Mandón o Eficiente

Todos, sin excepción, tenemos que dar órdenes.

A medida que uno adopta posiciones de líder (desde jefe de trabajo de equipo en la primaria, capitán de un equipo, jefe de familia, supervisor de producción, gerencia, dueño, etc.), el dar una orden es inevitable.

Tener autoridad significa que se tiene una responsabilidad mayor a los de todo el equipo. Muchas veces no se logra con palabras dulces. Hay ocasiones en las que se tiene que ser firme para que te tomen en serio.

Es muy difícil para unas personas ser fuerte para mandar y ser tomados en serio. Y como dicen en mi pueblo:

  • Piden ‘raite’ y quieren manejar
  • Le das la mano y te agarran el pie
  • Limosnero y con garrote

Los ‘subordinados’, los hijos, hasta los perros, abusan de tu alma blandita.

A veces por llevar la fiesta en paz, uno cede algunas actitudes y comportamientos que a la larga cobran la factura.

Quizá es un síndrome de algo el querer siempre ser el ‘buena onda’ como jefe, como amigo, como mamá o papá, como esposa.

Exigir es difícil. Caes en el miedo de ser mandón y ‘malo’.

En el momento que tienes que asumir tu rol de autoridad y aplicarlo te dicen “Ay, tan buena gente que eras”.

Hasta los perros miden tu autoridad. Si no los educas desde chicos, ya nunca te hacen caso.

Sí, ser buena onda funciona para muchas cosas, sobre todo en el trabajo. Pero llega un momento en que la situación amerita ser firme y exigente para que salgan las cosas.

Parte de madurar en la vida es saber distinguir cuando ser mandón y exigente y cuando ser ‘barco’ alivianado.

Creo que todo tiene como raíz el miedo a no ser aceptado. Incluso, puede ser parte del SINDROME DEL IMPOSTOR (trastorno psicológico en el cual una persona, siendo autoridad o exitosa, no logra asimilar los logros).

Las mujeres, dentro de muchas cosas por las que tienen que luchar en este mundo, también sufren de este síndrome. No se si sea porque lo traemos desde nuestros antepasados de siglos atrás, pero todavía nos cuesta asimilar el poder que tenemos en ciertas situaciones.

(OBVIAMENTE, no todas son así. Hay unas que nacieron mandonas. Mi abuela, por ejemplo. La extraño mucho y me gustaría platicar hoy con ella para que me regañe de algo).

Ser ‘buena onda’ siempre puede ser confundido con debilidad y poca eficiencia en alguna situación.

Ahora bien, todo tiene un límite. Toda persona tiene un ‘hasta aquí’ y es cuando las cosas se complican.

El de repente ser una persona fuerte y con autoridad, cuando tienes a todos acostumbrados a tu ‘nobleza’ causa conflictos fuertes.

Los alumnos se confunden cuando el maestro barco les pone un examen sorpresa.

El marido no perdona a la esposa que le cuestionó o le dijo que NO a algo.

Los hijos se impactan que su mamá los castigue, ‘si nunca les dice nada’.

Los empleados se te quedan viendo con cara de ‘¿y esta neurosis?’

Tu perro se te queda viendo con cara de ‘demasiado tarde para que me domes’

A lo que voy con este blog es que, como consejo, tenemos que mantener un término medio a la hora de ser autoridad.

Ser justo, ser fuerte, no perdonar todo sin interrogar a la hora de mandar.

Se puede ser jefe a todo dar y eficientemente exigente para el bien de todos.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 😊

Miedo Educativo

Me gusta ver en los TIKTOKS a las nuevas generaciones hablar sobre la Generación X, que somos los que nacimos de 1965 a 1980.

Nos critican de que somos, así como bien lo dice nuestro nombre, X.

Que no hicimos nada, que no luchamos por nada, que somos los que nos hemos acabado el mundo.

No aprendimos de los ‘boomers’ (1946-1964) y no contamos con la apertura mental de los ‘millennials'(1981-1996) o lo opinador de los ‘Gen Z’ (1997-2012).

