El suelo es lava

Estaba en el parque paseando a mi perrita Kiara. Me encanta esa parte del día en la que salgo con ella a caminar. El entusiasmo que ella demuestra cuando le estoy ajustando la correa me hacen motivarme a querer salir corriendo igual que ella de mi casa hacia el aire fresco y lo tibio del sol a esas horas de la mañana.

Este día iba un poco mas tarde que de costumbre porque se me había complicado la mañana. En el parque ya estaban algunos niños pequeños con sus papás.

Me llamaba la atención un papá muy jovencito que iba con su hijo. El papá se trepaba a los columpios y jugaba con el niño.

De repente oigo que el papá le grita “The floor is lava!” (el suelo es lava).. Y el niño brincaba del piso hacia unos tubos de acero en el mismo parque evitando como fuera el tocar el suelo (pues porque se quemaba).

Jugaron tanto que se me fue la mañana viéndolos. Me quemé mi pecho porque no llevaba bloqueador y mi piel ya saben que se quema hasta con la luz de las velas.

Me puse a pensar que ese juego de “El suelo es lava” lo jugamos toda la vida de chiquitos. Era tan emocionante y tan real el actuar como si de verdad el suelo fuera lava ardiendo que nos mataría si la tocábamos. A veces cambiabamos el tema de LAVA a que había tiburones en el piso y nos encontrábamos en el mar, pero casi siempre el juego era la LAVA.

Era adrenalina cuando alguien gritaba “el tubo donde estas ya se derritió con la lava” y era brincar de donde estabas hacia otro orificio que no fuera el piso para no perder.

Los amigos te ayudaban a no caer, y había ocasiones en que morían junto contigo tratando de ayudarte. (Si, jugaba con los niños varones, jajajaja.)

Pues así, exactamente así, me siento hoy en día.

Cada que abro mis redes sociales, las noticias ó los whatsapps y leo de los nuevos contagios de COVID19 de mis conocidos, ó que se han muerto algunos papás de amigos ó que los doctores se están enfermando y muriendo siento como si del cielo alguien me gritara “EL SUELO ES LAVA”.

Literalmente siento como el suelo arde y tengo que brincar y ver si estoy a salvo. Tengo que ver los lugares que me ponen a salvo, tanto a mi como a mis seres queridos. Tambien busco que mis hijos brinquen y estén bien. Luego averiguo con mis grupos de familias y con mis amigos si todos están bien. Me tengo que asegurar que ninguno se está quemando y que todos lograron treparse a un tubo en lo alto para evitar la lava. Y tambien tengo que ofrecer mi ayuda aunque peligre.

Luego pasa el momento y el piso vuelve a ser el mismo. El zacate huele a humedad de invierno, la madera de mi cocina se siente fría bajo mis pies descalzos y la alfombra de mi recámara es suavecita otra vez.

Y es cuando vuelvo a caminar, a ponerme de pie y sigo con lo que estaba haciendo.

Es cansado jugar a esto porque no es un juego.

No estamos en un parque jugando, ni en el recreo de la primaria con los compañeros de escuela.

Nos gritan cada rato “EL SUELO ES LAVA” y se nos hunde el corazón.

Hemos perdido tanta gente. Cada una de estas almas que se han ido me pesan, me duelen aunque no las conozca en persona porque al final de cuenta fueron seres humanos como tu y como yo que tenían planes y sueños por cumplir.

Siento que cuando nos gritan que EL SUELO ES LAVA, queremos ayudar a todos a estar a salvo y los que se nos han ido es porque como humanidad hemos fallado.

Fallamos cuando salimos sin cubrebocas.

Fallamos cuando hacemos fiestas a escondidas

Fallamos cuando sabiendo del contagio en nuestras casas seguimos saliendo a lugares públicos

Fallamos cuando nos automedicamos ó aconsejamos a los demás el “que tomar” porque a una vecina de la secretaria del primo del tio de mi dentista le funcionó

Fallamos cuando nos gana el egoísmo

Fallamos cuando pensamos más en lo económico que en lo que realmente no tiene precio: La Salud.

No se si sea este blog muy negativo, pero yo lo veo como algo positivo el que les tenga la confianza de decirles como me siento realmente. Me siento ya muy cansada. Muy muy muy cansada.

Estoy con miedo, aunque se me quita a veces con oraciones, pero le tengo miedo a como un virus nos ha cambiado la vida a toda la humanidad.

Al mundo entero le gritaron ‘EL SUELO ES LAVA’ y tardamos mucho tiempo en recordar cual es el fin del juego: SOBREVIVIR.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

Selección Natural

Darwin nos explicaba sobre el orígen de las especies y la evolución biológica mediante sus teoría de la selección natural y como todo influye en el medio ambiente para que todo se adapte.

Desde todos los tiempos, los científicos han estudiado todas las teorías habidas y por haber para lograr explicar el porqué de tantos fenómenos en el mundo.

Hay un porqué habemos razas diferentes, con razgos diferentes y que van desarrollando costumbres propias. Somos todos humanos pero a la vez nos podemos catalogar por raza y etnicidad, porque así se le ocurrió a unos cuantos.

Una selección natural se lleva a cabo gracias a la manera que nos podemos adaptar a nuestro medio ambiente. Una vez que un grupo de personas logra adaptarse y hacerse fuertes a las adversidades de su entorno, logran pasar estas características genéticas como herencia a futuras generaciones.

¿Ya los confundí todos?

Les daré una lista de ejemplos tomados de algunos sitios del internet para que más ó menos entiendan el concepto:

*Al usar antibióticos para virus ó bacterias se logra matar algunas de ellas, pero las que sobreviven se vuelven más resistentes y gracias a esto la medicina evoluciona. (Por eso es que a veces no funciona el mismo antibiótico que te han recetado para una infección y te hacen cultivos para saber cual darte)

*El pelo blanco de algunos animales árticos que les permite esconderse en la nieve, para ser cazadores ó protegerse de otros peligros. Tambien el grosor del pelaje es para evitar que se mueran de frío.

*Algunos insectos que parecen naturaleza para camuflajearse, de igual manera para esconderse de las aves que se los quieren comer.

*La manera inexplicable de como se van extinguiendo especies sin poder salvarlas.

*Las víboras y su manera de dislocarse la mandíbula para tragarse cosas gigantes.

*La manera de resistirse a cualquier veneno todas las cucarachas

*La capacidad de los seres humanos de hablar. Esa perfección en todas las lenguas y todos los idiomas.

*Las danzas de apareamiento de los animales machos para atraer a las hembras

Las dentaduras de los animales, dependiendo de lo que comen. Colmillos para los carnívoros, dientes planos para los que son herbívoros.

*Un gran etcétera, donde podemos nombrar toda selección natural, es decir, que no fue modificada por el hombre y sus tecnologías.

