El Primer Recuerdo

Estaba en un momento de no hacer absolutamente nada en mi casa. De esos minutos al día en el que estaba en mi casa, con pendientes adelantados, esperando a que se hiciera un poco más tarde para comenzar a hacer la comida y fue cuando decidí sentarme en el sofá a ver mi iPad, sin ninguna intención de encontrarme algo.

Me puse a buscar páginas de vestidos, de zapatos. Busqué cómo se llama mi Angel de la Guarda celestial. Vi dos videos de perros chistosos y cuando menos pensé me aparece una foto de publicidad que dice:

¿Puedes describir el primer recuerdo que tienes de tu vida?

Cerré mi iPad (el forro), me senté derechita y me di cuenta que esa pregunta me causó un revuelo en mi cabeza.

Todo el resto del día estuve tratando de decifrar cual era mi primer recuerdo de mi vida.

Esa noche, cansada pero con un poco de insomnio porque últimamente no duermo bien, me puse a pensar en mis recuerdos más viejos, de cuando yo era muy muy chiquita.

Recuerdo la boda de mi tia Norma y mi tío Richie. Sólo la Misa en la Iglesia de Nogales, Sonora. Pero allí yo tendría unos dos años y tengo muy presente otro recuerdo donde estoy aún mas chiquita.

Al estar pensando y pensando llego a mi más antiguo recuerdo escondido en algún lugar de mi cerebro. Estoy acostada en mi cuna blanca.

Tengo yo creo que un año y medio. Quizá dos. Estoy tomando leche en mi biberón (porque creo que a penas ayer lo dejé, jajajaja. ¿Y qué tiene?)

Tengo mi mano derecha deteniendo la botella de leche mientras que con el dedo de la mano izquierda estoy jugando con mi cabello, como enrollándolo en mi dedo. Ese movimiento me arrullaba. Lo recuerdo bien.

Estoy aburrida, acostada y se me ocurre jalonear el chupón de la botella. Lo logro romper y se me viene una cascada de leche a la cara.

No digo nada. No lloro. Estoy analizando la gravedad de la situación. Oigo que mi papá me llama.

El solía hablarme (hablarnos ya cuando estaba mi hermanita Michele) y nos gritaba nuestro nombre y nos bajábamos corriendo de la cunita ó camita a su cama para acostarnos en medio de él y de mi mamá.

En esta ocasión (todavía no nacía mi hermana) me llama y me llama y yo no me bajo corriendo de la cuna. Siento la leche en mi cuello, en las orejas, las sabanitas de la camita están empapadas.

Despues de varios llamados, siento los pasos de mi mamá y papá que van a ver porqué no les hago caso. No se que más pasa después. Creo que me solté llorando al verlos.

Me daba nostalgia recordar. Tuve un paseo por mi pasado, mi más antiguo pasado (casi casi hace 50 años de eso) y tuve sentimientos encontrados. Confundía fechas y casas. Me alegaba a mi misma que no había pasado eso mientras las horas del reloj seguían corriendo.

Yo no se si realmente ese sea un recuerdo verídico ó sea un recuerdo de alguna anécdota que contaba mi mamá de cuando yo era chiquita. Pero cerraba los ojos y realmente me acordaba del sentimiento de estar en esa cuna toda mojada con el chupón destrozado.

Despues recordé que dicen que los recuerdos no son de las veces que realmente ocurrieron los hechos sino que de la última vez que lo recordaste. El recuerdo del recuerdo del recuerdo..

Por eso la vida se esfuma y de viejos se nos olvidan las cosas, los detalles. No por viejos sino que por nuestro cerebro que guarda en los recuerdos la última vez que recordaste.

Me impacta esto porque quiere decir que cada vez que me acuerde de alguien ó de algún suceso en especial, le irán faltando detalles… como si el tiempo lavara y deslavara los recuerdos hasta ya no saber si fueron real ó no.

