzan otra vez los apoyos en cada turno, los consejos de un miembro a otro y los apapachos cuando uno se equivoca y derrumba todo.

“Ni modo, era imposible no tumbarla. Lo hiciste muy bien”.

JENGA, que viene de Swahili KUJENGA, que significa “construir”, es nuestro día a día: en lo familiar, en el trabajo, en ese proyecto, en esa pareja, en ese sueño, en ese plan…

JENGA, ¿Qué tan alto puedes llegar?

Tan alto como lo desees, al cabo que si se te cae todo, borrón y cuenta nueva.

Jenga pieces

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

One thought on “JENGA

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