Un recuerdo aleatorio

No sé qué pase con el universo, pero van varias personas con las que platico que me dicen que algo pasa y que andan muy vulnerables y llorones.

Yo no soy la excepción. Me he sentido mal físicamente (lo que casi nunca) y todo me hace sentir que quiero llorar, pero me aguanto.

Me pasa que como que adivino que van a pasar cosas. Las pienso y suceden. Pienso en alguien y me manda un texto. Antes de decir algo me contestan sin tener que preguntar. Traigo mi intuición muy activa (o tal vez tengo ahora mas sensible la percepción debido a que estoy encaminada a cumplir mis metas).

No me gusta adivinar lo que pasa. Me da miedo.

Otra cosa que me sucede es que me pongo a recordar etapas muy bonitas de mi vida. Eso me pasó justo este lunes que acaba de pasar.

Puse en mi Spotify la canción de U2 “Where the Streets have no Name”. Es una canción que me gusta mucho y siempre la relaciono con ir a toda velocidad manejando.

Comenzó la canción y me transporté a 1987-1988.

Era una tarde calurosa de Mexicali, primavera tal vez. Había pasado por mí la Cristy y la Ale y nos dirigíamos por la Laurelena porque era importante regresar a la prepa del CETYS esa tarde a una clase vespertina.

Tuvimos tiempo de ir por un raspado de limón al Manches y por unos famosos saladitos (ciruelas con sal y limón). Teníamos que irnos rápido porque en el CETYS no te esperaban los maestros. Llegabas tarde y no entrabas.

Recuerdo perfectamente ir en el Jetta azul de la Cristy. Ella manejaba, la Ale enfrente y la Laurelena y yo atrás. Yo iba detrás del asiento del conductor.

Íbamos tarde, pero si nos apurábamos, si podíamos alcanzar. Para no atravesarnos por el tráfico, nos fuimos por el periférico. (En aquel entonces, la escuela quedaba lejos de donde vivíamos. Hoy en día queda muy céntrico el CETYS).

Sintonizaba la Cristy el álbum THE JOSHUA TREE de U2 y comenzaba esa canción “Where the Streets Have No Name” que quiere decir ‘donde las calles no tienen nombre’. (O sea muchos pueblos de México, jaja).

Recuerdo la velocidad a la que íbamos. El aire caliente en mi cara y yo cerraba los ojos para poder escuchar a THE EDGE con la voz de BONO. La música la podía sentir en mi pecho, retumbaba y me hacía soñar.

15 años, casi 16.

Ese es el recuerdo que tuve al volver a escuchar esa canción. No se porque hasta ahora lo recordé si he escuchado esa canción miles de veces a través de todos los años.

Y me puse tan melancólica. Quería llorar y reír al mismo tiempo. Recordar aquellos tiempos en los que teníamos todo un futuro delante de nosotros, las 4 no nos imaginábamos como sería nuestra vida.

No teníamos planes. No teníamos graves problemas. Pasar las materias tan difíciles de la prepa era nuestra única obligación.

Nos creíamos invencibles. Nunca nos dio miedo chocar, ni morirnos. No nos preocupaba nada porque sabíamos que en cada cuadra de la ciudad vivía alguien que nos conocía para ayudarnos en una emergencia.

No sabíamos que éramos muy felices porque estoy segura de que algo muy insignificante nos preocupaba.

Me puse melancólica pero no de tristeza, sino como de agradecimiento con la vida por haberme permitido pasar por esas épocas, con esas personas en esos momentos. No fuera lo que soy sin cada momento de mi pasado.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 😊

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s