Había una vez una niña de unos 11 años que vivía en El Paso, Texas y platicaba con su mamá.

Ella le decía: “Mami, quiero estudiar en UCLA”.
La mamá sentía que su corazón se apachurraba. No era porque se iría lejos sino porque el pendiente era ¿cómo le va a hacer?
Esa niña era Luisa Fernanda y la mamá era yo.
La primera vez que supe que ella quería ir a esa escuela, como madre me preocupaba porque se me hacía algo tan difícil de lograr.
Vivíamos en Texas, es decir, “out-of-state”. El porcentaje de aceptación es muy bajo porque aplican miles de aspirantes. El costo de un año de colegiatura eran el doble si eras de fuera de California. Y aún siendo residente de California significaba mucho dinero.
Este es el costo 2022/2023 (pago anual) en UCLA :

El tiempo pasaba y mis hijos iban creciendo. Luisa Fernanda se iba interesando por el lado político debido a que desde muy pequeña quiere luchar por los derechos de las minorías, especialmente en Estados Unidos donde se ve la discriminación por la diversidad de grupos que lo constituyen. Tambien su familia paterna siempre estuvo en la ‘grilla’ política y eso la inspiraba.
Decisiones personales y familiares nos hicieron irnos hacia San Diego, California y por primera vez sentí que estaba un poco más cerca mi hija de su escuela favorita.
Ella llegó a California en el último año de preparatoria (high school) y debido a eso, todo su curriculum escolar era un relajo. Le sobraban algunos créditos y le faltaban otros. Cuando se llega el momento de aplicar a las universidades, la que la acepta es San Francisco State University (SFSU).
La rechaza y yo no entiendo porqué. Me acuerdo que me preocupaba mucho y le decía “¿Y entonces qué vas a hacer?”
Pero ella tenía su plan. Ella sin decir mucho investigaba y buscaba alternativas. Ella no descansaba.
“Mami, me voy a inscribir a San Diego Mesa College porque allí tienen un programa de transfers a UC muy bueno”.
Yo, en mi total ignorancia sobre universidades en Estados Unidos, no pude hacer más que confiar en ella.
Fuí aprendiendo junto con ella. Se metió de lleno a clases y actividades extra-curriculares. Llevarla hasta allá era el precio a pagar pero, como a todo, uno se acostumbra y lo hace rutina.
Se llegaba la hora de llenar las solicitudes y hacer los ensayos para que alguna UC la aceptara. Me tocó leer lo que escribía y me acuerdo que me impresioné con el talento que tiene para redactar temas tan difíciles como lo es la política.
Pasó el tiempo y comenzaron a llegar las cartas de aceptación de todas las UC que aplicó. UC Berkeley, Santa Barbara, Irvine, San Diego y su escuela de sueño UCLA.

Había una vez una niña que soñó, nunca se dió por vencida, luchó, sobrevivió pandemias, buscó las herramientas económicas y logró su sueño.
El pasado 12 de junio del 2022, a las 9am en el campus de UCLA y rodeada de su familia, aquella niña se graduó de Bachelor in Political Science, con honores CUM LAUDE de la escuela universitaria pública con ranking #1 en Estados Unidos.
Desde las gradas la ví cumplir lo que de muy niña quiso hacer. Fue justo allí que me dió la gran lección de no dejarte vencer, aunque todo esté en tu contra, porque luchando y a veces llorando, los sueños se cumplen.




Estoy segura que me seguirá sorprendiendo (y enseñando). Yo me encargo de escribir de nuevo un “había una vez, la continuación”..
NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂
Wow!!! Muchísimas felicidades a Luisa y a ti amiga por apoyarla y que Dios la siga llevando de su mano. Que bendición tan grande 🙏🏻😍😍