Ida

Los días amanecen para mí a las 5:30am. Abro los ojos y me quedo viendo el techo un buen rato, ida.

Me meto a bañar y sé que pierdo tiempo porque de la nada siento la espuma del shampoo en mis ojos y sé que tengo varios minutos viendo la pared de la regadera, ida.

Prendo la cafetera y veo como cada gota del café va cayendo en la jarra de vidrio térmica. Veo las gotas una a una, ida.

Voy manejando, escuchando podcasts (según yo) y cuando menos pienso, llego a mi destino. Manejé ida.

En el trabajo, en juntas, en conversaciones, escribiendo, de repente me encuentro viendo por la ventana sin ver nada, ida.

Me dicen ya frecuentemente “¿a dónde te fuiste?” haciendo énfasis en que estaba totalmente ida.

Me encantaría poder decirles que mi mente se fue navegando a un pensamiento muy profundo sobre los planes que tengo.

Quisiera decirles que me quedé pensando en un último beso y por eso me quedé viendo hacia el horizonte.

También quisiera decirles que estoy organizando mis ideas y mi creatividad porque es tanto lo que traigo que necesito esos ‘tempus cessat’ para que mi mente respire.

Pero no. Simple y sencillamente me quedo IDA. En blanco. En pausa sin nada extraordinario que decirles por mi mirada perdida.

Leyendo acerca de lo que es un “mind black out”, nos dicen que es cuando la mente se apaga momentáneamente debido a stress no perceptible por lo consciente.

Lo que yo entiendo de esto es como cuando la pantalla de tu celular se cierra y se pone una imagen y para volver a activarla tienes que poner la clave ó tu huella.

Me preocupa la falta de actividad de mi mente en mi inconciencia cuando en la vida real yo estoy segura de todo lo que mi mente está pensando.

Otros doctores dicen que es hormonal lo que hace que mi cerebro se apague un rato durante el día. También dicen que es que no duermo bien (que eso es lo más probable, aunque la verdad yo si siento que ronco, jaja)

Ahora, no es lo mismo quedarse IDA que SOÑAR DESPIERTA.

Cuando uno sueña despierta, planeas, dejas ir la imaginación y hasta sonríes porque tú vas armando una historia positiva en tu cabeza. (también me pasa seguido).

Yo digo que es porque ando muy tranquila. Por primera vez en mucho tiempo me siento bien, me siento tranquila y me gusta lo que estoy haciendo.

Se me hace que mi mente se toma sus “breaks” para poder rendir en los siguientes meses…. porque ahora si se avecina un montón de compromisos, trabajo y momentos bonitos.

Así que, si me ven IDA, no se preocupen. Estoy en un descansito cerebral.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

50s Birthday Bash

Mientras cerraba mi maleta, revisaba cuidadosamente que llevara mis documentos, sobre todo mi pasaporte mexicano, mi pase de abordar y mi dinero. En unas horas saldría mi vuelo hacia Hermosillo porque me reuniría con las primeras amigas de mi vida, las de Nogales, Sonora para festejar junto con todas nuestros 50 años.

Visité a mis tíos y primos en Hermosillo y el Viernes tempranito pasaron por mi la Elsa y la Gemma. El verlas después de tanto tiempo vino a llenarme de un sentimiento tan especial que no sé cómo describirlo. Era una sensación de cariño, de nostalgia, de recuerdos pero sobre todo, un sentimiento como de “nunca las dejé de ver”. Eran ellas, 30 años después de la última vez que las vi, (solo las contactaba por medios sociales).

El camino de Hermosillo a San Carlos se me hizo cortito. Increíble escuchar de sus vidas y lo mucho que me perdí pero también muy curioso como sentía que sí fui parte de ellas. Sacando cuentas, desde nuestras abuelas está la amistad en Nogales, Sonora. Nuestras abuelas eran del cafecito y reuniones familiares. Muy probablemente estuvieron embarazadas con nuestras madres ó padres al mismo tiempo. Nuestras mamás eran también amigas en Nogales y estuvieron embarazadas al mismo tiempo. Por eso era ese sentimiento que me hacía respirar diferente. Había regresado, de cierta manera, a mi cuna, al vientre de nuestra amistad.

Llegamos a la casa que rentamos para el fin de semana y la vista era increíble. La casa blanca e impecable como de revista. Nos recibió Sergio, el encargado que no nos dejó mover un dedo ni bajar nada.