De la misma manera nosotros tenemos nuestros talentos naturales para sobrevivir en cualquier ambiente, ya sea en lo profesional y en lo personal.

Nuestros atributos y talentos, lo que nos hace únicos, forman parte de esa selección natural.

Se han de preguntar porque el tema esta semana. Les voy a platicar.

Por medio de la revista de http://www.gentebonitaonline.com GENTE BONITA MAGAZINE aquí en San Diego y de la cual formo parte, nos pusimos en contacto con una nueva producción mexicana llamada SELECCION NATURAL C19, con la cual estamos ya planeando alianzas para hacer un gran equipo.

S/N C-1.9, es un thriller lleno de conspiraciones ficticias pero muy pegadas a lo que pudiera ser una realidad. Escrita y dirigida por el magnífico Miguel Alejandro Reina, este proyecto logra reunir a un elenco increíble: Roberto Sosa, Mario Oliver, Mario Zaragoza, Maria Aura, Alessandro Anvar, Vanessa Bauche, Monica Huarte, Naomy Romo, Moises Arizmendi, Gabriel Galicia, Daniel García y otros actores sorpresa.

Este proyecto nace en cuanto se da a conocer a nivel mundial la pandemia del COVID19. Adrián Matías de Antoni, con su empresa Cabo Films, se une con todo este talento para lanzar al mundo una producción filmada en su totalidad de manera remota. Cada actor se filma en el encierro de la cuarentena en abril del 2020, sin ver a los demás actores, sin tener al director cortando escena ni a los maquillistas quitándoles el brillo de la nariz. Tampoco tienen a los camarógrafos ni las luces profesionales de un foro de grabación profesional.

Mario Oliver se encarga de reunir a todo el elenco, mostrando sus atributos de director de ‘casting’, además de ser uno de los personajes más interesantes de la historia en su personaje de El Célula.

La historia gira alrededor del COVID19, con datos pegados a la realidad pero con un ‘twist’ de teorías sobre conspiraciones políticas y la industria farmaceutica.

Todo este talentoso elenco, en plena pandemia y encierro, decide entrarle a este proyecto. Imagínate el trabajo de un actor que depende de un público presencial (como lo es el teatro), o que tiene que ir a los foros de producción a grabar con todo el staff. Todo se detuvo por el virus y mientras se pensaba lo peor, rodeados de todo lo negativo e incertidumbre, nace esta idea de hacer esta serie que estoy segura cautivará a todo el público.

La serie nos pone a pensar que la selección natural será la que determine quién sí sobrevive, quién no y quién toma la ventaja de que el mundo esté varado y asustado. Siempre hay alguien que se aprovecha del miedo ajeno.

Las actuaciones de Maria Aura, cuyo personaje me mantuvo estresada y de Monica Huarte en la primera temporada son increíbles, además que lucen guapísimas.

Mario Zaragoza tiene una actuación digna de reconocimientos internacionales en su papel estelar. Moisés Arizmendi en su personaje mediador del caos entre sus compañeros me encantó. Daniel García me convenció que era un científico conocedor y Roberto Sosa (de la cual soy fan desde Luz Y Sombra) nos deleita con su actuación antagónica en el mundo político.

Merecen tambien mi aplauso todo el equipo ‘behind the scenes’, los editores y staff de apoyo por haber trabajado de manera diferente en una producción hecha durante la pandemia y sobre la pandemia.

Actualmente están grabando la segunda temporada en Cabo San Lucas, con menos encierro pero con todos los cuidados que dictan los organismos de la salud.

La primera temporada la pueden adquirir aquí, en este link:

Así que ya lo saben, depende de nuestra adaptación a todos los cambios lo que va a determinar nuestra supervivencia a esta pandemia… será una Selección Natural.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

Resumen mental

Me pregunto, casi a diario, ¿cómo llegamos a esto?

¿A qué?“, te has de preguntar.

Pues a esto. A todo lo que se lee a diario en las noticias y redes sociales.

Los que están a favor y en contra. De todo y de nada. Porque sí ó porque no. Abrimos ó cerramos negocios. Nos metemos ó salimos. Me cuido ó me vale. Los que creen y los que piensan que todo es un plan malévolo de los poderes mundiales.

Vivir en medio de dos países me hace sentir una terrible angustia por ambos lados de la frontera. Me preocupa mi México. Me estresa Estados Unidos.

Vemos tantas cosas que están pasado. Tanto odio y tanta división, muchas de las veces peleamos por cosas que ni nos afectan.

Vienen elecciones en el país estadounidense, así que ya se han de imaginar todo lo que se lee. Se avecinan crisis económicas en ambos países y en el mundo entero ya que nos van alcanzar los meses en cuarentena.

Mi hijo ya está en su tercer semana de clases en línea, mi hija no se podrá ir a su universidad hasta enero (si bien nos va) y yo no he visto a mi mamá desde febrero porque no quiero ser la que le lleve el virus. (Que se contagie en el Oxxo ó con el Dr. Simi, pero no quiero eso en mi conciencia, jejeje).

Las playas aquí en San Diego están llenas. La gente con sus tapabocas en los codos, en la frente, de mascada y para detener el cabello.. en todos lados menos en la boca y nariz.

Ya no se guardan esos 6ft de distancia, la gente se abraza, sale a restaurants (aunque nos sienten afuera), se sigue lavando las manos pero poco a poco se ha ido perdiendo ese nervio del COVID19. Los contagios siguen a la alza pero la taza de mortandad es menor ya. Como que todo mundo está ya relajado de que la elección del que se enferme sea de la naturaleza. Nadie hace caso, mucho menos las generaciones jóvenes.

Mientras me preocupaba por la vida y por problemas ajenos y lejanos, vi una publicación anónima que me llamó mucho la atención.

Era un cuadro negro con letras blancas y decía:

“Si el COVID-19 afectara principalmente a los niños y jóvenes, todos los adultos estaríamos haciendo hasta lo imposible por cuidarlos y acabar con esta pandemia”.

Me congelé a analizar lo que leía.

Mi piel se erizó en un instante.

Me puse a imaginarme a nuestro mundo si la situación fuera al revés.

Imagínate que el COVID-19 atacara de manera agresiva a niños y jóvenes. Imagina saber que si sales a la tienda, a comer a un restaurant, a trabajar sin tomar las medidas de precaución para no obtener el virus, vas a llegar a tu casa y tus hijos, bebés y niños se pueden contagiar.

Imagina a esos niños con la vida truncada, atados a una cama de hospital y con tubos de oxígeno mientras los doctores los tienen en un coma inducido para que puedan recuperarse de mejor manera.

Imagina tu impotencia como padre de familia, como madre, como tía, abuela… ver a los menores de las familias morir ó enfermar gravemente y quedar lastimados de por vida.

¿Saldríamos de igual manera?

