En Papel

Todos tenemos metas que cumplir. No necesariamente son metas de negocios ni económicas sino son logros personales, logros familiares, metas muy de cada quien.

Cuando me dicen “Piensa en una meta que no sea de trabajo ó de dinero”, automáticamente pienso en una meta personal.

Sacar adelante a mis hijos, organizar mis finanzas, cuidar mi salud tomando decisiones más sanas ó simplemente la meta de ser feliz y ya.

Estos días me he hecho una experta en planeación, en presupuestar, en desarrollar ideas usando toda la imaginación y creatividad que tengo.

Tu dame un proyecto y te lo inicio, con todas las ideas más increíbles, con presupuestos y visiones. Sé como hacer las cosas. Todo es perfecto.

En papel.

Te has de preguntar “¿cómo que en papel?”.

Pues así, tal cual. El plan, el proyecto, la meta, todo, escrito en el papel.

En el papel escribo todo aunque muchas veces el pensarlo tambien es válido, sobre todo para planes a corto plazo con soluciones rápidas.

Creo que todos llegamos bien a este paso, cuando nos lo proponemos.

Si quieres iniciar una dieta, escribes el menu diario, mides las porciones. Tienes todo listo para empezar.

Si quieres reconociliarte con tu pareja, ir al gimnasio, emprender ese negocio, viajar a Europa, hacer la fiesta… todo se planea y se escribe en el papel.

Es de lo mas divertido, ¿a poco no? Cuando recien estamos planeando todo, viendo detalles, contando con el presupuesto ó de donde vamos a sacar el dinero nos emocionamos casi igual que si ya hubieramos terminado el producto.

Todo se ve tan lindo ‘en papel’.

¿Porqué se nos facilita la planeación?

Hoy en día en todos lados te facilitan la planeación. Sistemas de cómputo, apps en los teléfonos, cuadernos y agendas que casi te dicen paso a paso que sigue en cualquier proyecto.

Todos, tarde ó temprano, nos hacemos expertos en planear. Y pensamos que con eso ya todo nos va a salir bien.

Hace un par de semanas, platicando con el Sr. Luis Molina (autor del libro “Las Guías”) tocamos ese tema y dijo algo que me llamó mucho la atención y quizá me lo tomé muy personal.

Me dijo “Mi amigo Daniel Flores siempre me dice esto: DICIENDO Y HACIENDO”.

Me quedé muy pensativa con esas tres palabras.

A ver, tu que me lees ahorita, ¿cuántos grupos en Messenger/Whatsapp tienes ahorita en donde el único propósito del grupo es planear algo?

Yo tengo muchos. MUCHOS.

Unos ya se convirtieron en proyectos reales y esos chats son un instrumento para comunicarnos con todos los involucrados.

Otros solo son pláticas donde todos dan ideas y lanzan planes creativos. Todos decimos siempre “Sí, hay que hacerlo”. Y ya. Allí se empolvan.

Diciendo y haciendo.

Uno tiene que ahora tomar ese plan, llenarse de valor y cumplir el primer punto. Eso que pusiste como prioridad la tienes que llevar a cabo para pasar al segundo punto.

Ese plan ‘en papel’ lo tienes que leer mil veces porque le vas a ir encontrando errores y para eso está en papel, para borrarse, tacharse y volver a escribir. Los planes en papel para eso son, para modificarse en lo que se va avanzando.

Ya que uno comienza a ver avances, comenzamos a festejar antes de tiempo. ¿A poco no?

Y luego pasa que nos atoramos en una etapa del plan y nos frustramos. Nos ponemos a dudar si lo que estamos haciendo está bien ó si vale la pena el esfuerzo.

Nos extendemos en el tiempo planeado y a veces hasta se nos acaba el presupuesto destinado a cumplir el plan.

No faltan los amigos y familiares que te dicen “¿y vas a poder? ¿vale la pena? Es que como que no se ve que avances”. (No siempre lo dicen por mala onda, a veces es por metiches ó porque no ven todo el plan en papel como lo ves tu)

Pero nada de eso nos debe de detener. Tenemos que seguirle.

Lo que decimos lo tenemos que hacer.

Comencemos con esas metas fáciles, las que no fallaremos. Eso nos motiva y nos da fuerza para seguirle.

Lo que hemos dicho en papel lo tenemos que ir haciendo.

Recuerda que lo que está en papel puede tener dos desenlaces:

Que la meta se cumpla satisfactoriamente y todos felices.

Que la meta no se cumpla y el proyecto no se de. Eso se ve como aprendizaje y no como un fracaso.

Einstein lo dijo “Lo intenté 99 veces y fallé pero a la 100 lo logré”.

Revisa tus planes, vuelve a ponerlos en papel, y ve haciendo todo lo que dices que quieres hacer.

La vida se va muy rápido.. que no se quede tu vida “en papel”.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