La Elsa nos sorprendió con papel del baño especial para nuestro festejo, una bolsa, un listón tipo banda y una corona que nos hizo sentir unas princesas (reinas pues).

Llegaron después las que venían de Nogales, Tucson y McAllen. Los gritos de emoción al ver a la Lalae, Dinorah y Ana Lucía. Eran ganas de llorar junto con mucho cariño. Nos abrazábamos y todas queríamos hablar al mismo tiempo. Llega por último la Becky desde Cd. Obregón a unirse al abrazo que nos seguíamos dando (y nos trajo a regalar Dabalash para que se nos pongan bonitas nuestras pestañas).

Nos fuimos a comer algo al pueblo porque después de eso ya no volveríamos a salir de la casa.

El mar caliente,

el solazo en la piel,

la arena crujiente,

el trago en la mano,

el sentimiento a flor de piel,

la música que nos hizo cantar

la atención de todas cuando una hablaba

y el “tiempazo” que traíamos nos hacían muy feliz.

Contratamos chefs particulares para que nos atendieran con unos platillos increíbles. No nos volvimos a quitar el traje de baño ni nos acordamos del mundo fuera de esa casa. Las risas de lo que hacíamos más las lágrimas cuando nos platicábamos cosas tristes fueron la mejor terapia. Cuando en esta vida tienes buenas amigas, eres muy bendecida. Pero cuando esas amigas son las primeras de tu vida, ninguna jamas llena ese lugar en tu corazón.

Celebramos juntas 50 años de vida. Y curiosamente celebramos 50 años de conocernos. Amistades de cuna. Amistades eternas…y únicas. Agradecida para siempre con Dios y la vida que nos permitió reunirnos.

Las quiero (besos a Totis, Dinah y Karla Pao que no pudieron ir). Vamos planeando la que sigue!

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

Reinvéntate

Me encontré con una foto que decía “Nunca te adaptes a lo que te hace feliz” y lo sentí como un golpe bajo a mi alma.

Creo que al leerlo pude entender muchas cosas. Todos absolutamente estamos siempre atados, adaptados a lo que nos hace feliz y cuando algo cambia, nos desbalancea.

Dicho esto, tenemos entonces que estar en un modo de reinvención constante.

Reinventarnos no es más que mejorar lo que somos.

Me dice mucha gente “En todo andas”.

Pues tal vez tienen razón. Ando en todo porque estoy en constante movimiento queriendo mejorar todo lo que soy.

Me reinvento porque cuando estoy muy estática haciendo lo mismo, es mas fácil medir que no avanzo. En cambio, cuando comienzo un proyecto nuevo, cuando se me ocurre hacer otra cosa con mi carrera ya existente, no me presiona medir mi avance porque puedo tener el pretexto de ‘es que estoy reinventándome’.

No estoy cambiando quien soy. Eso no se puede. Uno es porque es y ya.

Pero cuando nos reinventamos, modificamos la manera de pensar y de reaccionar ante alguna adversidad.

Hasta allí todo está bien.

Lo que no puedo todavía hacer es dejar de adaptarme a lo que me hace feliz. No soy lo suficientemente fuerte ni madura para hacerlo.

Me adapto a ser feliz muy rápido, aunque conscientemente sé que todo tiene un tiempo de vigencia.

Me acostumbro a que todo vaya de maravilla y cuando algo no sale bien o algo se mueve de su curso y causa una traba en mi felicidad, me caigo rápido.

No me quedo en el suelo por mucho tiempo, pero si me caigo.

Es por eso la importancia de poder reinventarme siempre para poder salirme de esa zona de confort.

Reinventarte no es eliminar todo tu caminar, ni decir “borrón y cuenta nueva”.

Reinventarte a veces lo provoca algo negativo que te sucedió y te hace impulsarte de nuevo. Puede ser una crítica, un abandono, una traición en cualquier tipo de relación (personal y/o laboral).

A veces la gente se reinventa para poder decirle a alguien “Ándale, sí pude, aunque no lo creas”.

¿3 consejos para reinventarte?

  • Bloquea las emociones negativas
  • Conoce quién eres en realidad (no lo que te han dicho que eres)
  • Abre tu mente a todo

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 😊

Sin Rutina

Todos los días eran iguales para mi, ó al menos, muy parecidos el uno del otro.

Me levantaba, me tomaba una pastillita en ayunas que me ayuda con la tiroides, me esperaba media hora para tomar café y mientras tanto veía mi agenda del día.

