La Espera

Si hay algo que nos pone a prueba la paciencia hoy en día es la espera. Ese sustantivo y tambien verbo que nos hace tener que confiar, desear, y quedarnos quieto viendo cuando llegará algo que deseamos.

La vida de hoy nos ha ‘echado a perder’ con tanta tecnología e información con la cual en fragmentos de segundos tenemos la respuesta a lo que buscamos.

Nada mas hay que ‘googlear’ lo que buscamos y lo tenemos.

Sin embargo, hay cosas que por mas modernos que seamos, no se logran sin la debida espera.

Y esto de la espera, desespera.

Esperas que fortalecen nuestra paciencia son:

  • Ese texto de la persona especial que no llega rápido
  • Esa quincena en la cual te van a depositar
  • La fecha añorada de algun evento bonito
  • Volver a reunirse
  • El regreso del Pumpkins Spice Cold Brew en Starbucks
  • La publicación de las calificaciones de los maestros al final del semestre
  • Ver Resultados de la dieta
  • Ese correo electrónico que te dice si te aceptaron ó no en esa universidad
  • Ver Resultados del gimnasio
  • Que llegue el momento perfecto
  • Por la mesa para sentarse a comer en un restaurant de moda
  • La fila de regreso de México a Estados Unidos
  • Tu turno para la vacuna
  • Para saber si te dieron el trabajo despues de esa entrevista
  • Muchos tipos de esperas más

Sin embargo, estos días pude experimentar otro tipo de espera que me debilitó. La espera de un ser querido que está siendo intervenido quirúrgicamente.

Me encontraba con mi hermana en la sala de espera del hospital de niños en San Diego. Mi sobrino Sergio Miguel estaba ya en quirófano en donde le hicieron un procedimiento delicado pero muy necesario para poder avanzar con su tratamiento y camino a estar sano de nuevo.

“Serán unos 45 minutos”, nos decía el cirujano urólogo pediátra.

En mi mente pensaba “Ok, 45 minutos. Menos de la hora, menos de lo que dura un episodio de Gilmore Girls. Fácil”.

No sé exactamente qué me pasó pero mi fortaleza para apoyar en todo a mi hermana Michele mientras operaban a su hijo simplemente no estaba.

No sabía qué hacer ó qué decir para que mi hermana no estuviera nerviosa en esos minutos. Muy raro porque no es la primera vez que estamos en una situación igual y sin embargo esta vez me sentía tan inútil.

Compré un par de café lattes con vainilla, calientitos para quitarnos el frío. No sabía que decirle porque sentía que en cualquier momento lloraba y no quería que eso pasara. Ella es fuerte, es la doctora de la familia y siempre es la que nos dice “todo está bien”, pero si llora entonces para mi es que nada está bajo control.

Mi miedo era hablar y que mi voz le molestara.

Platicaba de tontadas y yo se que ella en el fondo se estaba riendo de mi por eso. Lloramos y nos reímos pero no recuerdo de que era la plática.

(He notado que tengo memoria selectiva y que borro totalmente sucesos y personas de mi vida. No sabía que era tan buena para hacer eso. Un talento nuevo que acabo de descubrir en mí).

Nos turnábamos en ir a ver los monitores deseando que dijeran que ya se encontraba en recuperación pero no, la cirugía seguía.

En ningún momento dije en voz alta “ya se tardaron”, pero lo pensé todo el tiempo cuando vi que esos 45 minutos ya era mas de una hora y media.

Con los ojos nos comunicábamos, y luego nos reíamos de algún tema nulo y simple. Despues de quien sabe cuantos minutos más, los doctores mandaron llamar a mi hermana y entró a ver qué pasaba.

Otra espera y mil conclusiones mentales inventadas despues, sale mi hermana y me dice que ya lo pasarán a recuperación.

Hemos dado un ligero avance en su camino a estar sano, pero falta mucho por recorrer.

Y hoy, en este blog que escribo a las 11:40pm con un tema que no tenía ni siquiera planeado, afirmo y anuncio que no hay peor espera que la de cuando un hijo (o casi hijo) está en una sala de operación y tu en una sala donde no entiendes como los minutos pasan tan lento.