De eso he platicado con muchos de mi Gen X.

Somos la generación que fue educada por el miedo.

Nos dictaban que hacer y que no hacer.

No nos explicaban porque SI o porque NO.

Solo nos decían que, si hacíamos algo que no debíamos, algo malo nos iba a pasar. No teníamos la manera de comprobar si algo era verdad o no. Solo lo que nos decían los demás, y a lo mejor si nos lo decían los noticieros en las noches después de la novela.

Fuimos una generación muy obediente en promedio. Quizá la última que supo respetar a sus mayores y a los papás y mamás.

Nos decían algo, nos lo creíamos, nos daba miedo y ya no lo hacíamos.

Era más fácil obedecer que ir en contra y sufrir las consecuencias (mechoneadas, castigos y el sentimiento de ser ‘mal hijo’)

Les platico los MIEDOS que tuve yo, que hoy en día se han de reír las nuevas generaciones de nosotros:

  • Si nos íbamos lejos del lado de mi mamá en una tienda, nos iban a robar.
  • Las vans blancas eran secuestradores que robaban niños para quitarles los órganos.
  • Si te sentabas en un escusado público sin poner papel en la taza, quedabas embarazada
  • Comer sandía con leche es veneno.
  • Comer y meterte a nadar sin esperar media hora te podías ahogar de calambres.
  • Andar descalza cuando había tormenta eléctrica era peligroso porque te podía caer un rayo
  • Cruzar la línea fronteriza era un pánico porque lo primero que te decían los papás era ‘Shh, callados porque ya seguimos con el migra’
  • Si desobedecías a tu mamá, a medianoche se te aparecía el diablo
  • Detrás de la cortina del baño podía estar un asesino
  • Cuando duermes, se te meten arañas a la boca si estas con la boca abierta.
  • Si un hombre demasiado guapo se te aparecía, que siempre le buscaras si tenía una pata de gallo y otra de vaca, porque era el diablo.
  • Si levantas pesas siendo muy joven te quedas chaparro.
  • Si te metes al mar con una cortada, te atacan tiburones
  • Si alguien te barre los pies, no te casabas
  • Si te le quedabas viendo a tu sombra, esta cobraba vida.
  • Toy Story era real para nosotros
  • Los Pitufos de peluche asesinaban a los niños
  • Si nos tragábamos las semillas de algún fruto, nos crecería en la panza.
  • Debajo de la cama había monstruos
  • El viejo del costal se llevaba a los niños chillones.
  • etc.

Somos los últimos que tuvimos lo mejor de la epoca BOOMERS y lo mejor de las nuevas generaciones. Somos un eslabón importante.

Somos los hijos de los Boomers, casi crecimos solos porque no existían los GPS, ni los celulares, mucho menos los Uber y los apps.

Todo lo lográbamos en equipo y es por eso que somos la generación mas unida que hay.

Nos teníamos que unir para que no llegaran los OVNIS a robarnos o para que supieran donde buscarnos si la TV nos tragaba, o si la cama se nos movía poseída por un exorcismo.

Quizá por eso estamos tan orgullosos de ser GEN X. Somos sobrevivientes a todo. Unidos lo logramos.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

Sí, ACEPTO

Hoy voy a hablarles de la aceptación.

No voy a meterme a lo filosófico (porque no soy filósofa, aunque ame la sabiduría) ni tampoco voy a meterme en los psicológico (porque no soy psicóloga, aunque me guste estudiar la mente).

Solo voy a hablarles de como de repente me cayó el veinte que lo mas importante para resolver cualquier situación es ACEPTAR que la tienes.

Siempre lo hemos tenido en mente que el primer paso para sanar es darte cuenta y aceptar que tienes un problema.

No es el diagnóstico, ni el que alguien mas te lo diga. Es más, ni siquiera viendo el problema o situación sentimos tenerlo. Hasta que lo aceptamos.