Me tomaba mi cafecito, con crema y azúcar en la misma taza de siempre. Cuando iba a la mitad, la dejaba en mi buró de mi cama, me cambiaba para ir a caminar y sacar a la Kiara mi perrita.

Me iba con ella por la misma ruta de siempre, por detrás del edificio donde está la cochera hacia una entrada estrecha que da a la acera de enfrente del complejo de apartamentos donde vivimos.

La perrita ya se sabía la rutina. Ella sabía dónde iba a parar, dónde iba a cruzar la calle e incluso lo que me iba a tardar en darle la vueltota tempranera.

Ella sabía que al volver a la casa, le iba a quitar la correa y ella saldría corriendo a tomar agua mientras yo agarraba su plato y le servía su comida de la mañana.

Después me iba a meter a bañar rápido porque mi hermana me iba a hablar rumbo a su trabajo y me gustaba platicar con ella todos los días, mientras me maquillaba y terminaba el café ya frío que había dejado en el buró.

Después (antes de trabajar en mi nuevo proyecto), lo que hacía era sacar lo que iba a cocinar a medio día, y comenzaba a ver correos electrónicos para agendar citas y ver qué mas seguía.

Las tardes cambiaban un poco si recibía una invitación por parte de mis amigos ó familia para salir a dar una vuelta por San Diego.

Pero esos días ya no son iguales.

Desde fines de mayo, cada uno de mis días es diferente, lleno de sorpresas y cosas bonitas.

Para ser una persona muy rutinaria, este nuevo cambio al principio me tenía un poco agobiada pero ahora entiendo que este agobio se ha convertido en felicidad plena.

Me estoy acostumbrando a no tener una rutina establecida y segura. Me está gustado esto de tomar decisiones a última hora y no me da miedo.

Les confieso que si me ha costado un poco físicamente y emocionalmente adaptarme a que todos los días son diferentes. Pero ¿saben qué? Ya no quiero volver a esos días exactamente iguales que solía vivir. (Aunque mi hermana, mis hijos y mi Kiara extrañen que siempre esté disponible).

Todo iba bien hasta allí  pero de pronto tuve una corazonada. Estoy trabajando mucho junto a mi nuevo equipo de trabajo para lanzar un proyecto que cruzará fronteras. Y me di cuenta que lo que estamos haciendo es trabajar sin parar para que un día todo quede en automático y podamos disfrutar de otras cosas como empresa.

Es decir, todo este trabajo diferente cada día es para lograr una estabilidad uniforme un día. Y no he podido dejar de pensar entonces ¿estamos los seres humanos condenados a querer ser rutinarios para tener paz emocional, física y mental?

En todo el internet hay artículos que te dicen “cómo salir de la rutina” y sin embargo siento que lo que estoy haciendo es para crear una rutina para que funcione el proyecto. (¿Me contradigo?)

Sea lo que sea, voy a vivir el hoy porque estoy segura que será totalmente diferente a todos los demás días que viva.

Lo único que se es que si esta plenitud en todos los niveles de mi ser se hace rutinaria, la acepto con brazos abiertos.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

Lo que no se ve

Este miércoles blogguero fue inspirado por una imagen que me encontré navegando por el internet.

Se las pongo a continuación:

Desde que la ví, me puse a pensar en todas las interpretaciones que ésta me hizo hacer.

*A primera vista, esta imagen me dice que aunque aparenta estar perfecta, por dentro es un caos. Muchas veces uno se levanta, se baña (mientras llora en la regadera), se maquilla, se arregla y viste bien y sale al mundo con una sonrisa. Nadie se imagina el enredadero de hilos que hay detrás de esa sonrisa.

*Otra interpretación es que aunque las cosas parezcan buenas por fuera, por dentro son feas y malas. Hay tantas cosas malas que uno ni se imagina que pasan para que nosotros veamos algo lindo al final. Nos dejamos ir por lo que vemos y hasta despues nos enteramos que por dentro están horriblemente mal.

Un ejemplo claro son tantas marcas de ropas ‘finas’ confeccionadas por niños en estado de esclavitud moderna en países pobres.

