Siempre que es día festivo un lúnes aquí en Estados Unidos, me saca de onda porque pierdo la noción del día en que vivo.
Para mi el martes se convierte en mi lúnes teniendo que organizar la semana y el día siguiente ya es día para publicar este blog.
Después de muchos eventos lindos el fin de semana en Mexicali, llegué a mi casa con mil pendientes, de todo tipo, en especial de trabajo.
Estoy despegando poco a poco en el mercado de bienes raíces y cada día me siento más segura que esto es lo que tengo que hacer.
Es martes en la noche y mañana tengo que publicar esto.
Fuí a la tienda SPROUTS a comprar cosas orgánicas para sentirme un poco más sana y porque curiosamente es donde más barata está la fruta, verdura y selección de vinos.
Compré uno que me gustó por el nombre, “Doña Sol”. Es un vino californiano, merlot un poco afrutado que yo acompañaría con quesos y carnes frías en lugar de alguna carne.
Abrí la botella, me tiré en la alfombra de mi cuarto, sintonicé a RadioUnión Mexicali como cada martes y me puse a escribir.
Sin un guión, sin un plan, sin un tema.
Sólo improvisando.
Quería escribir de mi trabajo pero mejor lo hago en un blog especial para mi negocio, así no mezclo temas.
Pensé en dar mi opinión de política pero no tiene caso. Veo lo feo que se tratan cuando opinan y no quiero perder amistades. Veo los insultos al por mayor cuando alguien le va a un candidato ó a otro. No sabemos que trae el futuro, ni podemos predecir qué hará cada candidato si llegara al poder. Muchos conocen mi simpatía política desde hace varios sexenios. Solo quiero decir que un pueblo con hambre que despierta puede ocasionar una revolución y tenemos que estar unidos. Amo México y quiero un día volver a vivir allí.
Quise también compartir mis opiniones (otra vez) sobre las armas en las escuelas y las balaceras que ocurren como si nada. Pero es un tema que he tratado ya mucho.
Quise también escribir sobre el parecido de Olga Breeskin (que ya supe que vive en Las Vegas) con Mrs. Mottola (Thalía). Les iba a decir que me gusta la ropa que vende Thalis en Macy’s. No sé, muy diferente, pero mi hermana me puede dejar de hablar.
Podía escribir de recetas de capirotada blanca como la que hacía mi abuela, ó de Takón Machíne y su tocada el domingo (gracias por la invitación!)
También quería tocar el tema de lo rico que se come en Mexicali y lo padre que es estar con la familia.
Aquí me tienen, improvisando, inventando que teclear.
Y se me vino a la mente el tema, justo ahorita.. IMPROVISAR.
Cada día que pasa improvisamos menos.
Todo lo tenemos que planear, todo lo tenemos que escribir y poner en un “timeline” para lograrlo.
Ya casi no existe la sorpresa, ni el “a ver que pasa” ó el “inguesú”.
Dicen que el “Improvisar es maravilloso si sabes exactamente lo que estás haciendo”.
Phhhhfffttttt!!!
Estoy escribiendo y me gusta y creo que lo sé hacer así que puedo hacerlo.
Curiosamente estaba yo ya creyendo mucho en lo planeado.
En el trabajo me están entrenando a seguir diálogos para no desviar al cliente y darle la seguridad de que lo iremos acompañando en sus decisiones de bienes raíces.
Yo siempre he improvisado y creo que lo seguiré haciendo porque no sé seguir un diálogo. Me confundo y me siento el Chavo del 8 actuando con la Chilindrina.
Hay cosas que uno improvisa y en el momento se siente como lo mejor que puede pasar. Luego surgen las dudas y después viene un tipo de arrepentimiento. Curiosamente, siempre las improvisaciones nos dan la razón que seguir el corazón es lo mejor, aunque se hagan las cosas al revés, ó como dicen algunos, “no se hagan bien”. 😦
Con el tiempo he aprendido a que lo improvisado es mejor, siempre y cuando sepas lo que estás haciendo. No puedes improvisar por ejemplo una cirugía de corazón si eres abogado. (OK, muy drástico el ejemplo)
Cuando cocino, siempre improviso. A veces sigo la receta pero a media cocinada le cambio ingredientes y medidas y me sale más rico. A veces improvisar con lo que tienes para lograr un manjar requiere de talento! 😉 (Mi tío dice que el verdadero chef cocina delicias con lo que encuentra en una alacena)
Uno tiene que seguir su corazón pero llevar de la mano el cerebro.
Estamos tan acostumbrados a seguir una rutina, un plan maestro, un orden de factores que olvidamos que lo que dicta nuestra corazón hace que improvisemos a la perfección.
¿Y qué si no seguimos el orden de cómo deben ser las cosas?
No pasa nada más que hagamos las cosas mejor, de una manera improvisada.
Te invito a que esta semana dejes algo que creas debas planear a la merced de una buena improvisada.
Habla con esa persona, discute ese negocio, vete a cenar con amigos a última hora, no contestes llamadas por un día, abre una botella de vino, ponte a escribir, dile lo que sientes, pide ese aumento de sueldo, viaja sin reservar, ‘inguesú’…
Las mejores cosas salen sin planearse… hablo por experiencia.
En fin, salud! con este vinito californiano que me acompañó esta noche fría de martes en San Diego donde pude improvisar un poco y compartirles muchas cosas que me tienen inquieta, sin ni siquiera tocar temas de salud de la familia y personales!
Gracias por leerme.
NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂
Salud amiga!! A vivir aventuras!!