Este ejercicio me hizo estar más atenta a mi presente. Casi quiero escribir los detalles de lo que vale la pena recordar para que mi cerebro lo guarde intacto.

No se lo que el futuro tenga para mi. Pero sea lo que sea, quiero poder acordarme de todo lo lindo de mi pasado, o sea el HOY.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

Auto-Terapia

Freeways. Avenidas llenas de carros que después del 2020 regresan al caos vial como novatos al volante.

Ir y venir. Clientes que quieren casas en todo California. Pendientes. Mandados. Ir manejando y pensando en soluciones a problemas.

Sacando cuentas en mi mente. Pensando qué hacer de comer. Que no se me olvide ir por más comida de la Kiara mi perrita. Acordándome de los pendientes e itinerarios de mis hijos mientras mi Whatsapp suena y suena con Zooms que he olvidado.

Cada día es diferente y es lo que me encanta de mi vida últimamente. En cada esquina hay una sorpresa. Una nueva cara llena de motivos; una oportunidad de negocio; amistades que se quedan y te lo comprueban.

Voy y vengo. Llevo y traigo.

Mi mente vuela a veces con la música ochentera que pongo en el Spotify mientras otras veces canto a todo pulmón esas de mujer despechada de Marisela.

Y en eso es hora de marcar vuelta para entrar al estacionamiento de donde vivo. A veces me estaciono afuera (y no en la cochera) porque de seguro tendré que volver a salir en la tarde.

Ultimamente me estaciono, y me quedo sentada con las dos manos en el volante, viendo para enfrente. Viendo la nada.

Apago el motor y solo se escucha alguna música que estaba oyendo ó también apago el radio y me quedo en un silencio total.

No sé qué significa psicológicamente esto pero he encontrado una paz mental, física, espiritual y muy escasa cuando me quedo sin movimiento dentro del mismo carro que me ha paseado por todo San Diego.

Me quedo sentada allí, a veces unos minutos y otras casi las horas. Sentada en una paz dentro de un carro. Me siento protegida y serena.

No se si el carro y su armazón simbolicen los abrazos que tanto necesito y son tan escasos en mi vida.

A veces lloro con una canción que me hizo recordar cosas lindas y me quedo a disfrutarla.

Sé que me tengo que bajar en algún momento del día pero no lo quiero hacer porque eso significa que tengo que seguir corriendo con tareas y pendientes.

Es un tiempo mío y quise compartirlo porque estoy casi segura que no soy la única que lo hace. Quedarme en mi carro ha sido de las mejores terapias.. Auto-terapia, literal.

A lo mejor eso es lo que todos los psicólgos, psiquiatras y mentores quieren decir cuando nos hablan de la autoterapia (terapia a uno mismo) y nunca habíamos captado que es por el AUTO.

Me siento en mi carrito que amo porque no me gasta gasolina (y ahorita en California está a casi $5dlls el galón), y veo a la gente pasar enseguida de mi. Me voltean a ver y yo nomás me quedo allí, como escena de película de suspenso.

Otras veces estoy hablando por teléfono con personas especiales. Me gusta hablar en el silencio de mi carro con ellas, donde nada nos interrumpe y me siento bien.

Si tuviera un bar en el compartimiento de enmedio de los asientos de enfrente, fuera el lugar perfecto para mi relajación total.

Me quedo en el carro y sé que me tengo que bajar (a veces me pesa más bajarme porque tengo en la cajuela bolsas del mandado que subir hasta el 3er piso).

Me gusta el olor de mi carro. Entre nuevo y el olor artificial que le ponen en el lavado de carros, como a frescura. Lo disfruto.

Mis vecinos creo que ya me conocen como “la doñita del carrito”.

