Si hay algo que nos pone a prueba la paciencia hoy en día es la espera. Ese sustantivo y tambien verbo que nos hace tener que confiar, desear, y quedarnos quieto viendo cuando llegará algo que deseamos.
La vida de hoy nos ha ‘echado a perder’ con tanta tecnología e información con la cual en fragmentos de segundos tenemos la respuesta a lo que buscamos.
Nada mas hay que ‘googlear’ lo que buscamos y lo tenemos.
Sin embargo, hay cosas que por mas modernos que seamos, no se logran sin la debida espera.
Y esto de la espera, desespera.
Esperas que fortalecen nuestra paciencia son:
- Ese texto de la persona especial que no llega rápido
- Esa quincena en la cual te van a depositar
- La fecha añorada de algun evento bonito
- Volver a reunirse
- El regreso del Pumpkins Spice Cold Brew en Starbucks
- La publicación de las calificaciones de los maestros al final del semestre
- Ver Resultados de la dieta
- Ese correo electrónico que te dice si te aceptaron ó no en esa universidad
- Ver Resultados del gimnasio
- Que llegue el momento perfecto
- Por la mesa para sentarse a comer en un restaurant de moda
- La fila de regreso de México a Estados Unidos
- Tu turno para la vacuna
- Para saber si te dieron el trabajo despues de esa entrevista
- Muchos tipos de esperas más
Sin embargo, estos días pude experimentar otro tipo de espera que me debilitó. La espera de un ser querido que está siendo intervenido quirúrgicamente.
Me encontraba con mi hermana en la sala de espera del hospital de niños en San Diego. Mi sobrino Sergio Miguel estaba ya en quirófano en donde le hicieron un procedimiento delicado pero muy necesario para poder avanzar con su tratamiento y camino a estar sano de nuevo.
“Serán unos 45 minutos”, nos decía el cirujano urólogo pediátra.
En mi mente pensaba “Ok, 45 minutos. Menos de la hora, menos de lo que dura un episodio de Gilmore Girls. Fácil”.
No sé exactamente qué me pasó pero mi fortaleza para apoyar en todo a mi hermana Michele mientras operaban a su hijo simplemente no estaba.
No sabía qué hacer ó qué decir para que mi hermana no estuviera nerviosa en esos minutos. Muy raro porque no es la primera vez que estamos en una situación igual y sin embargo esta vez me sentía tan inútil.
Compré un par de café lattes con vainilla, calientitos para quitarnos el frío. No sabía que decirle porque sentía que en cualquier momento lloraba y no quería que eso pasara. Ella es fuerte, es la doctora de la familia y siempre es la que nos dice “todo está bien”, pero si llora entonces para mi es que nada está bajo control.
Mi miedo era hablar y que mi voz le molestara.
Platicaba de tontadas y yo se que ella en el fondo se estaba riendo de mi por eso. Lloramos y nos reímos pero no recuerdo de que era la plática.
(He notado que tengo memoria selectiva y que borro totalmente sucesos y personas de mi vida. No sabía que era tan buena para hacer eso. Un talento nuevo que acabo de descubrir en mí).
Nos turnábamos en ir a ver los monitores deseando que dijeran que ya se encontraba en recuperación pero no, la cirugía seguía.
En ningún momento dije en voz alta “ya se tardaron”, pero lo pensé todo el tiempo cuando vi que esos 45 minutos ya era mas de una hora y media.
Con los ojos nos comunicábamos, y luego nos reíamos de algún tema nulo y simple. Despues de quien sabe cuantos minutos más, los doctores mandaron llamar a mi hermana y entró a ver qué pasaba.
Otra espera y mil conclusiones mentales inventadas despues, sale mi hermana y me dice que ya lo pasarán a recuperación.
Hemos dado un ligero avance en su camino a estar sano, pero falta mucho por recorrer.
Y hoy, en este blog que escribo a las 11:40pm con un tema que no tenía ni siquiera planeado, afirmo y anuncio que no hay peor espera que la de cuando un hijo (o casi hijo) está en una sala de operación y tu en una sala donde no entiendes como los minutos pasan tan lento.
Un abrazo a todas esas familias que han tenido que pasar por esperas de este tipo. Mis oraciones para todos ustedes. Los admiro.
NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES. 🙂

Mis oraciones con ustedes Gina, todo va a estar bien🙏🏻
El que estés ahí con tu hermana apoyándola siempre es mejor que mil palabras 😍😍 Que Dios les conceda fortaleza y salud para toda tu familia. Mis oraciones están con ustedes amiga 😘😘
En Cuba cuando la perestroika en Rusia los cubanos hablaban que para nosotfros era la espera estoica. La espera estoica no ha terminado!. Un abrazo, Keo