Un abrazo a todas esas familias que han tenido que pasar por esperas de este tipo. Mis oraciones para todos ustedes. Los admiro.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES. 🙂

La Gina Dewar

Juventud en Pausa

Hace algunos meses (o años), publiqué en este blog un artículo acerca de cómo la juventud de hoy está tan acostumbrada a tener todo al instante.

Narraba que no era culpa de ellos, sino que era culpa de la tecnología que les daba todo con sólo presionar teclas.

Mencionaba que gracias a eso, los jóvenes y niños no iban a saber jamás lo que significaba tener la virtud de la PACIENCIA.

Hablaba, como si fuera experta en el tema, de como es que ahora los niños y jóvenes todo saben, todo conocen, nada es sorpresa y al mismo tiempo irán tirando al olvido la práctica de ser pacientes y tener calma para lograr sus objetivos.

Hablaba y hablaba. Preocupada como madre de adolescentes pero al mismo tiempo como parte de la generación X que vivió mitad de su juventud sin tecnología y la otra mitad la vivió en esa transición.

Hoy la situación del COVID19 me ha callado la boca.

Me siento con una obligación moral de pedirle una disculpa a la niñez y juventud que critiqué por no tener conocimientos de lo que es la PACIENCIA.

Me ha tocado ver a mis sobrinos, a hijos de amigos, graduarse de manera virtual sin poder pisar la escuela todos juntos como salón. De verdad se me ha hecho nudo en la garganta cuando en las graduaciones por ZOOM ó Facebook Live dice el director “Ultima pasada de lista” y se mencionan a los niños/adolescentes que no están presentes por causas de la pandemia.

He visto en mis hijos sus caras de preocupación con las noticias. Los he visto encerrarse sin decir nada. Han seguido las indicaciones de no salir, de lavarse las manos si llegamos a salir a comprar algo, a usar cubrebocas y a estar sin socializar.

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Tantos niños que se han podido PACIENTEMENTE acoplar a una clase virtual, a ir a la escuela en pantalla, a hacer tareas con dudas de haberle entendido a medias a la pantalla que la maestra compartió.

Hemos podido sentir la tristeza de miles de universitarios que tendrán que volver a sus casas para tomar clases en línea hasta nuevo aviso. (Regresar al nido despues de volar puede ser muy difícil).

He visto a los jóvenes usar toda la paciencia para hacer cosas positivas dentro de sus casas. Las redes sociales están más activas que nunca gracias a que la generación de millenials y GEN Z las mantienen actualizadas.

Han estado pacientes a la espera del regreso del béisbol (pidiendo que si haya deportes en el otoño).

Se han asustado pero han manejado el pánico de que se les enferman seres queridos cercanos. Tienen la paciencia de calmar a los de mi generación que al parecer somos los más impacientes.

A la juventud/niñez se les arrebató la convivencia (que a esa edad es el motor de vida). No pueden ir al cine, ni a parques de diversiones, ni a restaurants (al menos que estén al aire libre y no en todos los países).

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Todo se les ha limitado. Desde el menú de la comida disponible para llevar hasta cumpleaños donde han tenido que celebrar mediante desfiles de compañeritos y amigos pitando en sus carros frente a la casa mientras ellos con su tapabocas los saludan emocionados.

Paciencia.

Tal vez sea verdad que todos tenemos que ejercerla en algún momento de nuestras vidas (ó en varios) y esta juventud en pausa no fue la excepción.

Esta generación de jóvenes está aprendiendo a vivir con una situación que nunca pensaron posible.

Es una generación que todo tienen al alcance de su mano con su teléfono ó con solo pedirle a “Alexa” que los ayude con el problema que tengan. Es una generación que en vivo pueden ver las noticias sin tener que esperarte al noticiero de las 10 de la noche para saber qué pasa en el mundo.

Una generación que antes de ir a un lugar ya había visitado de manera virtual las instalaciones.

Ahora, esa misma generación nos da el más grande ejemplo de paciencia y ACEPTACION de los cambios que siguen dándose cada día (porque todos los días cambian las cosas).

Tenemos que aprender mucho de la juventud y su manera de ESPERAR cuando antes nunca lo hicieron.