Es muy curioso como un carro puede darte tantos sentimientos al mismo tiempo. De estrés por el tráfico, de coraje por el que se te mete de repente, de ansiedad por que se te hace tarde, de fastidio porque tienes que llevarlo al taller y luego, cuando menos lo piensas llegas a tu casa, te estacionas y te entregas en total relajación a esos momentos de auto-terapia, reales ó no, pero yo los estoy ya venerando.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

Consejos que nadie pidió

Este miércoles de blog quiero compartir con ustedes algunos consejos (ó cosas que debemos saber) que he conocido durante mi larga vida y a veces los he empleado y otras veces los he ignorado.

En fin, aquí van algunos consejos que nadie me pidió (pero que de todos modos quiero que lean a ver si les gusta alguno):

  1. Nunca le preguntes a alguien si está diciendo la verdad porque si es honesto, se puede ofender por tu falta de confianza.
  2. Tener confianza en ti mismo es llegar a un lugar y creer que a todos les caes bien.
  3. Entre más profundos tus sentimientos, más difícil son de expresarse
  4. Las opiniones no son los hechos, por eso no importan.
  5. Es más fácil tener pesadillas en un cuarto frío
  6. Las cosquillas son y serán siempre un medio de tortura
  7. La inseguridad te destruye mentalmente
  8. Hay ojos que cambian de color con las emociones (eso me pasa a mi)
  9. La pregunta más difícil de contestar es “¿Cómo te describes a ti mismo?”
  10. Un cuarto desordenado activa tu creatividad.
  11. No confíes totalmente en nadie.
  12. Si una persona habla poco pero muy de prisa, entonces tiene muchos secretos
  13. El 50% de las personas ha estado interesado en alguien comprometido en otra relación
  14. Si comienzas a enfocarte en tus problemas, tienes más problemas
  15. La gente que ama el color negro tiene mentes llenas de colores
  16. Los ojos de una persona dicen mas que la boca
  17. Nuestra mente tiene unas neuronas especiales que permiten encontrar los labios de otra persona en la oscuridad.
  18. Los recuerdos son de la última vez que recordaste un suceso, y no del suceso mismo.
  19. La gente es más feliz cuando está ocupada
  20. Es mas probable que regresen una cartera encontrada si dentro de ella hay una foto de un niño ó familia
  21. Las caras simétricas son mas atractivas
  22. 2 de cada 5 mujeres sufren anuptafobia (miedo a nunca encontrar el amor)
  23. Eres más productiva siendo feliz
  24. Los que se acuestan muy noche son más psicópatas que los madrugadores
  25. El ojo de una mujer percibe millones de más colores que el hombre
  26. Si. Hay. Un. Punto. Despues. De. Cada. Palabra. Nuestra. Mente. Comienza. a. Leer. En. Pausas.
  27. La gente con bajo autoestima tiende a ser la más criticona hacia otras personas.
  28. Si te sientes triste, ponte a limpiar tu casa, area de trabajo, carro.
  29. Ser olvidadizo es señal de ser muy inteligente
  30. Un minuto de enojo debilita el sistema inmune por 5 horas
  31. Si recibes un texto de una persona que nunca lo hace, quiere un favor
  32. Dormir sin almohadas elimina el dolor de espalda
  33. Vete con la decisión que más miedo te da porque es la que te va a ayudar a crecer
  34. Cuando una persona aparece en tus sueños, esa persona desea verte
  35. Cuando estás muy triste, todo el mundo a tu alrededor parece ser muy feliz.
  36. La mujer sonríe 62 veces al día. El hombre 8
  37. Cuando alguien se te queda viendo despues de dar tu una explicación, esa persona está pensando porqué estás mintiendo
  38. Un hombre pasa 43 minutos del día viendo mujeres
  39. Tu nariz puede recordar 50,000 olores diferentes
  40. Besar por un minuto quema 26 calorías
  41. Solo el 2% de mujeres se describe como bella.
  42. Los hombres y las mujeres ven el color rojo de diferente manera
  43. Entre mas felices somos, necesitamos menos horas de dormir
  44. Sentarte derechito te da energía
  45. El sarcasmo ayuda a las personas a solucionar problemas difíciles
  46. Misofonia es el odio a escuchar como respira ó come alguien.
  47. La erotomania es cuando una persona piensa que una celebridad está enamorado de ella. (Johnny Depp me ama, por ejemplo)
  48. Siempre debes de sonreír para que todos se pregunten el porqué lo haces
  49. El que menos ama controla la relación
  50. NO se le puede dar gusto a todos.