Lo más fácil que hay en la vida es vivir en una NEGACION, que no es mas que lo contrario al título de este blog.

¡Qué fácil es hacerse güey! (Ya se, que chafa mi frase, pero es la verdad).

Es lo mas fácil hacerse como que no pasa nada. Bloquear la mente es el mecanismo de defensa según nosotros mas eficaz. Si no lo acepto, no existe. Casi casi es igual que decir ‘si no me acuerdo, no pasó’ como la canción de la Thalía.

No todos pueden hacerlo. Se requiere de una habilidad mental especial o de un síndrome psicológico para poder convencer a la mente de no estar pensando ni estar cargando el juicio por alguna situación que esté sucediendo en el momento.

Un tío me decía que el siempre que tenía un problema esperaba a que estuviera lo mas cercano posible a ya no tener remedio y entonces encontraba una alternativa para detenerlo o prolongarlo. “Pateo el bote, mi hijita”.

Y sí. Esa analogía de cuando los niños juegan al bote pateado. Van corriendo y el primero que lo tiene frente lo patea lejos, y así sucesivamente. Van pateando el bote. Y nadie lo agarra.

Phhfttt. son miles las veces que yo he pateado el bote. Me he hecho la tonta y la que no pasa nada porque simplemente no quise batallar con la situación.

Cuando el problema es grave, aceptarlo es muy difícil. Yo lo he visto en conocidos que tienen alguna enfermedad y no se cuidan porque no aceptan que necesitan hacerlo.

A veces hay personas que están muy tranquilas, aunque el mundo a su alrededor se esté desmoronando simple y sencillamente porque no aceptan la realidad.

Vivir en un mundo de fantasía es fácil.

Quizá eso nos lleva a las adicciones de hoy en día: alcoholismo, drogas, publicar en redes sociales lo que queremos que la gente crea de nosotros, series, TikTok, etc.

El sumergirte a una realidad ajena a la tuya hace que el día se pase rápido y tal vez ya mañana algo cambie, pase un milagro o ‘vuelvas a patear el bote’.

Se me vienen muchos ejemplos a la mente.

Lo que mas raro sentí al escribir este blog fue que la ACEPTACION no solo es para lo negativo.

En lo personal, y lo platicaba con varias personas, ACEPTAR que tuviste éxito también es muy difícil.

Aceptar que me salió algo bien.

Aceptar que las decisiones, por mas difíciles que hayan sido, fue lo mejor que me pudo pasar.

Aceptar es decir SI a tu realidad.

No tengas miedo aceptar que te equivocas, que te caes, que usas filtros, que no tienes dinero, que necesitas ayuda.

Tampoco tengas miedo aceptar que tu trabajo vale, que tu tiempo es oro, que no vienes a cumplir los sueños de los demás y que solo se vive una vez, pero si la vivimos aceptando la realidad, puede ser algo maravilloso.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 😊

Las Alitas

Fui a Mexicali hace unos días. Manejé muy a gusto, sola y con el playlist “Música para Limpiar la Casa” en Spotify.

A todo pulmón me fui cantando, pensando y disfrutando el día soleado y ya no tan frío.

Llegué a casa de mi mamá y decidimos pedir comida.

No voy a mencionar lugar para no quemar a nadie, pero pedimos, entre otras cosas, alitas. Últimamente las alas es la única parte del pollo que como. No se porque, es la edad yo creo.

Llegó la comida y todo delicioso.

Las alitas muy ricas, pero… muy chiquitas.

Parecían de pichón.

Yo se que eran de pollo, pero justo allí fue donde capté que vivo en Estados Unidos, el país donde toda la comida está alterada con hormonas.

Estoy acostumbrada ya a las alitas gigantes, jugosas y que apenas puedo.

Son de SUPER POLLOS, o genéticamente alteradas.

Me traumé un poco.

Desde 1993, la misma FDA (Administración de Alimento y Medicamento droga) aprobó el uso de hormonas en el ganado para acelerar su crecimiento y después sacrificarlo para carnes.