Nosotros como generación más grande (menos jóven), necesitamos practicar más nuestra paciencia y abrazar a la juventud y niñez, que detrás de cada carita de “no pasa nada” está un niño con miedo al futuro, a enfermarse, a no volver a la vida de antes. Detrás de cada joven escondido en sus bailes del TikTok está una persona que se muere de angustia de no saber si podremos salir de todo esto en un tiempo a corto plazo.

Ya tenemos que ponernos las pilas como padres, tutores, abuelos, tíos, gobernantes, mentores y ser un ejemplo para esta juventud y niñez que nos sigue consultando para tomas de decisiones.

El título de este blog es JUVENTUD EN PAUSA… pero las generaciones mayores, ¿COMO ESTAMOS?

Tal vez no nos damos cuenta pero la juventud y la niñez absorbe todo lo que nosotros transmitimos. Mientras juegan FORTNITE ó están viendo  su NETFLIX, ellos nos sienten estresados, tensionados y automáticamente se contagian.

Paciencia. Todo va a estar bien. Todo va a pasar. Nuestros adultos mayores estarán a salvo. Nuestra juventud y niñez tendrán su futuro.

Somos esa generación “sandwich”, en medio de dos generaciones. Somos todos los ingredientes de enmedio y no podemos darnos el lujo de ponernos en pausa como los demás.

Si estamos fuertes, unidos, pacientes y tolerantes con empatía vamos a mover a las otras dos generaciones para salir triunfantes de tantos impedimentos por la pandemia.

Estamos para soportar a los mayores y para ayudarles a llegar a los jóvenes. Si lo podemos lograr.

Lo tenemos que lograr.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

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Seriedad para recordar como ser paciente

 

 

Tocando Fondo con Paciencia

Siempre dicen que uno debe tocar fondo para de allí impulsarse hacia arriba.

Lo normal debe ser tocar fondo y luego salir aflote.

Aviéntate un clavado a lo profundo aunque te de miedo llegar al fondo, porque si te quedas en medio no tienes de donde impulsarte para salirte.

Phhffftttt…

Platicaba con mi hermana y le digo, “No estoy tocando fondo, estoy acostada, buceando boca abajo en lo más profundo”.

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Jajajaajajaja.. Así nos sentimos muchos todos los días.

Lo más delicado de todo es que estoy aprendiendo a durar mucho debajo del agua sin respirar. Se me hace normal la ansiedad de que las cosas no salgan como las he planeado.

Es decir, no han fracasado sino que se han ‘tardado’ un poco más de lo que pensaba.

Mis amigos me dicen que lo único que no tengo es lo que más me hace falta ahorita: PACIENCIA.

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Así que a respirar y esperar con toda la paciencia a que todas las monedas en el aire caigan.

Se me ha olvidado ser paciente.

Los años pasados era de puro esperar y aguantar.

Ahora no se si sea la edad pero me choca que las cosas no salgan rápido como las planeo.

PACIENCIA.

La Biblia dice que la Paciencia es una virtud. (Pues entonces creo que tengo otras virtudes porque esta nomás no).

Yo se que muchos se sienten igual que yo.

¿Porqué ya no somos tan pacientes como antes?

Porque todo lo tenemos en el momento.

En segundos podemos ver el menú del restaurant al que vamos a comer, la calle que está cerrada por accidente según el Gps y toda la serie de Friends en Netflix sin comerciales.

Mis hijos no pueden creer que duramos 10 años viendo la serie FRIENDS, jueves a jueves esperando el nuevo capítulo.

Yo pienso que por eso la serie de Luis Miguel ha causado tanta sensación! Nos tienen semana a semana con el Jesús en la boca aunque todos conozcamos ya la vida del Sol.

La serie de Luis Miguel nos ha enseñado a ser pacientes. También Game of Thrones y Club de Cuervos, que tardan un año en regresar con temporada nueva.

Pero fuera de eso, todo en esta vida está ya diseñado para que no esperemos más.

No se si hay una respuesta psicológica a que entre más vieja más desesperada me pongo. Lo veo en el freeway cuando va un viejo pachorrudo enfrente de mi y tengo que bajar mi velocidad de 80 millas por hora a 70.

A todos lados quiero llegar rápido. La lavadora de mi casa siento que tarda doscientos años en lavar y la secadora otros quinientos en secar.

En la mañana al prender el café siento que tarda siglos en colarse, como gotero.