Yo no estoy criticando a los que han salido. YO he salido y mucho. (Creo que psicológicamente estoy retando al virus porque no entiendo como es que no me he contagiado. Pero ese es otro tema)

Yo creo que si el virus atacara a los menores y no a los adultos mayores, nosotros los “viejos” estaríamos haciendo hasta lo imposible por parar el virus.

Haríamos lo que fuera por protegerlos.

Tendríamos a las madres de familia con todos los sentidos puestos en que ningún virus ataque a la familia. No estaríamos pensando “a dónde ir” de vacaciones aunque sea un día y guardando la sana distancia.

No estaríamos ni pensando en lo difícil que es darles clases en línea con la ayuda de sus escuelas.

No estaríamos traumadas que las señoras que nos ayudan en la casa no pudieran venir a trabajar.

Estaríamos completamente entregadas a ver la manera de erradicar el virus, de seguir las instrucciones de los médicos y gobiernos, de obedecer para que esto pasara rápido.

Imagina el miedo de vivir en un mundo donde tus hijos y bebés pueden morir por negligencia propia, por pensar que “ay, no pasa nada”, “estamos vitaminados”, “es que ya no podemos estar encerrados ni un momento más”.

¿Porqué no hemos cuidado a nuestros adultos mayores de igual manera?

No, jóvenes. Estamos mal. (Me incluyo en la juventud, al menos mentalmente).

No podemos ser tan egoístas, tan “ay whatever”.

Es mucha la gente que ha fallecido por el COVID19. Mucha gente conocida, sin importar su status económico ni social.

Creo que este blog me hace pensar en algo muy profundo:

¿A qué edad le dejamos de importar al mundo?

NOS VEMOS LA PROXIMA SEMANA 🙂

Carpe Diem

Horacio, un poeta romano decía “carpe diem quam minimum credula postero” que traducido al español quiere decir: “aprovecha cada día, no te confíes del mañana”.

He estado leyendo poesía antigua, quizá para ver las diferencias de lo que pensaban antes a lo que decimos hoy. ¿Y saben qué? Pensamos lo mismo. Queremos lo mismo. Sentimos lo mismo.

Carpe diem. Vive el día.

Nada más cierto hoy en estos tiempos cuando no sabes cómo va a amanecer el mundo y que nuevas regulaciones nos van a dictar.

¿Cuántas veces hemos permanecido despiertos en la noche dándole vueltas a algo que todavía no pasa pero en nuestra cabeza ya inventamos mil cosas?

Esa horrible costumbre de planear todo hasta el último momento no es más que sólo una receta perfecta para una decepción.

Tendemos a pensar demasiado en lo que va a pasar y se nos va el hoy en eso.  Por estar viviendo en lo que va a pasar, se nos van los momentos especiales de cada día.

Perdemos la paz por angustiarnos por cosas que no han pasado (pero PUDIERAN pasar).

Me acaba de pasar esto esta semana. Resulta que por cosas del destino, el IRS (el mero mero de impuestos del gobierno estadounidense) dudaba que en realidad yo era yo. Es decir, mi identidad estaba comprometida quizá por vivir ahora en California despues de tantos años en Texas. Mis impuestos del 2018 se seguían procesando y como ya tengo que presentar los del 2019, decidí llegar al fondo de la situación.

Entre mil llamadas, me citaron en el edificio de gobierno de downtown el martes a las meras 10am.

Llegué super puntual y no había nadie en la fila. Los policías me quitaron los zapatos y mi bolsa (mismo registro que en los aeropuertos) y me pasaron por un marco detector de metales. Muy amables todos los policías conmigo. Todos con cubrebocas, me rocearon las manos con alcohol y gel antibacterial y me acompañaron hasta el elevador para indicarme que otro policía me llevaría hasta la oficina.

Muy amables todos en mi trayecto. El que me recibió mis identificaciones, el que me dió mi numerito de espera (que en el fondo me daba risa porque era la UNICA allí) y tambien muy amable la persona encargada del IRS que estaba revisando mi caso.

No se porque me sentía tan nerviosa antes de ir. Ese miedo inculcado de que el IRS es lo peor y todos le temen está muy mal.

Llevo días (ó meses) estresada por tener este pendiente con el IRS y en 5 minutos me resolvieron mi problema. Me había imaginado lo peor, una auditoría, sanciones y multas ó penalizaciones fuertes por haber dejado pasar tanto tiempo.

Aprendí que los del IRS son muy amables, desde la mujer con la que agendé la cita hasta el muchacho joven que me atendió. (La verdad es que nos da miedo todo lo que tenga que ver con trámites de gobierno).

Todo este tiempo me estuve preocupando en vano por algo que tenía solución. No VIVI EL DIA.

Estuve despues de mi cita, viendo el calendario del 2020 y como ya estaba lleno de eventos, semana con semana.

Citas de trabajo, eventos familiares, fecha de irnos a Los Angeles a dejar a Luisa Fernanda a UCLA, eventos con la revista GENTE BONITA MAGAZINE, etc. Era un 2020 lleno de convivios maravillosos con la gente que me rodea y quiero.

Todo enero y febrero me senté en las oficinas de la revista junto con Fabiola para llenar cada fecha con compromisos sociales.

No les sé decir cuantas horas nos pasamos viviendo en el futuro (pensando en cómo sería cada evento) para poder darles a los clientes el mejor servicio y cobertura.

Un calendario maravilloso. ¡Qué padre año!

Creo que eso ha sido de lo mas desgastante de toda esta pandemia (obviamente que despues de lo que es en sí la enfermedad y ese miedo que nos da de que nuestros seres queridos contagien ó lleguen a fallecer).

Tuvimos que ponernos en pausa, en parar todo y fue una lección inmensa de practicar el CARPE DIEM.

Despertar, asegurarnos que tenemos salud, comida básica y todo lo necesario para seguir practicando las medidas de higiene para sobrevivir a todo esto.

Vive el día y no critiques a los que andan en la playa ó andan “como si nada”. Preocúpate por tí. Y ya. No podemos ser los policías de la pandemia, juzgando quién sale y quién no.

Estamos muy cansados y eso que en San Diego tuvimos un mes de “recreo” y pudimos salir al gimnasio, a los centros comerciales y a los restaurantes (protegidos con mascarillas y con medidas de seguridad), pero a partir de hoy miércoles 15 de julio, todo vuelve a cerrarse.

Carpe Diem. Viviendo el día una vez más. En familia y si Dios lo sigue permitiendo, todos sanos.

Y pues ya, que truene los dedos Thanos (como dijo mi amigo el Tuti), que descubran un tratamiento efectivo, una vacuna que prevenga futuros contagios, que todos encontremos la manera de ayudarnos y apoyarnos en la crisis económica mundial que pasaremos, y como dijo mi amigo Payta en su programa de radio ayer citando a John Lennon (The Beatles) “No hay problemas, sólo soluciones”.

