Instagram y YouTube, más que otras redes sociales, son plataformas para hacer creer al mundo que la vida de todos es fantástica.
Los filtros, la cantidad de seguidores (que puedes comprar por muy poquitos dólares y es un truco muy choteado), las oportunidades de buscar la mejor frase que acompañe la foto más linda, la capacidad de tener tu propio canal sin esperar un llamado de alguna compañía promotora lo hace parecer sencillo.
Yo ya estoy vieja para impactarme con las cosas que veo en esas redes pero todo un montón de generaciones de jóvenes viven para ver que publican las estrellas de Instagram y los Youtubers.
Tal es el caso de Olivia Jade. Linda niña, modelo, hija del diseñador Mossimo (que si vas seguido a Target sabes que es la marca de ropa que mas venden allí) y de la hermosa Lori Loughlin (la Tia Becky de Full House).
Olivia Jade, niña de 19 años, vida privilegiada, contratos millonarios con la industria de cosméticos, seguida por millones y disfrutando una vida que muy pocos en estos tiempos pueden hacer.
Las mejores marcas de ropa y accesorios, maquillajes perfectos, cuerpo delgado y sano, toda su persona cuidada y mimada por una familia que le da lo que quiere.
(La neta que a gusto)
Me imagino la vida de esta niña junto con la de su hermana mayor. Siempre han tenido todo al alcance de sus manos. TODO.
Instagram nos narra foto tras foto de su vida impecable y perfecta.
Hasta que se descubre el truco de la magia.
Estos días los noticieros han estado llenos de el “escándalo” de admisión en las Universidades de mas prestigio estadounidense.
¿Qué es esto? ¿De qué ó qué?
Resulta que Lori Loughlin, (mi consentida Aunt Becky) ha sido involucrada y culpada de uno de los fraudes mas grandes en las historias de instituciones educativas gringas.
Hay todas las pruebas que demuestran que Lori, junto con otro montón de familias millonarias, pagaron e hicieron tranza para que sus hijos entraran a las universidades de sus sueños.
Fingieron tener discapacidades educativas como dislexia y problemas de atención, pagaron tiempo extra para los examenes académicos, usaron fotoshop para mostrar a sus hijos como atletas superdotados, y dieron dinero que oscilaba entre los $500,000 a los $6.5millones de dólares.
(agarro aire porque me vuelvo a enojar)
¿Porqué me trauma tanto esto?
Quizá porque tengo una hija de esa misma edad y conozco por lo que pasan los jóvenes cuando se les acerca la hora de escoger una universidad.
Estaba super molesta y no daba crédito que pasaran cosas así en estas universidades tan caras.
Lo que más me sorprendía es la hipocresía de todos los involucrados que se dan sus aires de inocentes perfectos.
En México estamos acostumbrados (malamente, ya sé, lo reconozco) a decir “Busca una palanca, alguien que te haga el paro, de alguna manera lo logramos”. Sabemos que es algo que no se debe de hacer pero no nos damos baños de pureza diciendo que no, que somos perfectos.
La lista de los puntos graves de este crimen es larga.
Se habla de fraude a la ley de impuestos americana; conspiración y fraude; mentir sobre donaciones a caridades inexistentes; pagar a personas para tomar los exámenes por los hijos; abogados involucrados en cubrir las tranzas; RICK SINGER es el consejero que tiene mas de 700 clientes que ‘acomoda’ en escuelas de prestigio; lavado de dinero; toda una administración educativa en cuestión.
¿Desde cuándo existirá esto y porqué hasta ahorita se descubrió?
“Operation Varsity Blues” es el nombre que las autoridades policiacas usaron para llamar a este operativo de corrupción.
USC, Georgetown, USD, Stanford, la lista es interminable de escuelas ‘nice’ involucradas en el chistecito.
Los niños no van a ser enjuiciados (al menos ninguno lo ha sido), pero ya se enfrentan a problemas de expulsión y no les están contando el avance que llevan en sus estudios.
Olivia Jade, víctima ó no, ya fue despedida de sus contratos con Sephora y a su mamá Lori ya fue despedida de algunos proyectos del canal de Hallmark y de Fuller House (espero que no la maten en el programa).
Pobre niña rica… diría una novela de Televisa.
A sus 19 años tiene que aguantar el odio con el que se expresan millones de personas en Twitter e Instagram. Odio de verdad con palabras que dañan.
Ya se lo que están pensando, “Ay, al rato se le pasa. Tiene lana, no le va a pasar nada”.
Y quizá tengan razón.
Pero esas niñas y niños tarde ó temprano crecen y maduran.
Olivia se va a dar cuenta de la gravedad de la situación.
A la sociedad se le va a olvidar muy pronto y los papás involucrados van a pagar con dinero ó tal vez hasta tiempo en la cárcel.
Pero Olivia, junto con otro montón de niños ‘privilegiados’, van a ser adultos y cuando menos piensen van a DESCUBRIR EL TRUCO DE LA MAGIA.
“Mis papás nunca pensaron que lo podía lograr yo sola”.
Porque ese es el mensaje de estos papás.
“Sabes que mijita, estás muy inútil. No vas a pasar ni de chiste los exámenes, no eres una atleta superdotada, no haces nada que indique que USC te quiera como estudiante. Voy a tener que decirle adiós a unos milloncitos para que se haga todo lo necesario para que estés en la escuela que tú quieres mi amor. Te amo pero estás bien güey para hacerlo solita, chiquita princesa.”
Ese es el triste mensaje.
Ni siquiera los que te trajeron al mundo te tuvieron la confianza de que podías lograrlo.
Por juventud así tenemos el presidente que tenemos en los Estados Unidos. (No dudo que le hayan pagado así muchas cosas).
Aprovecho este blog para decirle a mi hija Luisa Fernanda que cada día estoy mas orgullosa de ella por las decisiones que toma en cuanto a su educación.
No ha sido fácil, en especial para ella, tanto cambio que hemos sufrido estos años (problemas familiares, de adaptación, de salud, etc). Llegar al último año de High School a otra ciudad totalmente ajena a lo que ella conocía y aún así estar logrando poco a poco cumplir su sueño me llena de orgullo. A veces quisiera darle tanto más, pero por lo pronto no puedo más que lo que le doy.
Ojalá sea suficiente.
Lo suficiente para que ella diga “Yo pude por mi esfuerzo y porque mi familia CREYO que podía”.
NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