Todos estos consejos fueron tomados de muchos libros de psicología que he leído, memes de Pinterest y consejos que me han dado y se me han quedado grabados. Ojalá les sirvan.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

El Perdón

El perdón es una palabra que puede significar todo y al mismo tiempo nada. Depende de quién perdona y qué es lo que se está perdonando.

¿Cuántas veces decimos “ay, perdón” en el día?

-“¡Ay, perdón! No vi tu mensaje.

-“¡Ay, perdón! Se me olvidó tu cumpleaños.

-¡Ay, perdón! Estaba enojada cuando lo dije

-¡Ay, perdón! No quise ofenderte.

Es tan fácil decir “¡Ay, perdón!” que ni siquiera analizamos ya porqué pedimos perdón y tampoco nos aseguramos que la persona ofendida nos perdona.

Perdonar es decir “Ok, no pasa nada. Queda en el olvido tu ofensa”.

¿Realmente perdonamos al 100%? ó ¿Queda un resentimiento después de decir que perdonamos?

Pffttt… Tema largo para este miércoles blogguero y no creo que lo pueda resumir en 500 palabras (ya reduje el total de palabras por blog para que me lean más rápido, jejeje).

Me pasan por la mente muchas cosas cuando pienso en un perdón. Quizá lo primero que quisiera definir es si cuando perdonamos es porque queremos demasiado ó sólo para llevar la fiesta en paz lo hacemos.

Perdonar es de lo más difícil que hay en la vida. ¿A poco no?

Es un antes y un después de un acto que causó lesiones y se tiene que comenzar a sanar por medio de un perdón.

Perdonar es no querer venganza ni querer tomar represalias hacia la persona que te dañó. Perdonar es dejar ir para el bien del ofendido.

Y claro, toma su tiempo y cada quien sabe cuando está listo para perdonar. Ni un minuto antes ni un minuto después.

Yo soy una persona que le cuesta mucho trabajo perdonar. No se porque soy así pero me cuesta mucho. Será que trato de nunca ser yo la que ofenda y cause daño y espero el mismo trato.

Admiro a la gente que perdona y perdona la misma ofensa de la misma persona. ¿Cómo le hace?

¿Perdonan por miedo ó por amor? (Depende, yo creo, de la gravedad del dolor causado).

Pedir perdón muchas veces por la misma ofensa hace que las palabras ya queden huecas y no sinceras.

Como pueden ver, la palabra PERDON me causa muchos sentimientos encontrados.

¿Qué si la persona a la que debes perdonar ya no está?

¿Qué si no te piden PERDON? ¿Cómo se perdona?

No. No es ausencia de carácter moral lo que me hace cuestionar tanto esta palabra. Ha sido siempre un juego psicológico el PEDIR Y OTORGAR el perdón.

¿Quién es el héroe? ¿El arrepentido ó el que dice “No pasa nada, queda olvidado”?

No cabe duda que en el Pedir está el Dar.

Si un día me equivoco ó la riego, quiero saber cómo pedir perdón de mis errores.

Si no puedo yo perdonar algo, mejor hago como que no pasó y que quede en el pasado.

Tal vez esa sea mi manera de usar ese PERDON tan necesario y tan innecesario si todos pensáramos en los demás.

¿Lo más difícil? Perdonarse a sí mismo.

(Leí un ensayo de Dr. Nikki Martínez acerca del perdón, por eso decidí transmitirles por medio de este blog lo que a mi me dejó reflexionar acerca de esto).

PERDON si estuvo muy chafa. jajajaja.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