Nos vemos el próximo MIERCOLES 🙂

 

 

Déjà vu

Sentir que algo ya pasó es lo que conocemos como un déjà vu, palabras francesas que significan eso “ya lo ví”.

¿Lo han experimentado alguna vez?

Se siente emocionante el estar como viviendo en un pasado exacto de lo que sucede en el presente. Es sentirse hasta cierto momento con un talento psíquico y vidente que nos llena de curiosidad y tambien de incertidumbre.

Científicos han estudiado esto por años sin llegar a conclusiones finales. Solo llegan a “supuestos”, a “posibles razones”.

-El subconciente se adelanta a percebir lo que ya pasó en la mente y cuando el subconciente lo vive, sentimos que ‘ya pasó’.-

-Es un recuerdo detallado de un sueño que se intervala con lo que estamos viviendo en realidad-

-Experiencias que hemos vivido en otras vidas y en otras plataformas de tiempo en este Universo tan infinito-

Sea cual sea la verdadera razón, es muy divertido sentir por esos segunditos el poder de ver ‘que va a pasar’.

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Ultimamente he experimentado más y más episodios de déjà vu y por eso me puse a pensar para ver si logro decifrar a qué se debe.

Le echo la culpa a este encierro y a esta pandemia. Ya nos dejaron salir hace un mes y ahora están amenazando de nuevo de que vuelven a cerrar algunos sectores de los comercios debido al despunte que han tenido los contagios y los decesos por este COVID19.

Y comienza la sociedad a sentir un DEJA VU dictado por las autoridades y los que de verdad saben que está pasando.

Vemos otra vez como la gente se comienza a asustar de que nos vuelven a encerrar como en marzo.

He visto en las tiendas que hay familias que comienzan a comprar de nuevo juegos de mesa, antibacteriales, papel del baño (por supuesto), y material para hacer manualidades.

He visto una disminución en la velocidad de todos los negocios otra vez.

Y otra vez, como un DEJA VU, vuelve esa sensación de no saber absolutamente nada de lo que sigue.

Me estoy cansando de ‘volver a empezar’.

Siento que llevo años enteros volviendo a empezar tantas cosas.

Nueva vida, nuevas ideas de negocios, nuevas licencias, nuevas estrategias, nuevas amistades, nuevos sentimientos, nuevos horizontes, nuevos placeres, nuevas aventuras, nueva yo.

Todos los que alguna vez han comenzado algo saben lo difícil que es empezar de nuevo, ahora imagínense empezar de nuevo todo una y otra vez. Empezar y empezar.

Libros enteros te sugieren que “nunca es tarde para volver a empezar”.

Yo le agregaría al título “pero ponte trucha para que no se te olvide como seguirle y culminar los planes”.

El COVID19 me tiene hasta la madre, como a todos.

Nos puso un alto a todo el mundo y nos acostumbramos a estar encerrados y vivir con lo mínimo. No nos pasó nada y aprendimos que hemos estado gastando dinero a lo tonto en épocas pasadas.

Hemos visto a miles de cumpleañeros resignadamente soplar una velita con solo los miembros de la casa y tal vez ver pasar una caravana de carros pitando haciendo relajo para que el festejo no pase desapercibido. Se empieza un nuevo año de manera diferente.

Hemos llorado con todos los graduados 2020 (desde los de kinder hasta los que se gradúan de profesional) y su fuerza y sonrisa  por haber culminado etapas de sus vidas teniendo que celebrar mediante pantallas y aislados. Se empieza otro nivel de manera diferente.

Los negocios que ya han empezado a abrir han tenido que volver a empezar ahora con muchas nuevas normas de higiene para que funcione todo.

Pienso que cada negocio ha tenido su DEJA VU de cuando abrió sus puertas al primer cliente cuando recién comenzó. Un miedo a no saber si tendrán éxito, si podrán sacar para solventar sus gastos fijos, si podrán, punto.

Se siente raro el ambiente, todo nuevo y todo el mundo volviendo a empezar como si fueran nuevos sin experiencia.

Estaremos reviviendo muchos sentimientos que ya habíamos superado en la cuarentena. (Otra vez a comenzar a ser dinámicos en la casa, a cocinar, a hacer ejercicio, a tomar a deshoras, a informarse de fuentes seguras).

Lo bueno es que somos seres humanos excepcionales que a todo se acostumbra… menos a no comer.

¿A poco no?

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂  (espero poder publicar más temprano la próxima semana)

 

 

 

 

Laika

El encierro, el calor, la incertidumbre y sobre todo la pregunta ¿quién me puso aquí?

Me pongo a pensar que eso es lo que pasaba por la mente de Laika, la perrita rusa que se lanzó en un cohete. El primer animalito que llegó al espacio y dió camino a que el hombre pisara la luna unos años despues.

Una perrita sin dueño ni raza definida, sin ‘pedigree’, escogida por el gobierno ruso responsable de entrenarla para ser la que piloteara el Sputnik 2 hacia el espacio en 1957.

Héroe mundial de la ciencia.

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¿Héroe ó víctima?

El gobierno ruso sabía que esta perrita era fuerte y resiliente ya que era callejera y estaba acostumbrada a pasar hambre, frío y calor. Perrita de nadie, de raza combinada de un montón de perros y con tan sólo 3 años de edad, fue entrenada para ser la viajera especial sin retorno.

Qué chistosa es la vida a veces. Laika, la perrita quizá pensó que era la más afortunada de todos los perros callejeros al ser rescatada, alimentada y vitaminada. Le dieron hogar y familia. A simple vista, esto pareciera así. ¡Qué bien le fue a Laika, ya no está en la calle! ¡Qué afortunada es!

Sin embargo, Laika tenía sus días contados ya que los científicos sabían que era un viaje experimental al espacio y sin retorno. Al mundo nos dijeron que “Laika regresaría en un paracaídas, sana y salva”.

Dicen que al ingresar a Laika a la nave, se despedían de ella los científicos rusos con lágrimas y besos en su nariz.

¡Pues claro! Estaban traicionando al amor incondicional de una perrita noble, obediente, inteligente y sobretodo agradecida.

Los soviéticos (en aquel entonces) dijeron que la perrita murió sin miedo y sin sufrir. No fue hasta el año 2002 cuando se dió la noticia que Laika había regresado calcinada y muy probablemente se habría asfixiado y muerto de desesperación por fallas técnicas y humanas.

Ya sé que piensan. ¿Para qué recordar una historia tan triste en estos tiempos?

La culpa es de TikTok que me pone puros videos bien dramáticos de perros sacrificados ó de funerales. (El algoritmo boomer, dicen mis hijos).

TikTok me arrojó un video de una perrita llamada Laika muy chistosa, traviesa y fiel. Nada triste, sino todo lo contrario a la historia de Laika la rusa.