*La tercera interpretación es la de que las cosas no son como aparentan. Es decir, ¿cuántas veces no has dicho “wow, que lindo matrimonio; qué padre su empresa; qué suave su negocio?” Muchas veces no nos damos cuenta que esas personas se agarran de todos lados para que sus proyectos salgan. Se ‘anudan’ de hilos más fuertes y hacen lo posible para que sus sueños sigan y se salven, sea lo que sea. No vemos lo que les ha costado, los sacrificios que han hecho para lograrlo ni las veces que han fallado en otras cosas.

Me ha puesto a pensar mucho la foto esta porque creo que realmente me recordó a mi persona.

No me refiero a que soy ‘bonita’ y por dentro fea (bueno, a lo mejor si tengo mis enemigos, jeje), sino que últimamente me han dicho gente de diferentes círculos sociales “Ay, Gina. ¿Cómo le haces para hacer tantas cosas?”

La verdad no entendía.

Pero tienen razón. Tengo el último mes levantándome muy tempranito y acostándome muy noche todos los días. Estoy trabajando en un proyecto nuevo que despues les voy a platicar con más detalles.

Casi no estoy en mi casa porque todo el día estoy en la oficina ó visitando clientes ó echando a volar esta imaginación que Dios me dió (y que yo se que es uno de mis talentos fuertes).

Ahora entiendo lo que dicen. Soy un conjunto de nudos y ataduras por dentro, en privado, que nadie ve ni se entera y presento mi mejor cara al mundo.

Pero también les puedo decir que hace años que no me sentía tan segura profesionalmente hablando. Hace mucho que no me daba esa oportunidad en su totalidad.

Me levanto feliz de ir a trabajar en mis nuevos proyectos. Me motiva todo lo que estoy viviendo y sobre todo de lo que estoy aprendiendo de tanta gente que está creyendo en mí. Son esos nudos que me mantienen firme y entera para todo lo que sigue.

Estoy muy feliz porque hace mucho que no me dedicaba 100% a mi vida profesional. Y ahorita, mientras puedo, lo estoy haciendo.

Ahora me toca a mí. Tengo todos esos hilos deteniendo mi caminar.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

Hace 5 años

Esta semana cumplimos 5 años en San Diego. Cinco.

Los mismos que tengo sin regresar a El Paso. ¿En qué momento se convirtieron en meses los días y en años los meses?

Han cambiado tantas cosas. He cambiado tanto yo.

Recuerdo perfecto que estaba en la recámara de lo que fué mi casa. Me estaba peleando con una cinta adhesiva de esas gruesas para cartón. Eran las últimas cajas que empacaba. Todo lo demás ya estaba guardado.

Estaba sola porque mis hijos se habían ido ese día. Curiosamente ningún conocido pudo ir a ayudarme aunque la verdad no quería molestar a nadie.

Me seguía peleando con ese “tape”, el rollo de cinta adhesiva. No encontraba donde estaba la orilla para cortarlo. Por fin la encontraba y al irla jalando, se iba rompiendo mal, en pedacitos sin irse de un jalón.

No se si era agotamiento físico ó mental pero precisamente eso, el no poder cortar el pedazo de cinta, hizo que me tirara al suelo a llorar desconsoladamente. Algo tan simple pudo romper con esa fuerza que según yo tenía.

Se oye exagerado eso de tirarme pero mi recámara ya no tenía cama ni sillones. Sólo estaban esas últimas cajas.

Lloré mucho en aquel piso frío de madera. Lloré quizá todo lo que no lloré en mucho tiempo. Aproveché que nadie me veía, nadie me podía decir nada (porque a veces hasta las palabras de consuelo ó de ánimo no las quieres escuchar. Necesitas llorar).

Comenzó a invadirme el miedo, la duda, los cuestionamientos a mi persona, a mis decisiones. Me juzgué entera en ese momento. “No voy a poder”. Me lo repetía una y otra vez.

Me daba miedo dejar 18 años de vida. Familia y amigos que se convirtieron en familia. Trabajo y escuelas de mis hijos. Dejaba un cielo muy bonito. De repente todo se oscurecía y lo que yo tanto había planeado lograr me estaba aterrando ahora que lo estaba realizando.

Los primeros 12 meses fueron muy difíciles. Me costó mucho (anímicamente hablando). Me costó trabajo perdonarme tal vez. Me sentía culpable de cierta manera de modificar la vida de mis hijos.

Ya tengo 5 años en San Diego. ¿Qué si ya se me quitó el miedo? No. Siempre tengo miedo. Pero he aprendido a no hacerle mucho caso porque el miedo es muy mentiroso.