Pero desde 1950, los ganaderos en Estados Unidos usan el estradiol que puede tener consecuencias en los humanos, como la llegada prematura de la pubertad en los niños.

Las hormonas en exceso pueden ser causantes de cáncer de mama o de próstata. Si estos se encuentran en productos lácteos o en las carnes, uno no se da cuenta.

Por eso hay tanto cáncer y tanto niño con problemas de desarrollo. Todo esta en lo que comemos.

Por eso también esta la campaña mundial de consumir orgánico, sin pesticidas y sin hormonas. Pero, es muy caro.

Hace unos años hice un blog de lo caro que salía comer sano vs comer en la calle. Por eso todo mundo prefiere hamburguesas de $5 a la ensalada de $15 en una economía donde la gasolina cuesta $5 el galón.

Ese día en Mexicali pude realmente ver la diferencia de una alita con hormona y la normal.

Es como las bubis de silicón vs las bubis naturales. No puedo pensar en una comparación más real.

De la vista nace el amor.

Pero el verdadero amor sano nace cuando te encariñas con lo natural y no lo falso de alguien.

Asi las alitas.

Muy ricas las alteradas con hormonas, pero las consecuencias a la larga pueden ser muy negativas.

Lo iremos viendo cuando nuestros hijos vayan creciendo.

Por ahorita, ya se me antojaron unas lemon pepper wings (que tiene que tengan hormonas). 

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES.

Brindemos pues

Hoy brindo por las mamás que:

  1. Lloraron de miedo al ver el resultado de una prueba de embarazo
  2. Mantuvieron su figura después de tener hijos
  3. Van a aparecer en las terapias con los psicólogos de sus hijos porque siempre somos las madres las culpables
  4. Las que solucionaron todo trauma con un chanclazo a tiempo
  5. Las que no durmieron limpiando sábanas vomitadas u orinadas en la madrugada
  6. Se les olvidó ir por el carpool
  7. Mentando madres se levantaron a medianoche para ir a Walmart por algo de la tarea del hijo
  8. Se emocionan mas que los festejados al organizar las piñatas
  9. Han perdido un hijo
  10. Mantienen la calma cuando los hijos les tuercen los ojos
  11. Siguen sonriendo a pesar de llevar la cruz de un hijo con una enfermedad
  12. Se alimentaron de los Nuggets de pollo mordidos, los tres fideos fríos y medio vaso de jugo que sobraba en la mesa del diario
  13. Llegan del trabajo a repasar la tabla del 8 sin perder la paciencia
  14. Se dan cuenta que están pasando los traumas propios a los hijos
  15. Siempre traen árnica en las bolsas
  16. Disimulan los problemas para no preocupar a los hijos
  17. Están creando hombrecitos que valoran y respetan a las mujeres
  18. Están creando mujeres fuertes e independientes
  19. Siempre traen las manos con un manicure perfecto
  20. Lloran en la regadera mientras tallan con la esponja el residuo de jabón.
  21. No usan lentes, pero les dice a los hijos “¿qué dice aquí?”
  22. Rezongan cuando el niño les da algo a cuidar
  23. Se suben a todos los juegos fuertes en los parques de diversiones
  24. Estornudan y se orinan poquito
  25. Saben soltar a los hijos para que vuelen, pero van volando detrás de ellos a escondidas.

La maternidad son tantas cosas. Son un conjunto de emociones representadas por un ser humano que sale de tu cuerpo, o si eres madre por adopción, sale de tu corazón.

No se explicar lo que somos ni lo que se siente ser mamá. Es algo que se aprende día a día y que nunca terminas de entender cómo hacerle.

Hoy brindo por las mamás de mi vida, en especial la que me trajo a este mundo y sin temor a equivocarme, uno de los seres que mas me quiere.

¡Feliz día de las madres!