El wi-fi de mi casa ni se diga. (Y eso que no tengo vecinos que me roban la señal, eh!)

Las filas de la única gasolinera en Eastlake Chula Vista cerca de mi casa. Inversionistas, pongan otra gasolinera, gracias.

Cuando no te contestan el texto y ya lo vieron. 😦

Hemos tenido también que ser pacientes en toda esta contienda electoral, teniendo que ir descubriendo el verdadero “yo” de muchas personas.

Me sorprendí mucho ver el nivel de ‘clasificación social’ en la que vivimos. Votes por quien votes, para todos ha habido una crítica ofensiva.

Si votas por Meade eres un menso que quiere más de lo mismo. (ni al caso)

Si votas por Anaya, eres un borrego seguidor del voto ‘útil’. (ni al caso)

Si votas por AMLO entonces tienes suficiente mugre en las rodillas y codos para usarla en la tarjeta de votación en lugar del marcador que te den. (ni al caso, qué gacho, jejeje)

Si votas por el Bronco estás perdido en el abismo de la rebeldía contra la sociedad tradicional. (ni al caso)

Epale, yo nunca dije nada de lo anterior.

Fueron ‘status’ de Facebook que yo pude leer en varias ocasiones, en memes y en posts de muchos de mis amigos.

Al principio me preocupaba ver la pasión con la que escribían defendiendo su punto.

“Nunca nos vamos a poner todos de acuerdo”, pensaba cuando veía tantas opiniones en contra.

Vi amistades romperse, vetarse y bloquearse en las redes sociales.

Yo estoy segura que a mi me hubieran bloqueado más de mil si me hubiera puesto a alegar mis puntos de vista.. Pero ¿para qué?

Pase lo que pase, nos vamos a unir tarde que temprano como pueblo. Es lo que hacemos. Y quien sabe. Tal vez no estamos preparados para cambios, porque todo cambio da miedo. Los invito a reflexionar y decir, “¿y si todo sale bien?”

Hemos estado tocando fondo con paciencia, con memes y críticas pero nunca hemos hecho un cambio radical. Nomás nos hemos quejado. Tocamos fondo con paciencia.

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Luego entonces comienza el mundial, WORLD CUP en Rusia y nos volvemos a unir como mexicanos que somos.

Los dos triunfos nos posicionan en el primer lugar y a última hora nos da una goliza Suecia.

La poca paciencia con el árbitro y sus marcas chiruleras me estaban haciendo llorar.

La paciencia que tuvimos que aplicar para esos 9 minutos extras del juego Corea – Alemania para ver si de panzazo pasaba México a octavos de final en el Mundial.

Tocamos fondo con paciencia… aunque nos haya dado ganas de vomitar ver a la Selección Mexicana no poder hacer nada con esos 3 goles en contra.

Creo que estamos tocando fondo con demasiada paciencia.

Vamos a impulsarnos… A la 1… A las 2… y a las 3!!!

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NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂 Con nuevo presidente mexicano.

Todo estará bien.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No veo nada…

Tenía mucho tiempo que no despertaba dentro de un sueño. Déjenme les platico.

Abría los ojos y no veía absolutamente nada. Todo era negro. Un negro profundo que sólo una vez experimenté en una mina cuando era muy niña.

De verdad pensaba que yo estaba despierta. Y me daba ese sentimiento de miedo e incertidumbre. ¿Estaré ciega?

Me levanté de la cama, o al menos eso creo que era. Mi memoria no me fallaba al encontrar en las tinieblas la puerta de mi cuarto.

Confieso que soy EXPERTA en caminar en la noche por mi casa sin prender la luz. Puedo ir a hacer pipí sin prender nada. Todo está calculado.

Total, seguí con la salida de mi recámara y hacia la derecha busqué las escaleras hacia las recámaras de mis hijos. Para mi sorpresa, no había ninguna escalera!

Mi miedo crecía y como que me ‘bloquié’ al no saber donde estaba.

Era un sentimiento tan feo! Claramente me acuerdo como abría los ojos  hasta casi sacarlos por completo de mi cráneo.

Pero aún así, no podía ver nada.

Caminaba y sentía bultos en el piso. Me daba miedo agacharme para tocarlos y tratar de identificarlos con mis manos.