Se me ha quitado un poco el miedo cuando veo lo que he avanzado emocionalmente. Se me ha quitado un poco cuando mis hijos me dicen que es lo mejor que hemos hecho (irnos a San Diego por todas las oportunidades que tienen aquí). Se me ha quitado un poco el miedo cuando me doy cuenta que me es menos difícil ya irme de lugares y de personas con la seguridad de que no pasa nada.

En estos 5 años he aprendido a soltar, a no tomar todo tan personal, a no juzgarme tanto porque veo el avance.

Hace 5 años que vivo en la ciudad que siempre quise vivir. Mucha gente me dijo que no la iba a hacer, que era muy difícil, que mejor me fuera a donde todos me conocen, a una ciudad menos cara, que no, que jamás, que era una atrevida.

Pues sí, me atreví hace 5 años.

No ha sido fácil pero me siento muy orgullosa de que ahi la llevo. (Y sí, a cada rato lloro, me da miedo, me estreso.. pero solo un ratito porque en cada momento he sentido que Dios no me ha abandonado, aunque a veces mis decisiones no hayan sido pensando en mis creencias religiosas).

Tengo 5 años en San Diego y quiero morirme aquí…. pero en muchos años más…

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

Había Una Vez…

Había una vez una niña de unos 11 años que vivía en El Paso, Texas y platicaba con su mamá.

Ella le decía: “Mami, quiero estudiar en UCLA”.

La mamá sentía que su corazón se apachurraba. No era porque se iría lejos sino porque el pendiente era ¿cómo le va a hacer?

Esa niña era Luisa Fernanda y la mamá era yo.

La primera vez que supe que ella quería ir a esa escuela, como madre me preocupaba porque se me hacía algo tan difícil de lograr.

Vivíamos en Texas, es decir, “out-of-state”. El porcentaje de aceptación es muy bajo porque aplican miles de aspirantes. El costo de un año de colegiatura eran el doble si eras de fuera de California. Y aún siendo residente de California significaba mucho dinero.

Este es el costo 2022/2023 (pago anual) en UCLA :

www.ucla.edu

El tiempo pasaba y mis hijos iban creciendo. Luisa Fernanda se iba interesando por el lado político debido a que desde muy pequeña quiere luchar por los derechos de las minorías, especialmente en Estados Unidos donde se ve la discriminación por la diversidad de grupos que lo constituyen. Tambien su familia paterna siempre estuvo en la ‘grilla’ política y eso la inspiraba.

Decisiones personales y familiares nos hicieron irnos hacia San Diego, California y por primera vez sentí que estaba un poco más cerca mi hija de su escuela favorita.

Ella llegó a California en el último año de preparatoria (high school) y debido a eso, todo su curriculum escolar era un relajo. Le sobraban algunos créditos y le faltaban otros. Cuando se llega el momento de aplicar a las universidades, la que la acepta es San Francisco State University (SFSU).

La rechaza y yo no entiendo porqué. Me acuerdo que me preocupaba mucho y le decía “¿Y entonces qué vas a hacer?”

Pero ella tenía su plan. Ella sin decir mucho investigaba y buscaba alternativas. Ella no descansaba.

“Mami, me voy a inscribir a San Diego Mesa College porque allí tienen un programa de transfers a UC muy bueno”.

Yo, en mi total ignorancia sobre universidades en Estados Unidos, no pude hacer más que confiar en ella.

Fuí aprendiendo junto con ella. Se metió de lleno a clases y actividades extra-curriculares. Llevarla hasta allá era el precio a pagar pero, como a todo, uno se acostumbra y lo hace rutina.

Se llegaba la hora de llenar las solicitudes y hacer los ensayos para que alguna UC la aceptara. Me tocó leer lo que escribía y me acuerdo que me impresioné con el talento que tiene para redactar temas tan difíciles como lo es la política.

Pasó el tiempo y comenzaron a llegar las cartas de aceptación de todas las UC que aplicó. UC Berkeley, Santa Barbara, Irvine, San Diego y su escuela de sueño UCLA.

Había una vez una niña que soñó, nunca se dió por vencida, luchó, sobrevivió pandemias, buscó las herramientas económicas y logró su sueño.

El pasado 12 de junio del 2022, a las 9am en el campus de UCLA y rodeada de su familia, aquella niña se graduó de Bachelor in Political Science, con honores CUM LAUDE de la escuela universitaria pública con ranking #1 en Estados Unidos.