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 😊

Motivación o Inspiración

Cuando uno se sienta frente a un monitor en blanco, a medianoche porque se te olvidó que era martes y el miércoles publicas tu blog, te surgen muchas ideas que quieres comunicar.

Lo primero que se me ocurrió antes de escribirles esto fue

¿Escribo mi blog por inspiración o por motivación?

Tengo tanto tiempo comunicando mis pensamientos cada miércoles que la verdad nunca cuestioné de donde venía mi idea de hacerlo.

Me puse a investigar lo que son estas dos palabras. Anteriormente, en un blog del pasado, yo ya había hecho una referencia a ser inspirados y no expirados, pero nunca pensé en meter a la ecuación la palabra motivados.

Motivación viene del latín ‘motivus’, que significa causa del movimiento.

Inspiración viene del latín ‘inspirare’, que no es más que respirar hacia adentro y encender, inflamar, instilar o implantar.

Al final me di cuenta de que no era tan difícil entender las dos palabras.

La motivación es lo externo que me hace hacer algo. La razón por la que hago algo es el motivo que me hace hacerlo.

Por ejemplo, si me da frio, me motivo a ponerme un suéter. La razón es porque me quiero quitar el frio.

Ahora bien, la historia de esa mujer que llegó lejos por su persistencia me inspira a querer ser una mejor mujer.

La motivación de la existencia de este blog es:

Es terapéutico. Platicar con ustedes cada semana es mejor que ir al psicólogo.

Es informativo. A veces si les escribo acerca de cosas que creo que deberían de conocer o entender.

Es recompensante.  No gano dinero, pero siento que al escribir recibo una recompensa, un bono, un premio. No se explicar porque me siento así.

La inspiración de la existencia de este blog es:

La rutina. Esa maldita o bendita costumbre de tener una rutina. No puedo tener un buen miércoles si no publiqué algo. Me inspira mantener el orden en mi día. (bueno, aquí si no se si la rutina sea también un motivo. ¿Qué piensan?)

Los sentimientos. Me inspiro mas cuando estoy molesta o enojada. Puedo escribir las mejores novelas de amor cuando mas sola me siento. Puedo dar el mejor consejo cuando mas triste estoy conmigo misma. Me inspira poder dar cuando yo no tengo mucho.

Los lectores. En especial a los que han leído mis 648 blogs (este es el 649); a los que me comentan y escriben públicamente o por mensaje privado; a los que se dan cuenta si una semana no escribí; y muy en especial a los que leen lo que realmente escribo, los que interpretan entre líneas lo que cada letra cubre de mí.

Este blog existe porque tuve un motivo. Este blog siguió y sigue por tantos años porque todos ustedes me inspiran a continuarlo.

Así que sigan aquí, sigan descifrándome, sigan criticándome para bien o para mal y sigan siendo ese motivo que me inspira. No se vayan, sigan aquí conmigo.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES.

El Viaje del Caracol

Estaba platicando una mañana con mi hijo Nicolás en la cocina. Él se servía café mientras yo tomaba mis cosas para ya irme a la oficina.

Muy serio me ve y me dice “¿Te puedo platicar algo muy triste que me pasó?”

Me congelé.

Él no es así. Cuando tiene un problema me lo dice inmediatamente.

“¿Qué pasó?”, le pregunté preocupada.

“Me fui a la escuela ayer en la mañana. Al llegar al estacionamiento, vi que desde la casa iba pegado un caracol en la puerta de mi carro.”

Yo para esto ya estaba menos preocupada pero muy atenta a la historia.

“¿Y luego?”, le preguntaba.

Y el continuaba su historia.

“Pues al salir de clases vi que el caracol ya no estaba y no lo encontré. Mamá, le cambié la vida al caracol”.

Y yo toda confundida “¿qué, Nicolas?”

Me explicaba:

“Ese caracol vivía en el jardín de la casa y hoy se pegó a mi carro y se bajó a más de 20 millas de su habitat. No sabe ni donde está ni que hay alrededor ni nada. Capaz que lo andan buscando sus familiares. Me traumé en serio”.