Fue por eso que recordé a Laika y su final fatal como astronauta.

Laika, irónicamente, significa “que ladra” y es una historia real llena de metáforas que necesitaría muchos días para interpretar.

Laika me enseña que:

  • No todo golpe de buena suerte es positivo, viene con un precio alto
  • La gente a la que más fiel le eres puede mandarte a un viaje sin regreso
  • Por más que te entrenen para estar encerrado sin salir, en realidad nunca se está listo
  • No debes de ser tan confiado
  • A veces, tus ladridos de desesperación no servirán para que te salves
  • Muy probablemente ayudes al mundo sin darte te cuenta en vida.

Creo que la lección más importante de Laika es que nos tenemos que cuidar de no ser como los científicos.

Debemos evitar ser:

  • fríos
  • egoístas
  • de poca empatía
  • mentirosos
  • traicioneros

 

Este mundo en el que vivimos está tan complicado ya. Tanta abundancia de odio y tanta falta de amor. Si eres pobre, si eres rico… si eres liberal, si eres conservador… si estas pro ó en contra….si eres blanco, si eres negro….  si eres del pueblo, si eres fifí… sin fin de rivalidades que van muy de la mano con la falta de amor al prójimo.

Yo se que estamos muy cansados y quisiéramos regresar el tiempo al 31 de diciembre del 2019, justo antes de que dieran la media noche.

Si pudiéramos irnos a esa noche, ¿qué pedirías en esos deseos que pronunciabas mientras te comías las 12 uvas?

Creo que todos siempre pedimos Salud, Dinero y Amor.. esos ya son como los que vienen ‘Por default” en nuestros deseos.

Yo creo que yo además hubiera pedido:

Obediencia, Fé, Confianza, Resiliencia, Empatía, Criterio,  Sabiduría, Paciencia y Esperanza.

Porque este 2020 me he dado cuenta que esos 12 deseos son los que nunca deben de faltar los días 31 de diciembre.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

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Tranquis

  1. Respirar profundamente hasta sentir el aire en los pulmones
  2. Ponerte aceites esenciales anti-estrés en la sien
  3. Rezar
  4. Tomar té verde
  5. Comerte un chocolate
  6. Usar miel de abeja en lugar de azúcar
  7. Comerte un mango
  8. Masticar chicle
  9. Tronar apio
  10. Meditar
  11. Poner la cabeza más abajo que tu corazón
  12. Hacer ejercicio
  13. Recitar el abecedario comenzando con la Z
  14. Visualizar qué quieres que pase
  15. Cierra los ojos por momentos durante el día
  16. Masaje en tus manos
  17. Aprender sobre como darte acupresión
  18. Pon una pelota de tenis bajo tu pié y muévela
  19. Echate agua fría en la cara
  20. Masaje en el cráneo
  21. Busca un tiempo para estar sola
  22. Asolearse un poco
  23. Vé por la ventana
  24. Limpia el desórden que tengas en tu casa
  25. Eleva los piés
  26. Estira tu cuerpo
  27. Salte a caminar
  28. Escribe
  29. Escucha música
  30. Baila sola ó con gente
  31. Haz crucigramas
  32. Huele flores del jardín
  33. Llena la tina con burbujas ricas y sumérgete
  34. Huele limón recién partido
  35. Haz café y que el aroma te envuelva
  36. Abraza a tu mascota
  37. Ríe
  38. Platica con amigos (por cualquier medio)
  39. Zoom! con tus seres queridos y no sólo de trabajo
  40. Llora si quieres llorar.
  41. Tómate un happy pill
  42. Melatonina para dormir
  43. Arréglate todos los días
  44. Usa tus redes sociales para comunicarte más
  45. Desempolva esos sueños olvidados y reactívalos
  46. Infórmate de fuentes seguras (no te creas todo lo que lees)
  47. Vé series bonitas en Netflix
  48. Busca la luna todas las noches
  49. Tómate ese vinito a la hora que lo necesites
  50. Sonríe.

 

Cincuenta pasos que he seguido estas últimas semanas para poder pasarla bien sin traumarme con todos los cambios que se nos vinieron encima con este COVID19.

Y así, bien “Tranquis”.

Funcionaron SIEMPRE, hasta la semana pasada donde de plano ya no sabía qué hacer para evitar enroncharme de stress.

“Pues no sé. La prueba casera dice que tengo anticuerpos pero traigo síntomas de COVID19. Sigo con fiebre pero ahora sí no huelo nada. Perdí el olfato”, nos decía mi hermana en un chat de Whatsapp.

Nos mandaba las fotos de las pruebas caseras donde se medio pintaban unas rayas. Me quería meter a la pantalla para tomar la prueba y verla de cerca.

“¿Pero cómo? No has salido a ninguna parte, ni al mandado. Te lavas exageradamente las manos y desinfectas todo.”, le preguntaba, haciendo todo un esfuerzo de que no se me notara el nudo en la garganta.

“Ya sé. Me cuidé exageradamente por el SergioMiguel”. Mi hermana lloraba mientras lo repetía. Lloré con ella. No sabemos si en realidad era miedo, desahogo de tantos días aguantando las ganas de llorar, impotencia de no saber qué puede pasar, pero pues allí estábamos.

“Gracias a Dios no he salido, si no me sentiría culpable de andar contaminando a todo mundo, en especial a mi mamá”.

No podía más que sentirme triste y por primera vez ver lo real que esto es.

La prueba oficial en el hospital se la hizo unos días despues, junto con un examen de torax. Sus pulmones salieron bien, sus síntomas tolerables pero su sentido del olfato y gusto desaparecidos.

La prueba salió positiva, lo cual nos preocupó que las pruebas caseras sólo deben de ser una alternativa “mientras me hago la buena”. La prueba casera mostraba que tenía anticuerpos pero su cuerpo decía otra cosa.

Por más que quería practicar los pasos para estar TRANQUIS, no podía. Se me venía a la mente mi sobrino (obviamente todos, pero mi sobrino por su riñón es más delicado que se enferme y por lo tanto me preocupa mucho).

Comenzó inmediatamente el tratamiento (medicina para piojos) y comenzó a usar cubrebocas en su casa.

¿Cómo aislas a una mamá contagiada? Es casi imposible, pero trató de hacerlo lo mejor posible. No puedes pedir ayuda ni llevarte a los hijos a otra casa. El aislamiento es por casa. Me quise traer a mis sobrinos pero nos vamos a esperar a que se hagan la prueba a ver si ya TODOS tienen anticuerpos, lo cuál sería lo mejor.

Hablando todos los días con ella, por teléfono y video, era lo único que me hacía sentir bien tranquila.

Le aplaudo que lo haya publicado en las redes sociales porque así podemos tambien publicar testimonio real sin especular qué pasa.