Desde las gradas la ví cumplir lo que de muy niña quiso hacer. Fue justo allí que me dió la gran lección de no dejarte vencer, aunque todo esté en tu contra, porque luchando y a veces llorando, los sueños se cumplen.

Estoy segura que me seguirá sorprendiendo (y enseñando). Yo me encargo de escribir de nuevo un “había una vez, la continuación”..

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

Eres Desconfiada

Mariana Eres se encontraba sentada en un sillón azúl frente a su doctor, el psiquiatra que le daba su terapia semanal.

“¿Porqué no puedo fumar aquí, Joaquín?”, le decía al doctor, que lo tuteaba porque eran amigos desde la primaria.

“Mariana, tu sabes que estamos en zona “cero humo” por mis otros pacientes. Y además, es malo para ti y lo sabes. Pero no vamos a gastar esta hora con mis consejos de amigo del porqué debes dejar el cigarro. Mejor sigue con lo que me platicabas la semana pasada”.

Joaquín, el doctor, se sentaba frente a ella en una silla negra, de esas que giran un poco pero no logran a dar toda la vuelta.

“No me acuerdo que te estaba diciendo”, le dice Mariana.

“No, Mariana. No vas a cambiar el tema. Platícame un poco de cómo ha estado tu semana. ¿Los hijos? ¿El galán?”. Mariana sentía la mirada del doctor muy intrigante.

A veces era difícil que un amigo la tratara psiquiátricamente, pero tambien era el único que podía pagar en abonos.

“Ay, Joaquín, pues nada. Todo está bien. No ha pasado nada esta semana fuera de la rutina, que por cierto ya me tiene harta. Mi ex sigue con su secretaria. Sigue llevándola cuando sale con mis hijos pero la verdad ya no me importa. Los niños bien, todo en la escuela está normal. Y mi galán, pues allí anda. Hace su luchita”. Mariana sonreía pero en un momento se volvía a poner triste.

Joaquín observaba como Mariana movía una de sus manos y se ponía a peinar con sus dedos sus cabellos largos. Era muy bonita aunque para el doctor ella era sólo una amiga, casi hermana.

“A ver Mariana. Tu galán. ¿Qué pasa?”.

Joaquín sabía que el regreso de la ansiedad de Mariana se debía al nuevo galán.

“No sé. Es buen hombre. Trabajador. Me respeta, me apoya, se ve que me quiere. Hace todo lo posible porque yo esté bien, tranquila. No entiendo Joaquín. Me gusta y me estoy encariñando pero me estoy muriendo de miedo”.

Mariana se mordía un labio para no llorar.

“¿Miedo?” Joaquín quería entenderlo.

“Joaquín, ¡por Dios! Como si no conocieras la suerte que tengo con los hombres. Mi galán es demasiado bueno para ser verdad. A veces se va todo el día y no se nada de él. No me contesta. Me dice que está trabajando y le creo pero una parte de mí lo imagina besando a otra, hablando con otra, enamorando a otra. Joaquín, he perdido la capacidad de volver a confiar en alguien que me pueda querer de verdad”.

Mariana suspiraba. No quería soltarse llorando frente a Joaquín porque luego tardaría en recuperar la voz para seguir platicando.

“Mariana. Tú has manejado bien la infidelidad de tu ex. Lo perdonaste pero decidiste alejarte. No le sigas dando el poder a ese hombre de dictar qué pase con tus nuevas relaciones. Ya sabes que no fue tu culpa. Ya sabes que al final terminaron como amigos. Ya debes de saber que no todos tus galanes harán lo mismo. Yo mismo los traté a ambos y creo que terminaron todo bien, en lo que cabe”.

Joaquín se desesperaba y eso iba en contra de su ética como profesional en la materia.

Mariana se sentaba derecha y sacaba una kleenex de su bolso. Limpiaba sus ojos viendo como el maquillaje se le comenzaba a escurrir. No decía nada. Era un silencio que se respetaba en aquel cuarto frío pero cómodo.

El tiempo pasaba y el silencio seguía. Minutos y minutos.

“Mariana, el tiempo ya se está terminando y tengo otro paciente. ¿Hay algo más que quieras decirme antes de irte?”.

“Sí. No. Bueno sí. Joaquín. Yo no he sanado la infidelidad. No la supero y no la entiendo. Cierro los ojos y lloro. Me duele. Y no. No he sanado porque nunca entenderé que pasó”..