No pude más que reírme y luego simpatizar con él en la tragedia.

“Ay, Coco. Si es cierto. Pobre caracol. No va a saber ni que pasó”.

Se me hizo muy chistoso que mi hijo ya grande de 19 años tuviera ese sentimiento.

Pero tenía razón. A ese caracol le cambió la vida. Jamás va a llegar a su casa de regreso.

Es como un “Finding Nemo” de la vida real. (se la voy a vender a Pixar/Disney).

Nos reímos, pero luego platicábamos del paradero del caracol.

Tal vez eso nos pasa a todos en la vida real. Nos “agarramos” de un carro y cuando menos pensamos estamos en otro lugar donde no nos queda otra mas que comenzar de nuevo una vida.

Aunque parezca ‘tragedia’ lo que le hizo el Coco al caracol, al final a lo mejor fue por su bien.

Muchas veces nos tienen que pasar cosas drásticas para cambiar de vida y mejorar. No necesariamente el alejarte de tu pasado y de la gente que te rodea es malo. A veces es necesario.

Yo no se si ese caracol ya se acomodó en Kearny Mesa. Yo no se si extraña Chula Vista. Ignoro si dejó familia o si lo están buscando.

Los cambios en la vida son difíciles pero muchas veces son inevitables.

A lo mejor mi hijo en su subconsiente trae eso de cambiar de vida. Lo están aceptando universidades ya para terminar su carrera y significa que se tiene que ir lejos.

Tal vez este exagerando con esta metáfora y tal vez me digan “la Bradshaw” que todo quiere profundizar al escribir, pero algo me dice que tengo un poco de razón.

Lo único que espero es que mi caracolito al irse lejos se acuerde como llegar de regreso.

Y quien sabe. Tal vez el caracol que se fue ese día pegado al carro de mi hijo ahorita está en una mansión en La Jolla, frente al mar, y ni se acuerda de sus parientes del sur de San Diego.

Uno nunca sabe.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 😊

Soy Más Grande que mi Papá

No sé qué fue lo que me pasó ayer cuando me etiquetaron en una foto en Facebook.

Era una foto que yo había subido hace mucho a mis redes sociales y ahora había vuelto a resurgir porque la volvieron a compartir.

La foto era de mi papá, mi tío Richie, el Alex y el Tury (amigos de la juventud). Me imagino que era una reunión en La Barra de Los Pobres del Casino de Mexicali por los años 90s.

Esa foto me da risa porque para empezar mi tío y mi papá eran los señores y se estaban juntando con los muchachos casi de mi edad.

Pero eso no fue lo que me sacudió.

Lo que me puso ansiosa, triste y medio nerviosa fue que en esa foto mi papá y mi tío deben de tener unos 48 años. Ambos murieron el mismo año (1995) y los dos tenían 49 años.

La razón de mi trauma no fue que ya casi se me olvidó como era el tono de voz de ambos y que mis recuerdos a veces los confundo porque cada vez que se cuentan las historias de ellos se les cambia o se les omiten detalles.

El principal motivo de mi gran trauma es que yo ya soy mayor que ambos. Yo tengo 50 y mi papá y mi tío solo llegaron a los 49.

Soy mayor que mi papá.

Soy la primera que pasa por esto en la familia. A mi hermana, mi primo Cachas, Vero y Norma María todavía les faltan unos años para sentir esto que siento yo.

Hoy puedo darme cuenta de que eran muy jóvenes cuando murieron. Bueno, todavía tenían muchas cosas que hacer.

Tengo ya 50 y ellos nunca llegaron a cumplirlos.

¡Ahora entiendo porque eran tan vagos y se la pasaban tan suave!

Entiendo también, como cabeza de familia, el stress por el que pasaban para sacarnos adelante. Aunque mi situación es muy diferente a ellos, puedo comprender por lo que pasaban para poder “corretear la chuleta” y alcanzarla.