Temía que fueran cuerpos.

Decidí averiguar que me tropezaba. Eran bloques lisos y frios, como si fueran de algún tipo de mármol ó granito. Al menos eso sentían mis manos.

Eran de muchos tamaños. Todos estaban acostados, es decir, la altura de cada uno era menor que la longitud.

Seguía mi camino y el negro del ambiente era infinito.

Me tropezaba cada vez mas con esos ‘bloques’ que no entendía para que eran.

Curiosamente no podía hablar ni escuchar nada. Si, casi como la canción de Shakira, ¿verdad? Ciega y sordomunda.

Pero eso no me molestaba tanto como el no poder ver.

De pronto, de la nada, despues de caminar unos minutos, lograba distinguir algo a lo lejos. Era como un cuadro grande de luz. Es decir, un cuadro negro tambien, pero la orilla era una luz blanca.

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No es la primera vez que sueño y encuentro la imagen el día siguiente en internet.

Era lo único que se veía y estaba segura que era a donde tenía que ir.

La desesperación me inundaba porque cada que me quería acercar, el cuadro se hacía mas pequeño, como si se alejara.

En cambio, si caminaba de lado a lado, aún tropezando con esos ‘bloques’, el cuadro se acercaba.

Al agacharme y tocar los ‘bloques’ con mi mano, ese cuadro se iluminaba mas y tomaba forma de ventana.

Me tiré al suelo y tocaba los ‘bloques’ que en realidad podía sentir que no pesaban nada y eran fáciles de parar y manejar. Es decir, los comenzaba a colocar de manera vertical.

Me entretuve haciendo eso, sin darme cuenta que todo comenzaba a aclararse. Estaba usando los ‘bloques’, como si jugara con Legos.

Cuando menos lo pensé, ya veía! Me encontraba en mi casa, todavía en mi recámara. Era de noche, pero la luz del poste de la esquina se colaba por la persiana de mi cuarto y veía perfectamente todo.

Corrí hacia abajo a revisar a mis hijos. Estaban dormidos pacíficamente, cada uno en su recámara.

Ahora si estaba despierta de verdad! Y el reloj me indicaba que no era madrugada.

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No me gustó nada lo que dicen los diccionarios de sueños acerca de las tinieblas. Es muy negativo lo que ponen. Así que yo hice mis propias conclusiones.

Lo negro de mi sueño tal vez si indique una cierta ‘depresión’ ó ‘desesparación’ que aunque leve me afecta mas de lo que debería.

(la salud de mi hermana necia por ejemplo. Así te seguiré ventaneando hasta que cuides tu salud y comas bien. ¿Entendiste Michele Dewar?).

Todos tenemos pendientes. Es el motor de seguir luchando y de probar nuestra fuerza no solo de Fe, sino la fortaleza de seguirle sin rendirnos.

Muchos estamos pasando por situaciones difíciles. Unos problemas son mas delicados que los de otros.

Y tal vez nos sentimos en las tinieblas. Y queremos despertar de ella, ó abrir los ojos para poder ver. Y sentimos que la solución se aleja mas cada vez. En mi sueño, el tratar de llegar por el camino fácil a la luz, ésta se hacía menor. Tuve que dejar de corretearla, detenerme a ‘jugar con los bloques’ y tomarlos sin miedo. Igual pasa en la vida real. “La paciencia todo lo alcanza” (decía una oración de Sta. Teresa de Avila).

La clave fue no desesperarse y sentarse un momento a planear como hacerlo.

Esos bloques que al principio me dieron tanto miedo tal vez son las oportunidades que estan a nuestro alcance durante el día.

Y ese miedo es el mismo sentimiento que nos da cuando la vida nos da oportunidades y no nos atravemos a tomarlas por temor a fracasar, a sacrificar algo, a CAMBIAR…

En mi sueño, una vez que vencí los miedos de tocar los ‘bloques’, la oscuridad comenzaba a desaparecer.

Y sin querer, fue una gran enseñanza! NO podemos huir temblorosos cuando la oportunidad llegue.

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Si ahorita estamos en la oscuridad con algo (enfermedad, problema económico, familiar, desesperación, incertidumbre), usemos los bloques que se nos presentan!

