Saltar La Cuerda

“Gina, ¿porqué casi todos tus blogs son escritos como en metáforas?”, me preguntaba un amigo.

No supe que responderle.

No se la verdad. Quizá porque encuentro las respuestas en situaciones cotidianas comunes y corrientes.

Tal vez hacer comparaciones con ciertas situaciones puedo dar a entender lo que estoy sintiendo y pensando en ese momento.

Pocas veces escribo tal cual la situación para no hacer muy personal este blog.

Ni que estuviera tan interesante mi vida como para haber sobrevivido 8 años de blog con lectores fieles, jejeje.

Me puse a leer algunas publicaciones pasadas y en efecto, casi siempre hago una referencia a una situación para poder explicar otra. Sin querer queriendo como dice el Chavo del 8, creo que es un estilo de escribir que no intentaba tener ni usar. Pero al parecer funciona.

Así que, este blog no será la excepción.

Ultimamente me he sentido muy rara y no podía explicarme el porqué.

Chistosamente es como que un cansancio físico y un cansancio emocional pero al mismo tiempo no me siento mal. (No me van a entender, ¿verdad?)

En estos días, me topé con un video de una niña brincando la cuerda. Y todo tuvo sentido.

Eso mismo estoy haciendo.

¿Se acuerdan ustedes cuando en el recreo todos jugaban a brincar la cuerda?

Era lo máximo porque se podía jugar de muchos a la vez.

Dos de los niños les tocaba “darle” a la cuerda. Me acuerdo que en la primaria que estábamos había cuerdas larguísimas para que pudieran brincar muchos a la vez, pero preferíamos hacerlo individualmente aunque tuvieramos que esperar nuestro turno.

Había dos maneras de brincarla.

Una era pararte y que no empezaran a darle a la cuerda hasta que estuvieras listo para brincar.

La otra era meterte desde afuera brincando, a una cuerda que ya estaba girando.

Perfectamente me acuerdo como si fuera ayer que estaba parada con mis dos manos enfrente como pose de Spiderman subiendo la pared.. Y esperaba una y otra vuelta para meterme a la cuerda.

Era un miedo de no atinarle y que la cuerda de plástico duro (no era soga de algodón) me pegara un trancazo en la cara.

Una vez que me atrevía a entrar a la cuerda que giraba comenzaba el brinco. Todo tenía que ser a la perfección. La velocidad, el tiempo, la rapidez, la precisión.

Cantábamos algun jueguito y luego tenía que salirme de la misma cuerda sin tocarla para que entrara el siguiente niño detrás de mi.

Si parabas la cuerda perdías y te tocaba “darle”.

Ahorita en estos momentos creo que estoy con las manos delante de mi intentando meterme a esa cuerda a brincar y no me atrevo. La dejo pasar y la dejo pasar.

Y en el fondo escucho a la gente que me quiere gritar “ahora si.. en esta.. tú puedes.. dale.. si vas a poder.. orale”…

Y cada vez me da más miedo entrar. Siento que los que le están dando ya tienen cara de “a ver para cuando te animas”.

Hay otras situaciones en las que por fin ya me atrevo a brincar y estoy brincando y brincando y brincando pero no me puedo salir y me estoy cansando mucho.

Y brinco y no pierdo pero tampoco puedo parar sin lastimarme. Prefiero seguir brincando para no lastimar a los demás.

Otras situaciones en las que tengo que brincar lo hago fácil y de manera rápida.. Hasta con los ojos cerrados, dirían.

Ahora bien, hay otras en las que yo juro que voy muy bien y la neta pues… el video de abajo lo explica mejor.. 🙂

 

Si, metáforas que explican lo que nos pasa. Estoy seguro que muchos de ustedes así se sienten en algunas situaciones (trabajo, amor, negocio nuevo, relación tóxica, dieta, gimnasio, futuro, salud, familia).

Brincando sin parar y sin poder salir

Intentando comenzarlo ó animarse a decir que SI

Meterse una y otra vez y salir lastimado siempre

Brincar de ladito lejos de la cuerda, cansándose de oquis y jurando que vas muy bien cuando ni siquiera estuviste cerca de hacerlo.

Aventarte y lastimarte y volver a salirte y volver a intentarlo.

Eres de los que le dan a la cuerda siempre viendo como todos los demás se divierten y tu lo haces posible.

Quieres tambien brincar pero nadie quiere tomar tu lugar para darte chanza. Tambien cansa siempre estar dándole a la cuerda.

A veces uno quiere tener un turno.

Así que ya lo saben.. todos estamos brincando la cuerda en todas las situaciones.

Que nuestra meta sea brincar como los japoneses en el siguiente video.. 🙂

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

 

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