Por eso siempre andaban de party, de pachanga en pachanga, agarrando curada. Eran jóvenes y hoy que es abril del 2023 me ha pegado mucho eso.

Soy mayor que mi papá y mi cerebro no lo logra concebir, descifrar y aceptar.

Es cuando te das cuenta de que los padres y madres no deben morir jóvenes. Se desalinean los chacras de los hijos pues.

Me pone a pensar que esta edad es muy peligrosa. Te sientes de 20 pero tu cuerpo tiene 50. Eres lo suficientemente joven para saber que pasa por la mente de tus hijos que se creen más sabios que tú, pero al mismo tiempo ya no aguantas la carrilla ni la resaca después de una fiesta.

El stress en el trabajo está el lo mas alto de la cima y pues se supone que en los próximos 10 años ese stress comienza a bajar de intensidad.

Soy mas grande que mi papá y la verdad no me quiero morir todavía.

Por primera vez en mucho tiempo estoy bien con mi presente. Ya no me importa el ayer ni lo que tuve que dejar para llegar a lo que tengo ahorita.

Me estresa el futuro porque no quiero que sea menos bueno que mi presente.

Estoy muy bien ahorita, con todo y el cansancio y las largas jornadas de trabajo.

Soy mas grande que mi papá y eso me vino a desequilibrar a mi persona.

Soy mas grande que mi papá y ahora me toca a mi vivir los años que ni él ni mi tío Richie vivieron.

Lo repito porque me cuesta trabajo entenderlo: Soy más grande que mi papá.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

Si te da flojera leerme, óyeme.

Decisiones

Yo no soy científica (por si no se habían dado cuenta). Pero soy una persona que tiene una manera de narrar sus opiniones describiendo lo que pienso, tal cual.                                   

Y últimamente me tiene muy pensativa lo que son las decisiones, la toma de decisiones y lo difícil que es decidir.

Todo en esta vida es una decisión.

Decides:

  • A qué hora despertarte
  • Qué te vas a poner de ropa
  • Cómo vas a tomar tu café o desayuno
  • Por qué camino te vas a ir a la oficina
  • Qué correo vas a contestar primero
  • Qué juntas y reuniones vas a ir en persona y cuales por Zoom
  • Etc.

Decides por tus hijos cuando están pequeños: a qué escuela los vas a meter; de qué va a ser la piñata de su cumpleaños; dónde vas a vacacionar.

Al contraer matrimonio decides entre un simple SI y un NO, cuando te preguntan con un anillo de diamante enfrente. (Muchas veces decidimos esto basados en expectativas de cuentos de hadas y que la mayoría de las veces nos preguntan cuando estamos muy inmaduros y jóvenes para saber lo que estamos decidiendo)

Rechazar un trabajo o aceptarlo es una decisión.

Dónde vivir, cuánto ahorrar, qué decir en público y que filtro usar para tu foto de perfil de Facebook.

A veces decidimos por instinto, como los animales, que lo hacen en base a memoria y un ligero aprendizaje.

Otras veces decidimos sin pensarlo, pero para ya quitarnos el pendiente. A veces nos equivocamos y a veces le acertamos.

Vivimos en democracias donde votamos decidiendo quienes son nuestros gobernantes.

La decisión es la culminación de un razonamiento. Es la respuesta a una serie de pasos que vamos acomodando en nuestro cerebro y nos llevan a una finalidad.

Si o no. Mal o bien. Arriba o abajo. Norte o Sur. Seguir o Parar.

Me he dado cuenta también que todas las decisiones se conforman de un NO, un NO a medias y varios SI.

Me explico:

¿Vas a expandir tu negocio a la costa este?

Decisiones posibles:

  1. NO
  2. La sigo pensando (puede ser SI o NO)
  3. Es probable pero no sé cuándo (SI, pero indeterminado)
  4. Si, pero a largo plazo (Si con el tiempo determinado)
  5. Definitivamente SI.

Se que hay más variedades, pero me he dado cuenta de que NO es NO y hay SI que pueden ser NO.