Tal vez puede ser tan sencillo como una oración, la mano de una amigo ó familiar ó la respuesta a lo que nos inquieta escrita con todas sus letras.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES! 🙂

Haciendo fila

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Hice un viaje relámpago a Los Angeles/Mexicali con mi esposo e hijos. Combinamos negocios (de el) con un poco de diversión (baseball en Anaheim Angels, Universal Studios y fiesta sorpesa de mi cuñado).

Y como dijo mi amiga Priscilla García, “qué bárbara! tu y tu hermana aprovechan cada minuto del día al máximo cuando viajan”.

Es cierto. Trato de disfrutar cada minuto cuando viajo. ¿Cansado? Bastante. ¿Vale la pena? Por supuesto.

Pues nos encontrábamos en Universal Studios en Hollywood.

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Lindo como siempre, nos muestra la magia cinematográfica que tienen en los Estados Unidos.

Juegan con todos nuestros sentidos para que nuestra imaginación vuele a donde los directores y productores del cine nos quieran llevar (a diferencia de leer un buen libro, donde es nuestra propia imaginación dirigida por uno mismo).

Al principio muy agusto. Llegamos temprano y no había tanta gente. Nos metíamos a las atracciones muy seguido. Estábamos disfrutando todo.

Teníamos el tiempo cortado porque ese día nos regresaríamos a Mexicali por la noche (queda a 3 horas y media), porque el día siguiente era la fiesta SORPRESA de mi cuñado Sergio.

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El lugar es relativamente pequeño. Nada que ver con un Disneylandia  que apenas y lo logras ver todo en un dia de 14 horas!

Déjamos para el final los 3 juegos mas importantes: JURASSIC PARK, THE MUMMY Y TRANSFORMERS 4-D.

Los que han ido saben que estos juegos quedan como bajando por un cerro por medio de escaleras eléctricas. Pues allá vamos los 3 (mis dos hijos y yo. Mi esposo se quedó trabajando con su socio de L.A.)

Llegamos y decidimos formarnos en JURASSIC PARK, una atracción en la cual terminas totalmente mojado por cascadas de agua. La verdad me daba poca flojera andar mojada todo el día, pero el solazo y el calor me convencieron.

La fila no estuvo nada mal. Si mucho serían unos 20 minutos y ya estabamos listos para subirnos. La experiencia estuvo padre y mis hijos estaban encantados. La ambientación musical durante el recorrido en una tipo balsa son las canciones de la película tal cual. Los dinosaurios parecen reales y por un momento te transportas a aquella época prehistórica de la cual sabemos menos de lo que pensamos.

La caída al final a toda velocidad hacia un mundo de cascadas y agua por doquier hicieron de esto lo mejor.

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Nos bajamos MOJADOS, pero MOJADOS en serio.

Nos fuimos despues a el juego de TRANSFORMERS, que es el que acaban de abrir este Mayo 2013.

Despues de una fila impresionantemente larga, nos subimos y nos impactamos con la magia del cine. Los efectos especiales, los sonidos, los efectos en cuarta dimensión, todo.

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Ya al final, casi para cuando era hora de irnos (habíamos quedado de vernos con mi esposo en la entrada del parque para ir a comer una hamburguesa al HARD ROCK CAFE en Hollywood. Mis hijos son FAN de esas hamburguesas y de las de mi amigo Javier V.)

El caso es que llegamos a THE MUMMY, el único juego tipo ROLLER COASTER.. Las pantallas decían 70 minutos de fila. Mas de una hora estaríamos allí parados.

SETENTA MINUTOS.

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“Pues a darle!”, les dije a mis hijos los cuales ya estaban cansados y con poco de calor.

Nos formamos.

Era un mundo de gente. Literalmente cuando digo MUNDO es porque podíamos ver y apreciar gente de todas las razas humanas.

“¿A qué huele?”, me pregunta mi hijo el Coco.

Y yo, “¿Cómo a qué?”.

“Huele gacho”, dijo mi hija Luisa Fernanda.

Efectivamente, no solo VES gente de todo el mundo. Tambien las puedes OLER.

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Discúlpenme si me oigo sangrona, pero es la verdad. Llegan olores diferentes, de razas diferentes. Y me parece maravilloso! Es una experiencia que te pone a pensar en lo diferente que somos pero a la vez formamos una sola humanidad. Es parte de ir a ciudades turísticas donde se concentran gente de todos lados.. Los Angeles es una ciudad asi.