Mariana se comenzaba a alistar para salirse de la sesión.

“Mariana, si quieres podemos agendar una cita más con tu ex para cerrar de nuevo ese ciclo. No lo veo difícil puesto que lo ves seguido y lo ves con su secretaria”.

Joaquín buscaba agendarlo en su calendario electrónico.

“Joaquín. No me has entendido porque nunca lo he dicho. Mi ex no me partió el alma. El que me destrozó e hizo insegura y desconfiada fue mi amante. Ese loco amor que nadie tiene porqué saber que existió. Ese amor que me bajó el cielo cuando lo necesité pero que tambien me hizo llorar como nadie más lo hizo. Joaquín, a mi me hizo desconfiada mi amante y no mi ex-esposo”.

Joaquín, se levanta y le abre la puerta de su consultorio.

“Sra. Eres, nos vemos la próxima semana”.

******************************************************************

Tenía mucho tiempo que no contaba cuentos de Mariana Eres.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

Los Swipes

Ayer me arranqué a Los Angeles por mi hija ya que era su último día en UCLA (decidió presentar sus finales desde la casa).

Despues de ir a la oficina un rato, a medio día me fuí sola por ella disfrutando como siempre la hermosa carretera pegada al mar.

Venía pensando tantas cosas al mismo tiempo que ni siquiera me importaron los tramos de tráfico atorado por el 405.

Pensaba en lo bendecida que me hicieron sentir todos mis conocidos con las felicitaciones de mi cumpleaños el pasado lúnes 30 de mayo. Pensaba tambien en los nuevos proyectos y en los cambios tan agigantados e inesperados que la vida me está provocando hacer. Pensaba que me sentía positiva y satisfecha con muchas cosas que vienen.

Llegué a las meras 4:00pm al estacionamiento de UCLA, el más cercano al depa donde vivió mi hija los últimos meses y me encontré con ella en el campus más bonito que he visto (hablando de Universidades).

La ví nerviosa y un poco sentimiental ya que se acababa su sueño… ó más bien, cumplía en su totalidad su sueño de estudiar en UCLA desde que tenía 10 años.

Nos fuimos a su cuarto y dejamos todo listo para nomás subirlo al carro y ya. Bajamos a cenar algo y me dice mi hija, “Mamá, me quedan 50 “swipes” de mi tarjeta”.

Para que me entiendan, cada “swipe” en su tarjeta de estudiante equivale a una comida, una bebida, etc.

Esos swipes fueron “pre-pagados” cuando comenzó el semestre y nunca pensé que no se los iba a acabar. El dinero de toda esa comida no se regresa.

“A comer mucho para gastarnos mas swipes”, me sugería Luisa Fernanda.

“Pues sí, a comer lo más que podamos”, le dije mientras me reía.

Me acordé del Joey de FRIENDS, cuando se come todo lo que estaba en el refrigerador porque éste se descompuso y así no se echaba a perder la comida.

Pedimos ensaladas, unas sodas, postres, sandwiches, papitas y todavía nos quedaban 43 swipes.

“¿No podemos comprar cosas y nos las llevamos a San Diego?”, le decía, dejando aflorar mi genética.

Después capté que no tenía caso el quererme acabar esos swipes. Resignada le dije a Luisa Fernanda, “Ay, ya. Ni al caso. Ni modo, se pierde ese dinero y ya. Total, ni que estuvieramos esperando ese dinero para algo”.

43 swipes. Swipe en español significa “deslizar”, como con una tarjeta de crédito, en este caso, la tarjeta de estudiante que contiene la cinta magnética para abrir puertas y comprar todo.

Ibamos hacia el carro cuando nos topamos un letrero en una mesa con unas muchachitas estudiantes de la universidad.

Yo casi grité al leerlo.

Era una mesa donde dos muchachas te ayudaban a donar tus swipes a una causa que me pareció increíble.

Todos los swipes que dones se van a un ‘banco’ para despues repartir entre alumnos que por cuestiones financieras no pueden comprar los paquetes de comidas ó swipes.

“SWIPE OUT HUNGER”, que significa “Arrasa/elimina el hambre”, es un programa que tienen muchas universidades en Estados Unidos y se dedican a eso que les platico.

http://www.swipehunger.org

Los ‘swipes’ de Luisa Fda expiran ya la próxima semana pero si los donaba, se van hacia un almacen ó banco de swipes.