No entiendo porqué la gente lo calla. No es lepra ni ébola. Te cuides ó no, si tu cuerpo lo va a recibir, así va a ser. Igual y ya lo tuvimos muchos pero fuimos asintomáticos. Por eso la IMPORTANCIA de quedarse en casa. No podemos contagiar a los demás sin querer.

Pasando los 15 días, que ya casi son, y si toda la familia tiene anticuerpos, entonces ya no pueden contagiar ni contagiarse. (Y pueden venirse a San Diego con nosotros!)

Mi hermana, la doctora.. (Así dice mi mami, “Mis hijas, la Michele es la doctora y la Gina”).

¡Tan excelente doctora que es! No es porque sea mi hermanita pero si tú quieres saber qué tienes, qué diagnóstico es, ELLA siempre sabe, le atina, lo intuye, inclusive a larga distancia y mis primas no me van a dejar mentir. Su mente es como de detective, muy parecida a la mía, nada más que ella se dedica a buscar cómo salvar vidas y yo escribo para salvarles un día a la semana. Soy la más bendecida de tenerla en mi vida porque aunque yo sea la mayor, ella siempre me cuida a mi.

Así que TRANQUIS ya, despues de sentirme muy preocupada esta semana que pasó. Ahora nada más a concentrarnos en que todos ya la pasen así, leve, sin complicaciones.

(Si ven que envejecí 20 años, no pregunten, ya saben porqué fue).

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Y este fue el blog #500!

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

 

Fases

En todo este tiempo que tenemos encerrados, la palabra FASE ha sido una de las que más me saltan a la vista (y oídos).

Es como que una palabra popular estos días.

Estamos en FASE 1..2..3, etc.

Regresaremos a la normalidad por “fases”.

En la primer FASE del COVID-19 puede que estés asintomático.

Fase esto. Fase lo otro.

Inclusive he podido disfrutar todas las Fases de la Luna desde mi balcón. Algunas fases estuvieron ocultas por la neblina espesa de esta parte del mundo. Otras veces, cuando la fase de la luna era estar llena y brillante, no era necesario prender la luz del balcón ya que estaba totalmente iluminada.

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Fases. Todos tenemos. No es regla el tiempo que duran en cada uno de nosotros, pero todos estamos viviendo nuestras fases, ese tiempo que dura una etapa en nuestra vida.

Las Fases de esta pandemia han estado muy marcadas.

La primer fase fue el nervio de no saber qué pasaba, pero todos sentimos como que un alivio tipo “vacaciones” por 15 días de cierre. Y ¿qué mejor para descansar que el asegurarnos de tener papel del baño? Nuestros nietos, bisnietos, tataranietos jamás entenderán la relación del papel del baño con el COVID-19.

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La segunda fase fue aprender a dominar el vinito muy a menudo, diario tal vez. Total, no vamos a ir a ninguna parte ni tenemos que manejar.

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La tercer fase (muy al mismo tiempo que la segunda) fue el meditar y sacar nuestro lado creativo en todos lados. Desempolvamos las recetas de la abuela, inventamos las propias y nos pusimos a hornear pan de plátano. (No entiendo porque todos hicimos pan de plátano. Me dió risa porque fue lo primero que hice, sin ver las redes sociales ni darme cuenta que era tendencia, sin querer.)

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La cuarta fase fue ya cuando nos extendieron los días de cuarentena y sentimos por primera vez ese miedito de que las cosas eran más serias de lo que pensamos. Nos enteramos de gente conocida que se ha enfermado y pusimos en duda las conspiraciones teóricas de que todo ha sido una manipulación del gobierno mundial para controlarnos.

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La quinta fase fue un poco más resignada y las rutinas de la casa han hecho que los días se pasen volando. ¡Qué importante es tener un horario, un plan, un ‘que vamos ha hacer hoy” establecido! Yo no tengo niños chiquitos y me sorprendí que el tener horarios de nuevo ha servido para volver a una rutina nueva que nos permite tener un poco más de control sobre la situación. Tambien fue la fase en la que me enganché con TikTok. Háganme el favor.

tiktok

La sexta fase fue ver todas las películas de Marvel, más de 20. Una diaria hasta ponerme al corriente con la última. En esta fase de meterme al mundo de comics de Stan Lee (jamás he sido fan de comics de superheroes), pude darme cuenta que Hollywood nos programa para tener el miedo de que algo va a acabar con la humanidad como la conocemos y que no hay nada de que preocuparnos porque hay héroes que salvan el mundo. Iron Man, Spider Man, Thor, Captain America, Hulk, Black Widow, Black Panther, etc. todos ellos nos salvan. Y en esta fase te das cuenta que así vivimos, esperando que ‘alguien’ llegue a salvar el mundo.

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La séptima fase ha sido manejar la paciencia con las opiniones de las personas. Es muy difícil aceptar el cambio en las amistades que una vez estuvieron muy cercanas a ti. La pandemia ha servido para poner más distancia y evaluar quién si pertenece en tu círculo y quién no. Como siempre, se quedan los mismos fieles de toda la vida. Ya saben quienes son. 🙂

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La octava fase es manejar el impacto que causa el enterarte que gente conocida, ya sea de tu infancia, papás de tus amigos, compadres, ex-compañeros de trabajo han sido infectados y han fallecido. El impacto de que sigan las teorías de que todo es una farsa y que la gente no le importa el cuidarse, ni cuidar a los demás. Me criticaron por no querer reunirme. No fue una vez sino varias las personas diferentes que me han dicho “No pasa nada, qué simple” mientras yo me disculpaba no ir a una reunión. No he ido a ver a mi mamá, ni en su cumpleaños ni el Día de las Madres y eso me dolió mucho. Pero no me gustaría llevarme el virus de aquí. Yo he trabajado con gente distinta (debido a que estoy en bienes raíces). He tenido que salir poniendo en riesgo a mis hijos. Es mi responsabilidad no pasarlo, en caso de que yo sea portadora. Me ‘respetan’ mi decisión pero me critican por hacer lo correcto. Tengo hermana y familia que es médico y nada más por ellos yo no quiero andar saliendo nomás porque si. Que me perdonen ó que me eliminen si no les parece. (Me hice peleonera en esta fase, jajaja)

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La novena fase ha sido muy reveladora y entré en un trance sin estrés. Todo comienza a fluir en lo personal y en los planes de negocios. Estamos tranquilos en mi casa, seguimos impresionados que el mundo sigue semi-cerrado y que vamos a durar un poco más así. Nada va a ser igual y a nuestros hijos les tenemos que dar ese poder de que tomen esta pandemia y la usen como su herramienta que les recuerda de la resiliencia que hemos tenido para salir bien librados de todo. Estamos re-organizando y re-estructurando todos los planes del 2020. (Un saludo de parte de la porra a todos los que dijimos “este 2020 será el mejor año”, pfffhhhttt!)

