Incrédulos

Estamos ya entrando a la semana 6 de encierro.

SEIS SEMANAS.

No se me han hecho tan pesadas. Quizá se deba a que sigo saliendo por cuestiones de trabajo (resulta que los bienes raíces son esenciales para el gobierno de Estados Unidos) y tambien voy una vez a la semana al mandado por lo que me haga falta.

(Por si tenían el pendiente, ya hay mucho papel del baño y muy barato en casi todos lados). Es qué ya pasó el susto.

A pesar de ya estar en esto vivendo una realidad totalmente fuera dé, me siento aún como en un sueño. Una obra de teatro y nomás no cae el telón.

Platicando con mi amiga Marisa Barrio (que anda en Barcelona todavía), llegamos las dos a la conclusión que esto ha sido una “chi&%@ para el mundo”. Nos agarró a todos tan mal acomodados. Tan mal preparados y tan de prisa en nuestras vidas que no supimos ni qué pasó.

El mundo está cerrado todavía. (Aunque en Estados Unidos el Trump ya quiere abrir, porque como el país es de él, pues él puede hacer lo que se le de la gana con nosotros).

No me voy a meter en temas políticos pues. Nunca gano.

En lo personal, estos últimos días he estado viviendo como en otra dimensión. (No, no ando borracha. Me tomo solo una copa de tinto en la noche ó una cervecita artesanal por las tardes. Primero porque son carbohidratos, segundo porque me da miedo mi hígado que a veces no se porta bien y tercero porque está muy caro pistear diario).

Mi rutina está volteada, al revés, de ‘teenager’.

Me duermo casi a las 3am viendo TIKTOK. Así en mi cama, ya a punto de cerrar los ojos pero viendo videos tan tontos que la verdad me hacen reír. (Tambien me hacen llorar los videos de los perritos abandonados, de los niños que mueren y de todos los graduados que no van a tener sus fiestas ni ceremonias).

Me despierto como a las 9am (tardísimo para mis levantadas diarias a las 5:45am en aquellos tiempos PRE COVID19).

Me levanto INCREDULA de que seguimos en esto.

Veo rápido alguna noticia que me llame la atención en las redes sociales mientras me tomo mi café Gabilondo en mi balcón.

Observo los carros estacionados todos sin hacer ruido. Los depas se sienten callados, como si estuvieran vacíos pero la realidad es que todos duermen porque no hay nada que hacer.

A lo lejos observo los cuervos negros en las palmeras, mucho colibrí en las flores de las escaleras y mapaches que rondan las calles. Los animales están incrédulos antes el silencio del humano. ¿Qué pensarán?

Termino mi café y me cambio para hacer un poco de ejercicio, especialmente llevarme a mi perrita a pasear por toda la cuadra.

Cada vez está más vacío todo. Antes si veías gente paseando, carros pasando y uno que otro corredor ó ciclista ejercitándose.

Ya no.

Por primera vez en semanas sentí muy feo sentirme sola en el mundo. Era una sensación muy simple y tonta pero era como una angustia  ir caminando por los jardines ya un poco abandonados (ahora que Trump no deja cruzar a los mexicanos, se nota el servicio tan maravilloso que damos a este país con la ausencia de mis paisanos).

Los columpios con listones de “No entrar, precaución” me llenaron de melancolía. Ese parque siempre están llenos de bebés gritando y jugando.

Parecía una escena post-apocalíptica. Incrédula de la situación, seguimos adelante.

La escuela High School vacía, el campo de beisbol sin mantenimiento, abandonado. No hay jóvenes ni maestros ni ruido.

94420634_333976774241995_1149559498696818688_n

Nos salieron ardillitas, conejos y a lo lejos vimos rondando un coyote buscando comida. Los caracoles recorren las aceras mientras que los insectos vuelan libres como dueños del mundo.

Incrédula con toda la situación, no hay otra palabra que me defina mis sentimientos ahorita.

Pero estoy incrédula de que le pasó a un mundo que tiene toda la tecnología jamás imaginada y un virus que no se ve a simple vista lo ha frenado y puesto de cabeza.

Incrédula con:

Gente conocida sigue saliendo de sus casas sin seguir indicaciones

Se siguen peleando por cosas insignificantes la gente

Monstruos como Las Vegas y Disney siguen cerradas en su totalidad

Las enfrijoladas de la Anahí

Saber que falta mucho para volver a estar como antes.

Mi miedo sea por los demás y no por mí

Incrédula ante todos los gobiernos y autoridades. No saber quien miente y quien dice la verdad.

Estamos simplemente incrédulos.

A ver, dime ahora tú.

¿Crees que esto del COVID19 fue un plan que se salió de control por parte de los que dominan el mundo?

Me interesa tu opinión.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