Hace 5 años

Esta semana cumplimos 5 años en San Diego. Cinco.

Los mismos que tengo sin regresar a El Paso. ¿En qué momento se convirtieron en meses los días y en años los meses?

Han cambiado tantas cosas. He cambiado tanto yo.

Recuerdo perfecto que estaba en la recámara de lo que fué mi casa. Me estaba peleando con una cinta adhesiva de esas gruesas para cartón. Eran las últimas cajas que empacaba. Todo lo demás ya estaba guardado.

Estaba sola porque mis hijos se habían ido ese día. Curiosamente ningún conocido pudo ir a ayudarme aunque la verdad no quería molestar a nadie.

Me seguía peleando con ese “tape”, el rollo de cinta adhesiva. No encontraba donde estaba la orilla para cortarlo. Por fin la encontraba y al irla jalando, se iba rompiendo mal, en pedacitos sin irse de un jalón.

No se si era agotamiento físico ó mental pero precisamente eso, el no poder cortar el pedazo de cinta, hizo que me tirara al suelo a llorar desconsoladamente. Algo tan simple pudo romper con esa fuerza que según yo tenía.

Se oye exagerado eso de tirarme pero mi recámara ya no tenía cama ni sillones. Sólo estaban esas últimas cajas.

Lloré mucho en aquel piso frío de madera. Lloré quizá todo lo que no lloré en mucho tiempo. Aproveché que nadie me veía, nadie me podía decir nada (porque a veces hasta las palabras de consuelo ó de ánimo no las quieres escuchar. Necesitas llorar).

Comenzó a invadirme el miedo, la duda, los cuestionamientos a mi persona, a mis decisiones. Me juzgué entera en ese momento. “No voy a poder”. Me lo repetía una y otra vez.

Me daba miedo dejar 18 años de vida. Familia y amigos que se convirtieron en familia. Trabajo y escuelas de mis hijos. Dejaba un cielo muy bonito. De repente todo se oscurecía y lo que yo tanto había planeado lograr me estaba aterrando ahora que lo estaba realizando.

Los primeros 12 meses fueron muy difíciles. Me costó mucho (anímicamente hablando). Me costó trabajo perdonarme tal vez. Me sentía culpable de cierta manera de modificar la vida de mis hijos.

Ya tengo 5 años en San Diego. ¿Qué si ya se me quitó el miedo? No. Siempre tengo miedo. Pero he aprendido a no hacerle mucho caso porque el miedo es muy mentiroso.

Se me ha quitado un poco el miedo cuando veo lo que he avanzado emocionalmente. Se me ha quitado un poco cuando mis hijos me dicen que es lo mejor que hemos hecho (irnos a San Diego por todas las oportunidades que tienen aquí). Se me ha quitado un poco el miedo cuando me doy cuenta que me es menos difícil ya irme de lugares y de personas con la seguridad de que no pasa nada.

En estos 5 años he aprendido a soltar, a no tomar todo tan personal, a no juzgarme tanto porque veo el avance.

Hace 5 años que vivo en la ciudad que siempre quise vivir. Mucha gente me dijo que no la iba a hacer, que era muy difícil, que mejor me fuera a donde todos me conocen, a una ciudad menos cara, que no, que jamás, que era una atrevida.

Pues sí, me atreví hace 5 años.

No ha sido fácil pero me siento muy orgullosa de que ahi la llevo. (Y sí, a cada rato lloro, me da miedo, me estreso.. pero solo un ratito porque en cada momento he sentido que Dios no me ha abandonado, aunque a veces mis decisiones no hayan sido pensando en mis creencias religiosas).

Tengo 5 años en San Diego y quiero morirme aquí…. pero en muchos años más…

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