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La décima fase la estoy viviendo ahorita. Quizá es porque es la semana 10. Me tiene pensando algo que me pasó. Recibí un correo electrónico por parte de un sector de salubridad local donde me dicen que puedo ir a hacerme la prueba de anticuerpos debido a que estuve muy enferma de algo que nadie supo que fue. A mediados de este enero 2020, llegué a emergencias de un hospital local con un dolor inexplicable en la cabeza y una crisis respiratoria. Me hicieron pruebas de h1n1, de influenza y hasta me metieron a hacerme una resonancia. No sabían que tenía y me mandaron a mi casa con Tylenol. Debido a este cuadro se sospecha que tal vez era ya el virus actual. Entonces en esta fase tengo que decidir si me hago la prueba de anticuerpos ó no. Todavía hay muchas dudas acerca de los beneficios de hacerla, pero pues capaz que soy el antídoto del virus, jajajaja.. phffttt..

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¡Vamos todos! Cada día que pasa es un día ganado. 🙂

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

 

La SALIDA

Ahora que estoy encerrada y no veo a nadie más que a mis hijos y a mi perrita Kiara, tengo que usar toda mi creatividad para lograr escribirles  algo interesante cada semana.

No es lo mismo publicar un meme ó escribir mis más grandes secretos que escribir un blog que de todas maneras incomoda a algunos.

Esta semana mi inspiración llegó de una manera muy simple pero al mismo tiempo fue debido a estar encerrada.

Voy a comenzar con esta pregunta:

¿Se han fijado cómo todo en la vida tiene salida?

SALIDA. Irse. Escapar. Ya no estar.

Al momento de subirte a un avión, en lo que estás revisando tus últimos recaditos antes de poner el celular en “modo avión”, todo el staff de la aeronave te indican qué hacer en caso de una emergencia y tambien nos dicen “dónde está la salida”. A los pasajeros que están en los asientos de las puertas de salida emergente los hacen confirmar que están dispuestos a ayudar a todos a salir de un avión en caso de un accidente, peligro, incidente no previsto.

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Cuando uno se está entrevistando para un trabajo, al menos en corporaciones con matriz norteamericana, se mencionan las funciones que se tendrán en el puesto deseado. Te dan una introducción, una orientación y obviamente algunas reglas a seguir si se desea dejar el puesto (renunciar voluntariamente). Cuando esto pasa, se conduce una entrevista de salida.

Cuando era joven, uno de mis trabajos fue coordinar el reclutamiento y manejar los recursos humanos de una empresita. Entrenamiento, capacitación, buscar que los trabajadores estuvieran contentos y al mismo tiempo, cuando llegaban a renunciar, se les practicaba una entrevista de salida. ¿Porqué te vas? ¿Qué cambiarías? ¿Volverías a trabajar en esta empresa en un futuro? Etc.

Siempre al comenzar nos explican cómo salirte.

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Al entrar a cualquier lugar, teatro, sala de cine, auditorio, estadio.. por todos lados hay letreros que te indican por dónde salirte. Letreros iluminados que no se apagan ni cuando comienza la función. Letreros visibles todo el tiempo para que sepas por donde escapar en caso necesario. Uno nunca sabe.

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En juegos como SPACE MOUNTAIN de Disneyland (por mencionar un juego), las filas eternas se hacen dentro de un edificio. Vas feliz haciendo la fila lentamente, oyendo los ruidos del cohete veloz y los gritos de la gente paseando. En toda la fila se ven letreros iluminados de SALIDA, pero ya al final te dicen “De verdad, ahora si, es la última oportunidad de salir” y está una puerta ya para abordar el carrito veloz. Para los que se ponen nerviosos de subirse a juegos tipo “montaña rusa”, no se decirles si es un alivio el ir leyendo tantas maneras de escapar ó es más presión y tentación salir huyendo. 🙂

 

Cuando uno va por el autopista a toda velocidad, uno de los pendientes más grandes es “no pasarte la salida”. No solo es cuidar de manejar bien sino tambien, desde antes de subirte al carro, uno ya tiene que ir más ó menos con una idea de “dónde es la salida”. Sí, los sistemas de navegación sirven mucho pero de todos modos el saber dónde se sale uno del ‘freeway’ es decisivo para saber en cuál carril manejar sin hacer muchos movimientos bombéricos.

Hay un letrero especial yendo de Estados Unidos a México dónde te especifican “ULTIMA SALIDA dentro de USA” (O sea que si no te sales, te vas a México a fuerzas). Y todavía, por si esa advertencia no es suficiente, hay otro letrero que te dice ‘ULTIMA OPORTUNIDAD’ (o sea salte ya).

 

 

Hoy en día en los supermercados como VONS y RALPHS, utilizan una puerta para entrar y otra para exclusivamente SALIR. Debido a la pandemia, cuando vas a comprar los víveres a estos lugares, al entrar está un empleado limpiando el carrito con toallitas CLOROX. Y al salir, está otro empleado ayudándote a llevar todo a tu carro y vuelve a limpiar el carrito del mandado y lo lleva hacia la puerta de entrada de nuevo. Separar las entradas y salidas funciona para esto. Creo.

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Dentro de los mismos establecimientos comerciales, existen varias salidas de EMERGENCIA, que si las abres se activa una alarma. Estas salidas son SI y SOLO SI (como decía mi maestro de filosofía en la prepa), se trata de una emergencia.

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En fin, creo que para estas alturas han de estar preguntándose porqué este tema. Puedo darles una historia romántica de cómo ya “quiero salir”, que “estamos cansados de estar encerrados”, que mi mente “sólo piensa en el día que volvamos a salir agusto”… Pero pues, no. No fue esa mi inspiración.

Resulta que estaba en mi casa (un departamento) saboreaba en el balconcito una rica cervecita  artesanal local (Novo Brazil, super recomendada). Veía además la luna llena más impresionante de los últimos meses. El clima ya lo saben, maravilloso.

Quería tomarle foto a la luna y no podía. La luna es muy egoísta y no se deja captar por la cámara.

Moviendo las funciones de mi celular para ver si podía tener mejor resolución la foto, algo arriba de mi me encandilaba. Volteo y veo el letrero.

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Me le quedé viendo un rato. Nunca había vivido en un lugar donde existiera un letrero iluminado que me estuviera diciendo “Salte por aquí”.

No se si es que estoy (estamos) ya todos hipersensibles con todo lo que estamos viviendo como humanidad pero me puso a pensar tanto este letrero.

Me indica la salida en mi propia casa. (jajajaja), ese letrero lo necesito en tantas áreas de mi vida!

Un letrerito que nos diga “salida” en las cosas personales de nuestra vida. Saber dónde y cuándo salirte. Que no se te pase el tiempo en algo que no te gusta y sepas salirte en cuanto veas el “letrerito”, la señal, la puerta.