Todo es decisión:

  • Hablar mal de alguien o defenderlo
  • El amor es una decisión
  • Creer es una decisión
  • La felicidad es una decisión
  • Sonreír o andar con cara enojada

Todas las decisiones de mi vida las he tomado pensando bien, sin pensarlo y arriesgándome. Unas me han salido super bien, otras mas o menos y otras si me he arrepentido un poco.

La única decisión que a mis 50 años nomás no puedo tomar fácilmente es cuando me preguntan:

¿Dónde quieres ir a comer? Tu escoge.

Me pongo en modo de pánico. Me angustio. Me estresa y se me olvidan todos los restaurants que conozco.

Allí si definitivamente necesito ayuda. No se porque me cuesta tanto decidir eso. ¿Será algo psicológico?

Nos vemos el próximo miércoles 😊

La Dismorfia

Manejaba de Los Angeles a San Diego. Venía sola, escuchando música pero sin cantar. El freeway 5 no estaba lleno como de costumbre, sino que pude avanzar a  buena velocidad sin detenerme.

Pensaba en todo lo que tengo que hacer este mes de abril. Por decisiones corporativas, duplicamos las responsabilidades, pero era la única manera de realmente crecer y aventarnos con el proyecto.

Todos mis pendientes laborales tienen remedio. Solo es cuestión de hacerlos (lo más difícil porque mi pasatiempo favorito es procrastinar).

Cuando mi mente se satura de pensamientos y pendientes, para evitar la ansiedad, me pongo a pensar en todo menos en lo que me estresa. Y fue así que mi cerebro cambió de giro mental y puso en mis pensamientos algo que leí hace un tiempo:

“Nunca vamos a saber como somos realmente porque solo conocemos nuestro cara por foto o por espejos”.

Y así, como por arte de magia, toda mi atención y todas mis neuronas se concentraron en eso. NUNCA vamos a saber como somos realmente, físicamente.

Los espejos mienten. Los espejos dicen la verdad.

¿Cuál es lo correcto?

Todos tenemos en nuestras casas un espejo que nos gusta y otro espejo que odiamos.

Yo por ejemplo tengo en mi baño un espejo que no hace nada de favor. No se si es la luz o realmente es la luna del espejo lo que lo hace que uno se vea raro, pálido y con sombras en la cara y cuerpo que no son favorecedoras.

Lo mismo pasa con los espejos de las tiendas departamentales en los vestidores donde te pruebas la ropa que vas a comprar. Nunca te ves bien en un espejo de una tienda. No se que sea, pero te arriesgas a comprarlo porque dices “En realidad no debo de verme tan mal”.

Si. Todo eso pasaba por mi mente mientras yo pasaba por San Clemente. Casi me distraigo de mi tema de los espejos porque comenzaba a cantar la de Camelia la Texana.

Regresaba a mi pensamiento “mata-neuronas” sobre los reflejos de la realidad de uno.

No se si los espejos mienten o realmente reflejan lo que somos.

Luego pensaba que la otra manera que sabemos como somos es por medio de las fotografías.

Hoy en día sabemos que todo tiene filtro. Los mismos lentes de las cámaras de los teléfonos ya te dan una “ayudadita” para que no salgas tan feo en una foto.

Es muy peligroso eso. Te llegas a creer que tu cutis es de porcelana, que tus ojos están perfectamente delineados y que tu boca es perfectamente sensual.

Luego te ven en persona y no te reconocen.

Todo esto pasaba por mi mente mientras manejaba.

Soy una persona que tiene dismorfia corporal (al menos eso creo) y nunca me gusto en las fotos, ni en los espejos y es lo único que tenemos para saber como somos.

La juventud ya casi es inexistente en mi. Voy a tener que ser buena gente para que me vean linda. Tan buena gente que no sepan si mi foto tiene filtro o no de lo bien que les voy a caer.

Y eso pensé en una hora cuarenta de camino de LA a mi casa.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 😊