Donó 40 swipes y la verdad me sentí super bien que lo haya hecho. Me quedé satisfecha de que ese dinero que ya se había invertido en ella pueda extenderse hacia otros niños que con muchos sacrificios pueden estar estudiando allí en UCLA, de las escuelas más lindas que he conocido.

No sabemos cuando nosotros podremos necesitar de ese tipo de ayuda y el chiste de todo esto es que si te sobra, dónalo. Tal vez a la otra sea un hijo, sobrino, amigo el que gracias a eso pueda comer.

“¿Y los 3 swipes que te quedaron?”, le pregunté a Luisa Fernanda.

“No sé, a lo mejor se nos antoja un café ya para salir de aquí y ya con eso hacemos el último swipe”.

UCLA llega a su fin para mi hija. (Al menos por ahora, ya que trae otros planes y me emociona ver qué sigue con ella, porque estoy aprendiendo tambien). Despues les platico de la graduación el próximo 10 – 12 de junio.

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂

10 días

Cuando era niña y estaba en la primaria católica con las monjas, recuerdo que nos explicaron como en 1582, tuvo que haber un cambio en el calendario porque se adaptó el Gregoriano y se eliminó el Juliano.

No me acordaba de esto pero viendo TikTok, el vicio más fuerte que tengo, me hicieron recordarlo. Ví el calendario de mi teléfono y me fui hasta el año de 1582, al mes de Octubre y sí, efectivamente se desaparecen los días del 5 al 14.

El Papa Gregorio XIII nos debe 10 días. Y ahorita me encantaría cobrarlos.

10 días equivalen a 240 horas adicionales que desaparecieron unos cuantos mandatarios de la iglesia en aquellos tiempos. Así nomás dijeron “Pues nos los brincamos” y ya como que no pasa nada.

Me pregunto ahora lo siguiente:

¿Entonces todos los que se rigen de los horóscopos y cartas astrales están errados por 10 días? Es muy curioso cómo todo puede ser algo manipulado.

Entonces, realmente yo no nací un 30 de mayo, sino que si no hubieran quitado esos días, mi cumpleaños real sería el 20 de mayo .

Ahorita yo quisiera esos 10 días adicionales.

Tal vez el asesino de la escuela de Uvalde, Texas hubiera tenido más tiempo para pensar lo que hizo.

10 días es mucho. Pasan muchas cosas en ese tiempo.

Existen cambios de climas considerables.

Es el total de días que uno puede ponerse en cuarentena para sanar de un virus

Es lo que vive una mosca de frutas.

Ahora que he vuelto a ver el calendario en el mes de Octubre de 1582, siento como que todo lo que nos dicen y explican es mentira.

¡Qué manipulables somos los seres humanos!

Lo mismo pasa con el cambio de horario en otoño y en invierno. Manipulamos los relojes del mundo para ahorrar energía y tener más luz. No es tan grave como lo que hizo el Papa en 1582 porque esa hora se recupera en primavera.

Vivimos en un mundo de manipulación, sobre todo ahora con tanta red social que presiona a que todos pensemos que la felicidad es una cosa que se puede publicar para que entonces tome el valor y la certeza de que existe.

La numerología es totalmente diferente si le poneos esos días a todas las fechas importantes. Entonces ya no voy a creer en nada de eso. No lo avala nada comprobable y eso no me gusta.

Borraron en 12 de octubre, fecha importante que maracaría el descubrimiento de America. ¿No se festejó el Día de la Raza entonces? Ya se había descubierto. ¿Le quitaron a la Niña, la Pinta y la Sta. María su festejo?

¿Porqué Octubre? Porque no interfería en ninguna fiesta católica y dijeron “de una vez”.

Imagínense en estos tiempos tratar de borrar diez días de la vida. Las computadoras se colapsarían, los eventos para esos días quedarían en el limbo y sería realmente 10 días menos para ahorrar para Navidad, entregar una tarea, bajar unos kilos y pagar la renta.

¿Cuántos niños se quedaron sin cumpleaños esos días?

Yo cada vez comprendo menos el mundo (cuando todo mundo me dijo que con la edad me iba a hacer más sabia).

Lo que estoy pensando es que tal vez me compre un calendario Azteca y aprenda a interpretarlo. A lo mejor me organizo mejor con los tiempos de los nativos de mi tierra, que se basaron en la naturaleza para contar los días.

¿Tú qué piensas?

NOS VEMOS EL PROXIMO MIERCOLES 🙂