Yo se que no es lo mismo salir de un edificio que de una amistad/relación/sociedad. Es difícil salirte de algo tóxico y muchas veces nos aguantamos hasta ese letrero que te dice “Ultima oportunidad”.

¿Porqué? ¿Es falta de aviso previo? Es decir, si al conocer a una nueva amistad te dicen “Aguas” una y otra vez entonces ¿Porqué nos aguantamos hasta la última salida de emergencia?

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Falta de amor propio. Dicen.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

 

 

 

 

La Hipocondría en tiempos de Pandemia

Tengo tantos conocidos que siempre han sido unos exagerados con la limpieza de sus cosas, su higiene personal y su limpieza de alma.

No hay germen que sobreviva en su casa por miedo a enfermarse. Enfermedad que sale, enfermedad que sienten tener.

Sí, es una condición psicológica muchas veces, pero es muy real para el que la padece.

La hipocondría o hipocondriasis es una condición en la cual el paciente presenta una preocupación excesiva con respecto a padecer alguna enfermedad grave. El origen del término hace referencia a una región anatómica, el hipocondrio, situada bajo las costillas y el apófisis xifoides del esternón, donde, según la escuela médica humoral, se creía que se acumulaban los vapores causantes de este mal. (wikipedia)

“Tú”, me puede decir mi hermana, que es médico y debe de estar leyendo esto.

La verdad no me considero hipocondriaca. No estoy esperando que me enferme de algo obsesivamente. No me traumo si no lavé la fruta antes de comerla, ni me importa comer en la calle. Tampoco me ha quitado el sueño que en estos casi 60 días no he encontrado ni desinfectante ni clorox. (Puros productos de limpieza normalitos). Nunca tomo medicamento ni siquiera vitaminas.

Lo que si me pasa es que cuando tengo algún síntoma, lo busco en GOOGLE y luego le hablo a mi hermanita (la mejor doctora para diagnosticar en el mundo) y le digo “Pues según GOOGLE me voy a morir”.

Me imagino sus ojos, viendo hacia arriba, con la llamada de su hermana. Pero así es esto.

Mientras no tenga síntomas, no me pasa nada. Entonces personalmente no me considero una hipocondriaca. No me ando buscando síntomas ni me ando preocupando de que algo se me va a pegar y me voy a morir.

Mi preocupación llega cuando tengo cualquier síntoma.

La verdad soy muy sana y creo que por eso es que cuando algo me duele ó no me siento bien, me asusto. Los análisis médicos salen bien.

En fin, creo que soy otra cosa diferente a una hipocondriaca. jajajajaja

Todo esto que les platico se me viene a la mente debido a la actual pandemia que estamos viviendo.

¿Cómo han sobrevivido los hipocondriacos con todo esto?

Me los imagino limpiando todo, desinfectando todo una y otra vez, pensando que el virus está correteándolos.

Una cosa es ser hipocondriaco y saber que tu tienes el control de lo que piensas y otro muy diferente es estar viendo en las noticias y redes sociales que la gente se contagia cada segundo.

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La peor pesadilla para un hipocondriaco: una pandemia que no tiene control ni cura.

Para un hipocondriaco, lo que siempre ha temido se ha vuelto realidad. (O al menos eso es lo que nos informan todos los días).

Mi preocupación de todo esto es que despues de que poco a poco se comience a normalizar el mundo, los hipocondriacos seremos muchos más.

Nos acaba de dar la noticia el gobernador de California (el guapísimo jeje), que para este viernes 8 de mayo 2020, entramos en FASE 2 como estado para abrir ya negocios que tengan un porcentaje menor de contagio. Algunas tiendas y parques y oficinas no esenciales pero limitadas.

Aún abriendo (y no soy hipocondriaca porque no me da miedo enfermarme), mi mente me dice que debe uno de seguir encerrado hasta que se normalice todo un poco mas.

(La verdad es que hemos estado muy agusto sin gastar en tonterías teniendo todas las tiendas cerradas y me he ahorrado gasolina).

Muchas personas con las que platico me dicen lo mismo: “Pero yo no pienso salir todavía”.

¿Acaso esta pandemia nos ha vuelto vulnerables a ser hipocondriacos totalmente?

Como decía Capulina, “No es por miedo, es puritita precaución”.

¿Acaso seremos enfermos imaginarios en un futuro cercano?

No me malinterpreten, yo se que el virus es real. Gente conocida mía ha estado contagiada y muy grave pero la han librado.

Pero, ¿a poco no somos más miedositos despues de esto?

No cabe duda que vamos a tener una escasez de psicólogos y psiquiátras en los próximos años.

En lo personal, como que ya quiero que vuelva todo a la normalidad pero al mismo tiempo no.

Me enteré que Texas abrió todo, sin fases ni etapas. Pum. Ya pueden salir todos los texanos a tiendas, restaurants. Las cifras de contagiados sigue incrementando y sin embargo todo está volviendo a la normalidad.

Yo estoy en California y me estresan. NO quiero pensar como estan los hipocondriacos texanos.

Llegué a la conclusión personal de que el estar en cuarentena tenemos el pretexto de que no hemos logrado ciertas cosas pues “por el coronavirus”.

Metas personales en pausa (pues por el coronavirus)

Disfrutando el alcohol y la comida (pues por el coronavirus)

Metas de trabajo en pausa (pues ya que pase el coronavirus)

La hipocondría que puedo aceptarles es esa, el miedo a que vuelva todo a la normalidad y me autocritique de que no avancé en la cuarentena muchos proyectos. Es volver al ritmo loco y desquiciado de andar corriendo todo el día para cumplir metas y entregas y citas sin tener el pretexto de que no lo logramos por el coronavirus.

No sé mis queridos amigos. No soy hipocondriaca porque no ando buscando síntomas. Pero cuando me siento rara automáticamente busco qué tengo. Aunque me regañe mi hermana y luego me calme con un “tómate un vino ó un Dalay”.

En fin, antes de despedirme por este día quiero decirles que donde si me van a perder es con la fobia que le tengo a esa plaga de avispones asesinos que vienen de Asia.

¿Es neta mundo?

Ya cuando uno está preparándose para salir como si nada al mundo, al parque, a la playa, a las oficinas, a reunirse y abrazar a los amigos….

Llega el avispón asesino.

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Esto si me da miedo, para que vean. El Covid19 no (ya se, que simple soy), pero este bicho me estresa.

Soy entomofóbica.

Todos a cambiar el Lysol por Raid Matabichos..

2020 apocalíptico… Terremotos, pandemias, plagas…. nomás faltan las trompetas en el cielo para completar el cuadro perfecto de la hipocondria en tiempos de pandemia.

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Mándenme un abrazo y me alivio pues.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