La fila estaba lentísima. NO avanzaba.

Mis hijos estaban desesperados porque cuando pensabas que ya mero llegabas, veías que seguían laberintos y laberintos de gente formada.

Jugamos a adivinar de donde venían y qué conocíamos de cada país/región.

Vimos hindús, con su inconfundible inglés del ABU de Simpsons, o del de la película LIFE OF PI. Me encanta siempre ver los vestidos que traen, los saris bordados de colores neon, el lunar rojo en la frente tan simbólico de las féminas de la India.

Había unos franceses que no paraban de hablar. Y una vez mas no les entendía. Me aguité porque toda mi primaria, secundaria y prepa llevé clases de Frances.. Lograba hilar oraciones y mas o menos entender, pero realmente me daba trabajo.

Luego vimos como un grupo de mas de 25 niñitas coreanas, vestidas y peinadas igualitas. Parecían muñequitas. Lindas todas. Nos impresionaba lo iguales que se veían. Sus shorts azules y camisa verde limón las hacía brillar en la fila. Me llamaba la atención que se entretenían jugando con sus manos un juego de dedos. Ignoro si era matemático ó de lógica. Me prometí a mi misma investigarlo.

Arabes, unos mexicanos sonorenses del colegio La Salle, muchos asiáticos, americanos de todo el país. Mujeres musulmanas vestidas de negro, tapadas todas. Solo se les veían los ojos, pero traían los relojes mas finos y las bolsas mas caras del planeta. Me encantó admirarlas.

Cuando menos pensamos, llegamos al juego. Era nuestro turno de subirnos.

“Mami, que rápido se nos pasó”, concluían mis hijos.

“Si, todo fue disfrutar la espera para que llegáramos contentos”, les dije.

Y me sentí muy orgullosa de mi.. (jajajaja, ay si, ya se)

Pero es que es la verdad.

En ocasiones se puede comprar el ‘fast pass’ ó ‘front of line’, un gafete que te da la oportunidad de subir al juego sin hacer fila. Que padre cuando se puede!!!

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Pero en esta vida, casi siempre tenemos que HACER FILA para lograr algo. Y a veces tenemos la suerte de llegar rápido, ó las cosas se acomodan para no batallar.

Pero en las mayoría de las ocasiones no existe la manera rápida de llegar a nuestras metas. Uno tiene que HACER FILA y esperar nuestro turno. Y hablo de todo lo que queramos hacer.

“Espera, apenas viene lo mejor”

“No te desanimes, vienen buenos tiempos”

“Ten paciencia”

¿A poco no nos dicen eso muy seguido? Cuando la gente nos ve desesperada, nos aconsejan asi. A veces nos cae bien, pero otras veces no. jejeje.

El éxito de nuestra vida es disfrutar el camino que nos lleve a diferentes rumbos. La felicidad no es llegar. La felicidad es el recorrido. Depende de nosotros como lo vemos.

En esa fila de THE MUMMY, yo pude haber tenido mi estado de ánimo asi:

“Mmmmta, que lenta”

“Que calor, estamos locos haciendo esta fila”

“Ni ha de estar chilo el roller coaster”

“Me choca no haber tenido para pagar  los $100 dolares extra por cada quien para que nos dieran nuestro gafete de VIP y no hacer filas”

“Que mala suerte tengo!”

¿Se imaginan ustedes cómo hubieran llegado mis hijos? Todos aguitados, frustrados y se les hubiera hecho eterna la espera.

Amigo lector, si tu ahorita estas en ‘espera’ de algo, DISFRUTA el camino. Ponte a hacer otras cosas que hagan que tu espera sea menos grave ó lenta.

Si tienes a alguien cerca de ti que te dice puras cosas negativas, NO HAGAS CASO. Que te entre por un oído y te salga por el otro.

Se que va a haber momentos en los que te quieres dar por vencido (como salirte de la fila), pero la experiencia (BUENA O MALA) de lo que viene la tienes que vivir.

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Igual y te encanta, igual y te decepciona.

Pero nadie te va a poder decir “TE LA PERDISTE”.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES!! 🙂